Capitulo 7

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Escuchaba golpes a lo lejos, no entendía muy bien que era. Abrí mis ojos y comprendí que estaban golpeando la puerta de mi cuarto. Golpearon una vez más y se abrió, era Victoria.

- Valu, es tarde. - me dijo - Dale, levantate.

- ¿Qué pasa? – le dije sin entender nada - 

- Que ya es tarde. Levantate, que te llevo yo.

- Ah, bueno. Ahí voy.

Agarré mi celular. Eran las siete y cuarto de la mañana, era re contra tarde. "La puta madre Valentina, eso te pasa por quedarte despierta hasta tardísimo" Me levanté súper rápido, me bañe, me cambié, me hice una colita en el cabello así no más. Me detuve un minuto a mirarme en el espejo "¡MI CARAAAA!" Dios, tenía moretones en el cuello, bueno esos se tapaban con un pañuelo, tenía moretones en el ojo y en la barbilla, dios, dios voy a llegar tarde. Me maquillé eso como pude después le iba a decir a Mía que me ayude. Tomé un pañuelo para tapar mi cuello y salí corriendo. Ah, y mi mochila. Victoria ya me estaba esperando en el auto.

- ¡Dale Valu!  - me gritó desde el auto, mientras yo cerraba la puerta de la casa –

- Voy, voy. - me subí al auto y salimos directo al colegio, no nos quedaba lejos pero ya era tarde –

- ¿Qué te pasó que te quedaste dormida?

- No sé, no escuché la alarma - le dije, si lo sabía, me había quedado hablando hasta tarde con Mike –

- ¿Vos, no escuchaste la alarma? - me dijo, me miró un instante y después volvió la vista al camino - ¿Te quedaste hablando con alguien?

- reí – Bueno sí, me quedé hablando con Mike, hasta tarde.

- Ajá. - dijo - ¿Y, qué te pasa con él?

- No sé, es raro. Me cae bien, es una buena compañía, siento que nos vamos a llevar bien - dije esperanzada –

- Me alegra que por lo menos creas que puede ser un buen amigo.

- Sí, me da un poco de miedo porque no solo que nunca tuve ningún amigo muy cercano hombre, sino que también me da miedo lo que pueda pasar con Roberto.  - le dije mientras me miraba en el espejo que no se vea ningún moretón - ¿Ya se fueron?

- Confía en que todo va a salir bien. Quizás si él llegó a tu vida es por algo ¿No?

– Sí, lo voy a descubrir con el paso de los días. – le dije en tono un poco preocupada - ¿Ya se fueron ellos?

- Sí, hoy. Como a las seis de la mañana. – asentí y sonreí por dentro –

Era viernes, y todos los viernes mis papás se iban a Chascomús por el fin de semana, lo hacen desde que tengo memoria. Al principio cuando era chica me llevaban, después mi hermana dejó de ir cuando tenía dieciocho y me empezaron a dejar con ella en casa, y la verdad que era lo mejor que me pasaba en la semana, hasta el Domingo a la noche no les veía la cara, eran tres días de paz.

Siempre por alguna razón, él llegaba alterado y enojado y yo sufría las consecuencias, pero eran esos dos días en donde sabía que entraba a mi casa y no pasaría nada o salía de mi casa para verme con mis amigas y él no estaría controlándome.

Llegamos al colegio. Eran ocho menos veinte. Dios, dios, corrí hasta la puerta. Necesitaba que me dejen pasar. Por favor. Llegué.

- Alumna Zenere, que raro usted llegando tarde. 

- Perdón, no va a volver a pasar. ¿Me deja entrar, por favor? - le pregunté a la directora –

- Es tarde ya, no puedo.

TWO PIECES | MICHAENTINA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora