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kim eunseo
Sehun estacionó la motocicleta frente a la casa, de la cuál había varias personas –personal médico– saliendo de la casa del abuelo Hwang, lo cuál me dejó algo sorprendida y como todas aquellas ideas pesimistas llegaban a mi cabeza. Al bajar de la motocicleta, dejando el casco en el asiento de atrás, caminé un poco alerta hasta encontrar a Junmyeon, quién hablaba con una mujer alta y bastante elegante; lo cual me intimidó y dudé en caminar hacía aquella dirección.
—Eun. —Junmyeon me llamó, mientras me hacía un gesto para que me acercara. Me fui acercando con breves pasos, hasta llegar a ellos y saludar dando una reverencia; y la mujer se me había quedado viéndome algo sorprendida—. Ella es la hija del abuelo Hwang.
—Hola. —Volví a saludar.
—¿Eres la hija de Eunhyuk? —Preguntó sorprendida, entonces asentí, ella tomó mis mejillas apretándolas un poco mientras veía mi rostro con curiosidad y al mismo tiempo una sonrisa nacía en su rostro—, Pero que bonita eres, wow.
—Y al parecer Sehun te trajo. —Junmyeon sonrío mientras veía a Sehun quién seguía cercano a su motocicleta, y al sentir la mirada de Junmyeon encima, hizo una reverencia y sacó las manos de su bolsillo.
—¿Qué pasó? —Pregunte, un poco asustada.
—¿No le contaron eso? —La mujer le preguntó a Junmyeon, este negó con la cabeza entonces ella giró a verme—, Sucede que, el abuelo Hwang tiene problemas en su salud, tu sabes, cosas de viejos.
—¿Qué?
—Así es... pero ya no es nada grave, pero hoy olvidó tomarse unas pastillas, y pues hizo que todos perdiéramos la cabeza. —Contestó mientras pasaba una mano por mi cabello, peinándolo con tranquilidad—. Ahora está mejor, tiene que descansar mucho.
—Señora Hwang. —Una de los paramédicos había salido de la casa para llamarla, ella pidiendo disculpas se alejó de nosotros. Dejándome con Junmyeon quién me miró con una leve mueca.
—Ve avísale a Sehun lo que ocurre, parece que está preocupado. —Junmyeon me dio un leve empujón mientras se reía—. Cuando lo llamé no esperó ni dos segundos para responder. Cada vez tiene más mi permiso.
—Oye... —Dije, algo irritada, mirando su sonrisa burlona volvió a darme un empujón para que fuera con él. Tomé una breve respiración antes de empezar a caminar hacía el, quién aún estaba apoyado de la motocicleta.
—¿Todo está bien?
—Parece que el abuelo tuvo un problema de salud, pero ahora todo está bien. —Le expliqué, entonces el frunció el ceño para luego asentir, aunque no sonaba muy convencido—. No tienes que preocuparte.
