Ely Williams [P.2]

Capítulo 37

Logan

Un malestar interno me acompañaba de vuelta a casa. Y estaba seguro que a Ely le pasaba igual. Ni siquiera la música de la radio conseguía distraerme o alegrarme un poco, solo podía pensar en su nombre. En las inmensas ganas que tenía de buscarlo y partirle la cara en dos, en hacer que no se acordase ni de su nombre, Roger. Bajamos del coche y nos metimos en casa. Ely subió directa a la habitación, iba cabizbaja, llena tanto de rabia como de tristeza. Pero, ¿Cómo no iba a sentirse así?, después de lo que escuchamos de boca del detective Clark, esa nube de felicidad plena y pura que nos rodeaba se esfumó tan rápido como la velocidad de la luz.

- ¿Todo bien? - preguntó Nat sacándome de mis pensamientos.

- Para nada - respondí resoplando y llevándome una mano a la cabeza - Nos han dado noticias de Roger.

- Ven - cogió mi mano y me condujo a la cocina - Cuéntame.

- Nat no creo que este de humor para contarte todo - hice el intento de salir de allí, no sabía muy bien ni que haría o quería hacer.

- Logan - me impidió el paso a la salida - Tienes que contármelo, hablar y soltar esa frustración que llevas dentro para así poder pensar con claridad. Así que dime.

- No saben dónde está - dije para morderme un labio con tanta fuerza por la rabia que sentía, que pude percibir hasta cierto dulzor a sangre - Pero han encontrado en su apartamento fotos de Ely, y fotos de Abby. Fotos que ha hecho claramente a escondidas.

- ¿Qué? - preguntó asombrada.

- Joder Nat, tenía fotos de mi hija en su cumpleaños, de Ely tomando café con vosotras. Las ha estado vigilando, persiguiendo, y encima no saben dónde coño está metido.

Decir aquello terminó por superarme, y terminé saliendo de la cocina, de casa. Me metí en la parte trasera del coche y golpeé con todas mis fuerzas el asiento de delante. ¿Cómo pude pasar por alto su presencia?, ¿Cómo no estuve pendiente en el cumpleaños de mi hija de que ese imbécil estaba allí, cerca de ella, cerca de Ely? ¿Cómo se supone que estoy protegiendo a mi propia familia?

La rabia ante aquella verdad afloro en mi en forma de cristalinas lágrimas. No fui capaz de protegerlas, y sí, sólo eran unas fotos, pero ¿Y si hubiera hecho alguna locura en el cumpleaños?, ¿O en las salidas de Ely? No me lo hubiera perdonado en la vida, ni si quiera aún era capaz de quitarme de la cabeza cierta culpa por el tiempo que paso Ely junto a él en ese apartamento encerrada.

Abrí los ojos y vi que me encontraba en el asiento del coche. Debí de quedarme dormido tras pasar un rato entre lágrimas de rabia y culpabilidad, además del cansancio que tenía acumulado tras pasar la noche anterior en el hospital debido a una llamada de urgencias. Me incorporé y salí del coche. Debía de hablar con Ely, saber cómo estaba, besarla, hacerla sentir segura.
Subí las escaleras y me encontré a mi madre con Abby en brazos. La estaba meciendo para dormirla, por lo que pude notar ya era un poco tarde.

- ¿Dónde has estado? - me preguntó mi madre en un susurró para no despertar mucho a la pequeña.

- No me moví del coche - dije para besar la frente de mi preciosa hija - Voy a hablar con Ely.

Me afirmó con la cabeza, indicando que hacía lo correcto, dejándome espacio marchándose con la pequeña para darnos tiempo y soledad. Y se lo agradecí con una leve sonrisa. Entre en la habitación, la cual estaba iluminada con una tenue luz procedente de la mesita de noche de Ely. Al visualizar un poco más pude verla tumbada bajo las sábanas, hecha un ovillo abrazando sus rodillas. Supe al instante que estaba mal, que estaba en su mundo. Me metí bajo las sábanas como ella y la abracé por la espalda, metiendo mi cabeza entre su cuello rodeado por esos cabellos ondulados.