Capítulo 1

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Siento la furiosa mirada del cielo sobre mi alma.

Siento que me observaba, enojado, furiosos, como si estuviera a punto de lanzar sobre mi toda su cólera.

Sus vientos golpeaban sobre la madera y las gotas respiquetean sobre el cristal de las ventanas.

Su reprocho es claro, su indignación es hacia cada muerte, cada gota de sangre que se ha realizado por la hoja de la filoza navaja. Esta es la venganza de la naturaleza. La respuesta chispeante con la frialdad que se dirararon las balas sobre cada tejido, cada órgano perforado, que extrajo hasta la última gota de vida.

El viento azota contra el cristal, se oyen las ventisca, el cielo negro por las nubes forman un perfecto ojo negro, un ojo vengativo, ansioso por lanzarnos un rayo que nos partiera al medio, dejándonos en senizas que luego dispersaria hacia las puertas del mismo infierno, arrastrando la cabaña entera tan lejos, que lo único serca que tendríamos sería más de la misma nada más profunda.

El silencio me absorbe cuando ignoro el temporal amenazador. Sólo la luz de una vela evita que naufraga en la oscuridad infinita de la locura.

Trago saliva, mo hay forma de tragar todo esto, una tenia luz dejan en evidencia tres sombras enorme, sombras abrazadas a las paredes de madera barnizada. Tal vez son monstruos, nuestra identidad oculta.

Sólo hay silencio y mi silencio era intentar escuchar los susurros de la llama de la vela. Me encuentro absorto en mis pensamientos. No logró alejar todo eso que temo.

No veo el espacio que tanta paz me ha traído, ya nada es igual. La chimenea esta apagada, las leñas ya no crujen y su calor no me envuelve. Es que por mas que necesitara el calor del fuego para sentirme comodo, la luz o el humo alertaron a nuestros verdugos. Quienes siguen el rastro de nuestras hueyas sangrientas.

- ¿Porque jamás me contaste nada?- Melisa me devuelve  a la realidad -¿En verdad estas loco?.

La miro, sus ojos están apunto de estallar en lágrima de nuevo, veo su hermoso rostro, sus cabellos húmedos, sus jeans celestes rasgados y su suéter lleno de tierra.

<<¿En verdad estas loco?>> su pregunta resuena en mi cabeza, esa pregunta a vivido floreciendo una y otra vez en mis ideas desde que tengo memoria.

<<¿Tal vez lo este o no?>> no puedo decirselo, no tengo la serteza, solo puedo pensarlo. Es mas, sólo lo pienso y cada vez es más creíble, cada vez que lo digo, esa palabra se materializa formando una bola en mi garganta, una bola con cuchillas que rasgan al intentar bajar por mi pecho.

-¡¡¡Responde!!!- Grita.

-¡Guarda silencio!- La reprende Jennifer.

Por un momento olvide que Jennifer estaba con nosotros, su campera de cuero, sus botas negras, sus jeans rasgados, su atuendo que chocan tanto ante el tono de sus ojos azules, largo y finos mechones de cabellos rubios desprendido que caen sobre sus rostro blanco y pálido.

-¡¡¡No pienso callarme!!!- Melisa se pone de pie volviendo a hacer uso de sus palabras, palabras llena de ira y confunción -Ya no soporto más secreto y mucho menos si estoy apunto de morir.

Silencio...

<<¿Morir, enserio habla de morir? He muerto tantas veces que no podría distinguirlo>>

Veo mis manos, sólo distingo el rojo, la sangre viscosa secándose en mis nudillos y mis dedos.

-Jamás quise lastimarte- Mis palabras son tan toscas, tanto que ni yo las creo, pero son ciertas -Pero Jennifer tiene rason, siéntate y has silencio que llamaras la atencion- Ordenó y vuelve a sentarse. Veo en sus ojos la cara de la impotencia y el dolor.

Sostengo una navaja, su mango es delicado y firme y su hoja perfectamente afilada... mi mente no reacciona, es frustrante el silencio, es frustrante volver a sentirme perseguido y arrinconado, saber que por poco y casi nos matan. Saber que por mi culpa...

-¿Estamos a salvo verdad?- Le pregunto a Jennifer sin dejar de ver mis manos ensangrentada.

-Por ahora- Responde duramente.

La veo parada frente a una de las ventana, sus ojos azules reflejar angustia y a la vez rabia. No sabía si estaba tratando de buscarse algun tipo de consuelo o sólo estaba pensando las posibilidades de ganar en el contra ataque.

-¡No quiero morir aqui!- dice Melisa, aún es una bola de nervio.

-Tengo un hombre afuera que nos avisará de cualquier movimiento, estaremos seguro, si alguien se acerca huimos hasta ponernos a salvo de nuevo- Eso parece calmarla, pero la mirada sería de Jennifer se clava sobre mi, ella sabe que es mentira, nada garantiza nuestra seguridad... Pero claro que no pienso huir, no más, no está vez.

El plan parece irse de control pero aún tenemos la ventaja del terreno, y del tiempo, seguimos un pie adelante de los malditos.

-¿Me puedes decís como diablo comenzó todo esto?- Pregunta Melisa.

-¿Comenzar que?- Me hago el ingenuo.

-¡Por Dios!- Dice frustrada -¿Cuando te convertiste en un maldito asesino?

-Cierra la boca- la reprende Jennifer.

-Espera- Musito levantándo la palma de la mano.

Jennifer es una chica delgada, blanca pálida, de ojos azules, pero podía ser muy ruda, y aún mas con aquellos que llegan a meterse conmigo, veo como me hace un jesto de desinterés al encogerse de hombros y voltea hacia la ventana.

-Será mejor que no sepas nada- Le digo -¡Será mejor para ti!

-¿Será mejor? - Responde irónicamente -¿Como diablos podría estar mejor?

La veo decidida, sus ojos verdes desbordados de lagrinas me observan fijamente, veían mis labios, inquietos por alguna respuesta, sus dedos morenos se presionan contra el algodón de su  suéter. Y luego abraza sus rodillas, comienzo a notar que el frío también comienza  a helarme los huesos.

-Esta bien - Respondo  con infinita duda - Te contaré como comenzó todo, entenderás mejor si te cuento todo desde el inicio- Suspiro -¿Recuerdas aquella vez que te conte que mis padres habian muerto en un axidente?- ella asiente, y Jenifer comienza a observarme por el rabillo del ojo -Bueno, pues, no fue asi, mi padre me abandonó cuando sólo era un bebe y jamás supe nada del bastardo, crecí con mi madre alcohólica y un bastardo que conocí cuando era un niño, que luego se convirtió en mi padrastro- Inspiró  profundo y contengo mas lágrimas -Mamá siempre tuvo muchos problemas cuando se traba con eso de relacionarse con hombres, siempre elegía a los más idiotas, pero resultaba que este bastardo era diferente, era policía y todo fue encantador al principio, pero luego la cosa se puso agresiva con el tiempo, el tipo comenzó a golpear a mama y a tratarme como basura, y mama jamás intento en siquiera detenerlo, crecí odiandolo, bueno, a ambos. Creci sólo, aguantando el maltrato, ya que no sólo era él tipo quien me trataba mal- Rio amargamente -Luego la mujer que me dio la vida también comenzó a hacerlo, mi madre comenzó a elegirlo a el y sólo bastaban dos palabras para tener una paliza y dias sin un maldito plato de comida, si el llegaba de mal humor, era ir a la cama temprano con un ojo morado y sin cena, y si llegaba de buen humor, Bueno, sólo era el ojo morado- Cierro los puños -Maldito... Y mi madre, poco a poco comenzó a aferrarse al alcohol y a las pastillas, busco su huida dejándome a la suerte, la primera vez que intento sacarse la vida yo era muy pequeño, pero logre entender por primera vez la soledad con sólo tenía diez años, la segunda vez no se lo perdone, y logre tenerle odio. Puedo decir que jamás senti tanto dolor, se supone que ella era mi madre, y no debía dejarme sólo, pero lo hizo y después de su segundo intento de suicidio, ya no era ella, la hospitalizaro una buena temporada y cuando volvió, fueron unos meses donde en verdad fue una buena madre, luego volvió a decaer en su infernal rutina de cócteles de alcohol y pastillas hasta convertirse en nada más que carne...

-¿Y luego que hiciste?-

Miro a melisa, ella sigue indagando entre mis demonios y estos en cualquier momento volverán a sacar los colmillos. Resoplo.

-A los 18 ya estaba completamente perturbado o eso creía. Siempre era de la escuela y sus mierda a volver al mismo infierno de hogar así que sólo tome mis cosas y me largue.

Suena la radio de Jennifer... Y eso significaba.

-Mierda- Digo para mis adentros, esta llamada no es buena.

La venganza de Alex [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora