Capítulo 19

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Ely

Desde que ayer hablé con las chicas, no conseguía sacarme de la cabeza esa promesa. Llevaba toda la mañana ajena a todo, pendiente del paso de las horas. Esta tarde nuevamente se marchaba Roger, el cual no sospechaba ni lo más mínimo, y sería quizás el día en el que saliese de todo esto. Me dirigí a la cocina, para una vez más preparar el almuerzo. Hoy al imbécil de Roger se le apetecía comer carne asada con verduras, y ahí estaba yo. La imbécil de la criada obedeciendo sus estúpidas órdenes. En muchas ocasiones me preguntaba como yo pude acabar así, sometida. Siempre fui de las que decía que jamás permitiría cosas así, que yo era libre, y aquí estaba. Comencé a hacer las verduras mientras la carne se asada en el horno, cuando Roger entró en la cocina.

- Ely, deja eso un momento, ven - dijo al mismo tiempo que me cogía de la mano.

- ¿Qué pasa? - pregunté cuando vi que me llevaba al cuarto.

- Te deseo Ely - comenzó a besarme por el cuello e intentando empujarme a la cama.

- Roger ni se te ocurra - dije empezando a agobiarme - Por favor Roger, no - balbuceé entre sigilosas lágrimas.

- No voy a esperar toda la vida para terminar de hacerte mía.

Me empujó y caí sobre esa cama que tanto me vio llorar y esconder mis penas. No podía estar pasando esto. Claramente quería abusar de mí, y yo lo sabía. Pero también sabía que me ganaba en fuerza, yo a estas alturas apenas las tenía para enfrentarme a él, me había debilitado. Las lágrimas pasaron de ser sigilosas a ser ruidosas, y es que los sollozos que soltaba eran desgarradores. Pero justo cuando me iba a dar por vencida, cuando estaba a punto de tirar la toalla y permitir que prácticamente me violase, Abby comenzó a llorar.

- Roger es Abby - dije entre lágrimas - Tengo que ver lo que le pasa.

- Te vas a librar por esta vez - me advirtió tras resoplar. En ese instante sentía que me faltaban piernas para salir corriendo de ese cuarto. El llanto de Abby me salvo esta vez, lo tenía claro.

- Me voy - dijo Roger cogiendo las llaves del apartamento.

- De acuerdo - contesté recogiendo la cocina del almuerzo y soltando una leve sonrisa tras pensar que Logan vendría.

Tras escuchar la puerta de cerrarse, fui corriendo a la habitación. Tarde segundos en coger la mochila y llenarla de las cosas de Abby, estaría completamente lista para cuando Logan viniese a por mí. Metí prácticamente lo esencial de la pequeña, su peluche de cebrita que me regalo Logan en aquella feria, ropa, y su biberón. De mi apenas guarde unas prendas, pero estaba lista. Lista para marcharme con el único amor de mi vida, y es que después de todo esto, tenía más que claro que quería estar junto a Logan, costase lo que costase.

Fui hacia el salón, y me asomé por la ventana. Aunque estuviese motivada, llena de adrenalina y esperanzas por la llegada de Logan, tenía aún cierto miedo de Roger. Por lo que quería comprobar que se había marchado ya, que su coche no permanecía aparcado allí, frente al edificio. Al echar un vistazo y ver que no había ni rastro de él, pude respirar hondo. Ahora solo me tocaba esperar, esperar junto a mi hija a que su padre nos sacase de aquí. Tenía una necesidad tremenda de tener frente a frente a Logan, de poder sentirme segura, de poder besarle. Pero sobre todo de suplicarle, de suplicarle un perdón inmenso.


Logan

Me desperté bastante agitado. Anoche, después de la cena, Nat me contó de su encuentro con Ely y mi hija. Y he de admitir que lo que me contó, no me agrado. Por lo visto a Ely se le notaba a distancia que estaba pasando por un mal momento. Según Natalie, se veía bastante triste. Sus declaraciones me preocuparon tremendamente, pero lo que me dijo respecto a la niña, me preocupo aún más. Algo tuvo que sucederle a Abby, por que Nat se percató de que tenía algunos de sus dedos con tiritas.

Ely Williams [P.2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora