Capítulo 36

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Era día domingo, me encontraba en mi casa, acostada en la cama, mirando la televisión había encontrado en la tele El diablo viste a la moda y obvio que no pude cambiarla; tendría que estar viendo que cosas llevaría en la valija hacia Bariloche pero todavía no me recuperaba del día de ayer de la juntada.

Mis padres todavía no habían llegado, así que podía estar un poco relajada aún. Victoria no estaba, había salido con su novio, así que estaba sola en esa casa tan grande, obviamente en mi cuarto. Mientras hacía algunas cosas del colegio, hablaba por whatsapp con Mía que me estaba contando lo que le había pasado hoy con Lucas; "Te juro boluda, me dijo que quiere que nos veamos"; "Yo ya te dije que no vale la pena ese pibe"; "Sí, ya lo sé, pero me dice eso y me derrito del amor, qué queres que haga"; "Y no sé, amarte un poco más amiga. Ese pibe juega con vos"; "Bueno me lo podrías haber dicho de otra manera"; "No hay otra manera para decírtelo, es esta y punto"; "Lo que pasa es que estuvimos dos años juntos, ¿Entendes?"; "Yo te entiendo todo lo que quieras, lo que te digo es que él te usa como si fueras una cosa, y ya estoy harta. Como vea que te hace sufrir de nuevo lo mando a cagar"; "Que bueno saber que tengo una defensora"; "Pero claro, además el pibe es un pelotudo. O sea todo bien, es nuestro compañero y que se yo, pero es un tarado"; "Entonces ¿Qué decís que haga?"; "No te voy a decir qué es lo que tenes que hacer, porque eso tenes que darte cuenta vos sola, lo que te digo es que si te llega a lastimar de nuevo lo voy a ir a buscar a la casa"; "Quiero decirle que no, pero a la vez quiero salir con él, chaparlo y que volvamos a garchar"; "Mira yo no tengo dudas de que el pibe quiere hablar con vos ahora porque se acerca el viaje, tiene cara de pelotudo, pero no lo es"; "Bueno aunque puedo usarlo para mi jueguito"; "Bueeeeno, eso me gusta más. Lo único malo es que sé que vos la vas a pasar mal cuando te deje de hablar otra vez y no quiero"; "No va a pasar nada, medio que ya lo superé"; "Mmm, no estoy tan segura de eso"; "Yo tampoco jajajajaja, pero bueno al menos tengo que intentarlo"; "Yo lo único que te digo es que si llegas a sufrir por él otra vez de desheredo como mejor amiga"; "Eso no va a pasar, tranqui amiga"; "Bueno ponele que voy a confiar en vos"; "Y haces muy bien"; "No te quiero ver llorando, ¿Me escuchaste?"; "Sí señora"; "Perfecto" y ese fue el último mensaje que le envié porque luego no me respondió más nada.

Estaba durmiendo cuando de repente la puerta de mi cuarto se abre, me sobresalté por el ruido, y entra Roberto, a quien se lo notaba muy enojado. Miré el reloj que estaba sobre la mesita de luz y pude divisar que era las dos de la mañana, quise preguntarle que le pasaba pero no me dio tiempo, porque apenas moví los labios para hablar él ya me había lanzado el primer puño sobre mi rostro, fue el primero de muchos unos cuantos seguidos. Al cabo de un rato se fue diciendo "Esto es lo que me obligas a hacer" y cerró la puerta con fuerza; pasé mi mano por mi labio y noté que tenía sangre, como también lo tenía en la ceja. Me levanté de la cama, un poco tambaleante porque sus golpes me habían dejado un poco mareada y las lágrimas en mis ojos me impedían ver con claridad; me encontraba en el baño, donde me lavé la cara y luego con un algodón impregnado en alcohol lo pasé sobre las heridas, ardía pero me la tuve que aguantar.

Intenté no llorar, intenté no mirarme al espejo y no sentir odio por mí misma, intenté que no me afectara porque ya era algo a lo que estaba acostumbrada, intenté que nada de esto fuera tan relevante en mi vida, pero fue imposible. Las lágrimas de mis ojos cada vez salían con más fuerza y mucho más seguidas, simplemente no podía dejar de llorar, no podía dejar de pensar en cuándo sería que de una vez todo esto se termine pero las esperanzas de poder librarme de mi papá muy pronto cada vez se iban desvaneciendo mucho más.

Volví a mi cama, me acosté y traté de dormirme pero fue imposible, no solo que me dolía todo el rostro, sino que además me daba miedo que él volviera a entrar y no poder defenderme por estar dormida. Así que simplemente me quedé allí, en el medio de la oscuridad, mirando el techo. De repente siento que mi celular vibra sobre la mesita de luz, así que lo agarro y veo que en la pantalla aparece el nombre de "Mike" con un mensaje de whatsapp incluído; "Hey bonita ¿Estás ahí?" abrí el mensaje solo para chequear que no sea viejo o se haya confundido, pero no, efectivamente lo había enviado a las dos y cuarenta y cinco de la madrugada, obvio que le respondí "¿Acaso estás despierto a esta hora?"; "Y tú ¿Qué haces despierta?"; "Nada, no podía dormir"; "¿Te encuentras bien?"; "Sí, ¿Por?"; "No lo sé, sentí que debía escribirte un mensaje, ¿Seguro estás bien?"; "Sí, claro"; y mi celular comenzó a vibrar, Mike estaba llamándome, suspiré y atendí.

TWO PIECES | MICHAENTINA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora