¿Cómo se suponía que debía de asumir todo esto? Por un lado, entendía la cuestión de Ben. Yo mismo trabajaba en esa profesión, y sabia cuáles eran las prioridades en un quirófano. Pero, por otro lado, era ese familiar afectado. Incapaz de preferir una vida sobre la otra, incapaz de asumir ninguna de las dos posibles pérdidas.
Ben me dejo unos segundos para despedirme de Ely. Despedirme, así lo llamo. Y eso me hizo ver que quizás era una de las últimas veces que vería a Ely. Volví a agarrar su mano, mientras con la otra le acariciaba suavemente la mejilla. Las lágrimas me nublaban la visión, pero era imposible detenerlas. En ese instante recordé lo que se hablaba siempre por los pasillos del hospital, en el hecho de que cuando alguien se encontraba entre la vida y la muerte, aún era capaz de escuchar lo que sucedía a su alrededor. Y de como eso, el escuchar a sus familiares, podría hacer milagros. Hacerlos de alguna forma capaces de volver con ellos. Nunca había sido muy creyente de esas teorías, pero en este punto, y ante la duda de su certeza, me acerqué al oído de Ely. Le remetí un mechón ondulado de cabello detrás del oído, y en un suave susurro lleno de tristeza, desesperación y fe, en que fuera verdad esa teoría y me escuchase, le susurré.
"No puedes dejarme pequeña, no estoy preparado para ello, y sé que no es tu momento. Tienes aún mucho que vivir, mucho que ver de este mundo, mucho amor que dar a nuestra pequeña. Por favor Ely, lucha por volver. Eres fuerte, lo sabes, saca esa fortaleza y vuelve a mí. Te amo"
Con la voz entrecortada al terminar de susurrarle aquello, le di un beso en la frente. Un beso con todo el amor que sentía por ella, y sin un segundo más, se la llevaron. Tarde un par de minutos de salir de la habitación en la que estaba. Y salí de allí derrotado, hundido.
Al llegar a la sala de espera de urgencias, me encontré a Nat con Max, y como no, al padre de Ely. Los tres estaban preguntando con insistencia a la recepcionista, hasta que me vieron llegar. Sus caras se tornaron a terror al verme, y con razón. Mi ropa estaba llena de sangre, una sangre que se estaba secando, una sangre que en un mundo perfecto seguiría recorriendo las venas cálidas de Ely.
- ¿Dónde está Ely? – preguntó Harry, en un tono elevado, de nerviosismo.
- La han llevado a quirófano – dije intentado contener el llanto que desde hace unos minutos tenía en mi cuerpo – Tienen que operarla, tiene un pulmón perforado.
- Saldrá todo bien – intervino Nat acercándose a mí. Con un rostro de pena, el mismo rostro que teníamos allí todos los presentes.
- Eso espero – dije mirando al suelo, mientras me secaba algunas lágrimas.
- No suenas con mucha esperanza – dijo Harry mirándome con cierto enfado ante mi duda.
- Harry – pronuncié mirándole e intentando contener las lágrimas por lo que iba a decir – Está embarazada, y eso complica de algún modo las cosas.
Por unos instantes, el silencio se hizo. Solo se escuchaban las camillas moverse por los pasillos y el teléfono de recepción sonar. La noticia les pilló por sorpresa, pero a mí me sucedió lo mismo. Hubiera deseado enterarme de otra manera, y, sobre todo, que Ely también lo supiera, como no, estando en otra situación.
- Logan, ¿Por qué no vas a casa a cambiarte de ropa? – intervino Nat en el silencio, cambiando de tema.
- No, no quiero irme de aquí sin saber cómo sale la operación – contesté sin más.
- Te traeremos ropa – pronunció Max – Iremos a tu casa y te traeremos algo.
- Si, vamos a traerte ropa nosotros, ¿De acuerdo? – preguntó Nat cogiéndome la cara, e intentando sacar una leve sonrisa para de algún modo, quitarme algo de pena de encima.
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Ely Williams [P.2]
Fiksi RemajaSegunda entrega de Logan Clifford. Tras una bonita relación pese a los problemas y los kilómetros que los separaban, Logan y Ely llegaron a su fin. Y todo por la inesperada aparición de Ann. ¿Cómo superaran la ruptura con el amor de su vida?. Logan...