Estábamos haciendo la sobre mesa luego de haber almorzado. Mía se había levantado para ir al baño. Y nos quedamos Constanza y yo charlando. Inevitablemente llegó la pregunta que cada vez que podía me la hacía.
-Valu – me dijo Constanza algo temerosa –
-Sin miedo Coni – le dije – ya tenemos confianza.
-Nunca me voy a acostumbrar a hablar de esto libremente.
-Bueno deberías hacerlo, con Mía sale natural. – le dije –
-Pero Mía es tu mejor amiga, yo soy – pensaba –
-la interrumpí – Vos sos como una mamá para mí y lo sabes – le dije tomándola de la mano –
-No me hagas llorar ahora que en cualquier momento aparece mi hija.
-Y se va a poner frenética, ya la conocemos – reímos – Y sí, lo sigue haciendo como antes o aún peor, pero me sigue maltratando. ¿Eso era lo qué me ibas a preguntar no?
-asintió – Tantos años y sigo sin poder asimilarlo. Es una locura.
-Sí, es una locura pero hay que acostumbrarse, al menos yo ya lo hice. – le dije resignada –
-Con Juan Carlos siempre hablamos de esto y creemos que en algún momento tenes que hacer una denuncia o algo, él puede maltratarte toda la vida.
-No, yo ya se lo dije a Mía también, no vamos a hacer nada. No hay nada que se pueda hacer, él es policía y tiene muchos contactos en ese rubro, no tengo muchas opciones. – le expliqué – Sufro sus maltratos desde que me acuerdo, hay cosas que nunca podría contarle a nadie, nunca. Ni siquiera a Mía, tenemos muchísima confianza pero me da tanto vergüenza y tanto dolor contarlo que es mejor tratar de olvidar y listo. – le dije – Yo sé que es difícil, sé que para ustedes es complicado porque fueron amigos de mis papás por muchos años pero creeme que es mejor olvidar y pasar página.
-No puedo pasar página sabiendo que muchas veces fuimos a tu casa de invitados y todo fue fingido, siento una culpa que nunca voy a poder soltar – me dijo con sus ojos cristalinos –
-Coni yo ya te dije muchas veces que no tenes por qué sentir culpa por eso, no sabías lo que pasaba y está bien. No tengo por qué perdonarte por nada y mucho menos sentir rencor hacía vos o hacía Juan Carlos. – le dije, y nuevamente la tomé de la mano –
-Y por más que me digas lo que me digas siempre voy a sentir la necesidad de pedirte disculpas por esto. – me dijo, y una lágrimas cayó sobre su mejilla –
-No, no. No me vayas a llorar ahora que eso sí que no te lo voy a perdonar eh. – le dijo, me acerqué a ella y la abracé –
-Bueno, me voy cinco minutos al baño y te me adueñas de mi mamá – nos dijo Mía, que claramente estuvo escuchando la conversación porque sus estaban rojos y venía secándose una lágrima –
-reí – Sí vos queres también te puedo abrazar, hay mucho lugar y tengo dos brazos.
-Ni loca – dijo ella, alejándose –
-Cómo si no te conociéramos – dijo su mamá –
-Y está mal escuchar conversaciones atrás de la puerta – le dije pícara - ¿Sabías no?
-Callate imbécil – dijo en un ahogo - ¡Ay no puedo! – dijo y me abrazó, mientras le caían un par de lágrimas-
-Bueno, bueno – dije alejándola un poco del abrazo - ¿No nos vamos a poner sensibles todas a ahora, no? – les pregunté y pegué mi cabeza junto a la de Mía – Vamos a cortar el momento melanco porque yo no estoy para llorar, ya bastante lloro en mi casa, igual no sé ni siquiera si tengo lágrimas para llorar – les dije en chiste, y les provocó una risa –
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TWO PIECES | MICHAENTINA
Fanfic"Y cuando lo único que veías era oscuridad llega esa persona para que te des cuenta de que todavía no todo está perdido." .MICHAENTINA.