Capítulo 10

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"¿Así que te quedaste a dormir de tu noviecito? ¿Pensaste que no me iba a enterar? ¿Vos te pensas que yo soy un pelotudo Valentina? - me gritaba en frente de la familia de Mike, notaba como mis lágrimas caían por mis mejillas - Sos una arrastrada, el primero que se te cruza y ya te vas con él ¿Se acostaron? ¿Y? ¿Cómo la pasaste? Dale, contame, contanos a todos - me decía - ¡Yo no quiero criar a putas en mi casa! Así que a tu novio no lo vas a ver nunca más - quería gritarle, quería decirle que estaba arrepentida, que no le hiciera nada, pero no podía - ¡Sos una puta, igual que tu madre! Nunca vas a ser feliz, nunca vas a conseguir a nadie que te ame de verdad, te está usando ¿No te das cuenta, o sos pelotuda? ¿Y vos? - le hablaba a Mike, quería correr hacía él y protegerlo - Vos, te metiste con mi hija, con mi nena ¿Qué mierda te pasa? La vas a pagar, todas y cada una - no paraba de llorar, sentía que todo se derrumbaba, Roberto le apuntaba con su arma a Michael, quería empujarlo pero no podía. No podía moverme - Te metiste con ella y ahora vas a sufrir las consecuencias y tu familia va a sufrir por el resto de su vida - ¡NOOOO! - grité y me desperté, asustada, transpirada y con mucho miedo -"

- Hey bonita - me dijo Mike, que encendió la lámpara de la mesita de luz - ¿Estas bien? Estabas gritando.

- Si, no pasa nada. - le dije - Estaba teniendo una pesadilla.

- Tranquila - tomó mi mano - ya pasó, trata de dormir ¿Si? Yo estoy aquí contigo - apagó la lámpara y nos acostamos de nuevo, él seguía sin soltarme la mano –

Tenía miedo, no quería volver a dormirme y que me pase otra vez, no quería soñar que lo perdía, no, por favor. La estaba pasando mal, tenía sueño pero cerraba los ojos y me despertaba sobresaltada. Me senté en la cama, no podía más. Sentía que me faltaba el aire. Me ahogaba. No podía respirar. De repente toda la vista se me comenzó a nublar. Mike se había vuelto a despertar.

- Valu ¿Te sientes bien? - me preguntó, estamos en la oscuridad –

- Si, solo un poco mal por lo de recién. No te preocupes, seguí durmiendo - le dije respirando agitadamente y con poco aire  -

- Obvio que no. - me dijo - Tranquila, trata de calmarte - sostuvo mis manos - respira conmigo y ya verás cómo se pasa. - le hice una media sonrisa y comencé a seguir el ritmo de su respiración - ¿Mejor?

- Si, gracias.

- Acuéstate y trata de descansar, cualquier cosa me avisas.

No sé en qué momento lo decidí y no pude evitar hacerlo, Mike se había acostado y yo seguía sin poder dormir. Tomé coraje, era ahora o nunca, porque sabía que esto no volvería a pasar nunca más, y me acosté a su lado. Él se sobresaltó pero no dijo nada. Me rodeó con su brazo y yo apoyé mi cabeza sobre su hombro cerca de su pecho. Las lágrimas comenzaron a salir sin aviso previo. Sentía demasiada vergüenza pero no pude evitarlo, Mike acariciaba mi cabello con suavidad.

- Tranquila bonita, todo va a estar bien - me dijo, no veía su rostro porque estábamos en la oscuridad –

- No me dejes sola, por favor. - le supliqué –

- No sé lo que te pasa, pero no voy a dejarte sola - me dijo - nunca.

- Quedate conmigo siempre.

- Claro que sí. - me dijo suavemente - trata de dormir, yo estoy aquí contigo. No pasará nada, te lo prometo. - me dijo –

- entrelacé los dedos de su mano con los míos - No te vayas, quedate acá.

- No me iré a ninguna parte. Duerme - besó mi frente –

Sonreí, aunque él no lo notó porque estabas a oscuras. Al fin pude quedarme dormida.

Abrí mis ojos y me tomó unos minutos darme cuenta donde estaba. Quise moverme pero no pude porque Mike me seguía rodeando con su brazo. Levanté la mirada y noté que ya estaba despierto. Sonrió.

- Buenos días dormilona - me dijo –

- sonreí - Buenos días. ¿Hace cuánto estas despierto?

- Mmm, hace bastante.

- ¿Y por qué no me despertaste? – le di un pequeño golpe en su brazo –

- Estabas durmiendo tan tranquila que no quise moverme.

- No puedo creerlo. - le dije - Tendrías que haberme despertado.

- No quise, ¿Algún problema con eso? - me preguntó–

- Ninguno, pero para la próxima ya lo sabes, me despertas. - me moví de su lado y me senté en la cama –

- ¿Has dormido bien? - me preguntó –

- Si, gracias. - le dije - Mmm, perdón por lo de.., bueno por acostarme con vos.

- No me molestó, al contrario - me dijo - no lo esperaba, pero fue lindo.

- No sé por qué lo hice, perdón, no soy de cometer estos impulsos. - le dije –

- Oye - me dijo y se sentó frente a mí - no tienes que pedirme disculpas Valu y tampoco tienes que contarme si no quieres. - me dijo - Sabes que estaré aquí para ti siempre que lo necesites.

- sonreí - Gracias Mike, gracias por ser así conmigo, nos conocemos hace tan poco y te preocupas mucho por mí, en serio, gracias.

- ¿Cómo no me voy a preocupar por ti, si eres una persona increíble?

- Suena repetitivo pero gracias en serio, por el día de ayer y por lo que pasó en la noche.

- Nada que agradecer. - me dijo - Y ahora ya a levantarse que hay que desayunar y todo eso.

- No tengo hambre.

- No, no ¿Tú nunca comes? Estás muy flaca, así que desayunaremos.

- Okei ¿Algo más papá?

- No, solo eso.

Nos levantamos. Me dirigí al baño a cambiarme y fue inevitable no oler la remera que tenía puesta, todavía tenía su perfume, era tan rico pero ya me la debería sacar. Me cambié, me lavé los dientes y bajamos a desayunar.
Sus papás ya habían desayunado y no estaban, se habían ido a comprar, dejaron una nota pegada en la heladera. Nos sentamos en la cocina y mientras desayunábamos sentía que la mirada de Mike se posaba en mí. Levanté la cabeza y si, tenía razón.

- ¿Pasa algo? - le pregunto –

- No, nada.

- ¿Y entonces por qué me miras tanto?

- Porque eres muy linda. - me dijo, le sonreí –

- Gracias. Vos también sos muy lindo - le dije y tomé un sorbo de mi chocolatada, él sonrió -

TWO PIECES | MICHAENTINA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora