La venganza de Alex [Editando]

Capítulo 8

-Adiós- Despido con un ademán a los hombres de mantenimiento.

-Que bien quedo- Dice Melisa al verme.

Miro con detenimiento las paredes de la tienda, aún estan fresca y el aroma a pintura es muy fuerte.

-¿Tienes hambre?- Pregunta -Podemos ir a ordenar algo, si quieres.

-Si claro, déjame ir a buscar algo de dinero.

Subo los escalones en una corrida, tomó la billetera y vuelvo a bajar, cerramos todo el lugar y caminamos hasta una tienda de comida rápida. Ordenamos unas hamburguesas con papas fritas, y volvemos.

-¿Se te antoja comer en la cama?- Pregunto. Ella mira la habitación por un segundo.

-¡Claro!- Dice agarrando los paquetes.

Camino hasta el refrigerador y busco unas botellas de cerveza bien heladas. Entró al cuarto y la veo sentada sobre sus tobillos frente a la comida, me siento a su lado.

Tomo una hamburguesa y la muerdo manchandome los dedos con mostaza, ella rie dándome una servilleta de papel y me limpio los labios. Tomo un poco de cerveza y la miro.

-¿En verdad estamos aquí tu y yo?- Sonrió ampliamente.

-¿A que te refieres, Alex?. No es la primera vez que comemos juntos.

-Lo se, pero nunca así, tu y yo, juntos.

-Tienes razón- Dice apenandoce -Es lindo.

-También creo que es lindo- Tomo suavemente de su mano y ella me sonríe al mismo tiempo que nuestras miradas se conectan.

-Fue una larga mañana- Dice rompiendo el silencio.

-Si, lo sé, no pensé que iban a tardar tanto.

-Tampoco yo.

-Pero al menos ya está todo terminado, y tu padre estará contento con los resultados.

-Eso espero, ya sabes como es- Niega con la cabeza.

-Lo se- Río minuciosamente.

-El jefe es el jefe.

-No repitas lo que el dice- infla los cachetes y frunce  el seño.

Terminamos de comer, levantamos los envoltorios y los desechamos en el cesto de la basura.

-Alex, tengo que irme- Me abraza recostando su cabeza sobre mi pecho.

-Eh... claro... yo tengo  que ver que todo este en orden en la tienda.

Salimos de la tienda y la veo subir a su moto, me mira.

-Ven- Dice suavemente.

Me acerco y ella me da un largo beso en los labios mientas me acaricia la cara.

-Estoy tan contenta de que al fin pase esto entre nosotros- Musita.

-Yo también lo estoy- Vuelvo a besarla de manera suave.

Prende el motor y luego se va, entró dentro de la tienda y veo el gran desorden, el suelo manchado con pintura, algunas góndolas que no se cubrieron bien... Suspiro profundamente, ahora tengo que ponerme a limpiar y dejar todo listo para el regreso del señor Ferrami.

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Veo sonar mi celular sobre la mesa del comedor, veo la pantalla y es una llamada de Melisa, tomó las llaves y bajo las escaleras, abro la puerta y la veo bajando de la camioneta de su padre, la noche esta algo fresca pero completamente estrellada.