TWO PIECES | MICHAENTINA

Capítulo 28

Me desperté acalorada porque tenía pegado a mi lado a Mike que me estaba abrazando y encima estábamos tapados con el acolchado; quería moverme porque necesitaba ir al baño pero tampoco quería despertarlo a él.

Moví un poco mi cabeza para arriba y me detuve a mirarlo; a mirar su rostro que se encontraba relajado por el hecho de estar durmiendo, observé cada facción del mismo; sus cejas gruesas y despeinadas; su nariz; acerqué la yema de mis dedos a su mentón y noté su barba crecida que hacía que me pinchara al tocarlo; sus ojos se encontraban cerrados pero cada tanto se le movían los párpados como su estuviera soñando algo; y sonreí, sonreí por tenerlo allí a mi lado, sonreí porque aún no podía creer que este ser tan hermoso fuera mi novio, sonreí porque él era una de las cosas más lindas que me habían pasado en toda la vida y sonreí porque simplemente estaba ahí, porque era mi novio y porque me hacía muy feliz.

Recordé cuando anoche me dijo "te amo" de repente me paralicé, y por un momento me pregunté si yo también lo amaba, Mike era una persona hermosa pero no sé si todavía estaba lista para responderle lo mismo; quizás es muy cursi o muy tonto lo que voy a decir pero siento que decirle te amo a otra persona es entregarle una parte de tu corazón, de tu alma para siempre, esa parte que se va a quedar siempre para poder completar la parte que a vos te queda; nunca se lo había dicho a nadie y todavía no me sentía preparada para decirlo en voz alta. Estaba segura que pronto llegaría el momento indicado.

- ¿Te gusta el café? – le pregunté, estábamos en la cocina a punto de desayunar - ¿O queres té, o no sé otra cosa?

- Lo que tú quieras – me dijo – en realidad no soy mucho de desayunar pero haré una excepción por ti.

- Bueno hoy entonces vas a desayunar conmigo.

Finalmente decidí preparar chocolatada para ambos que acompañamos con tostadas con queso crema y mermelada. El día estaba horrible llovía muchísimo y hacía demasiado frío, por ende nos quedaríamos en la cama mirando la televisión todo el día.

- Sí quieres luego podemos ir a dar un paseo por el parque – dijo él en broma –

- Ja, ja, muy gracioso. – le dije irónicamente –

- A ti te gustan los días así ¿No cierto?

- Sí, mucho.

- No entiendo qué es lo que te gustan de estos días.

- Me encantan – le dije emocionada – me parecen hermosos para descansar, escuchar música, no sé divinos.

- Claramente en esto no coincidimos ni un poquito.

- ¿Vos, playa, calor y mar? – le pregunté mientras mordía un pedazo de tostada –

- Y pero claro, vengo de México.

- Tenes razón. – le dije riendo – Igual puede pasar que no te guste el calor, una nunca sabe.

- Puede pasar pero no es mi caso. ¿Tu hermana está en casa?

- Seguramente, pero deben estar durmiendo, ella y le novio.

- Nunca me has contado mucho de tu familia.

- Es que no tengo mucho que contar sobre ellos. – le dije sin importancia –

- Pues no sé qué hacen tus padres o tu hermana.

- Mi papá es policía y mi mamá antes ejercía como profesora de inglés pero ahora se cansó o no sé y solo da clases particulares a chicos, de vez en cuando. – le expliqué –

- Que cool. – me dijo él - ¿Y tu hermana?

- Mi hermana está en el último año de comunicación audiovisual y trabaja en una empresa donde puede ejercer de eso, es como una especie de pasantía paga o algo así, que cuando termine la carrera puede seguir ahí pero quizás en un cargo más alto. – le conté –