¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
kim jongdae
Todo lo que quiero, lo consigo.
Siempre tuve todo lo que quise, desde pequeño, era el mimado de la casa. Y siempre era el niño de honor de la familia. Mis padres siempre estuvieron orgullosos de mí, y siempre apoyaban todas las decisiones que quería. Mi hermano mayor, estaba viviendo en el extranjero mientras ejercía los primeros años de su carrera, mientras que yo, estaba haciendo mi carrera aquí. Aunque mis padres me habían dado aquella opción, yo había decidido quedarme.
En secundaria, quería ser cantante. Quería ser parte del estrellato, incluso, mis padres quienes tenían los contactos suficientes para hacerme parte de una gran agencia de entretenimiento, estaban de acuerdo en eso. Pero, había cambiado mi opinión después; quería estudiar leyes y ser un gran fiscal, como mi abuelo. Pero luego supe que las leyes no eran lo mío.
Antes de ingresar a la universidad, mi papá me dejó ir a su empresa con él. Y ahí supe cuál era mi verdadera vocación, y esa eran los negocios. Tenía lo fundamental: ambición, capricho, y competitividad. Siempre luchaba hasta el final para conseguir buenos resultados, eso era algo bueno, aunque quizás también era malo, pues no tenía límite de mis acciones y podía dañar a otros. Y no me daría cuenta a tiempo de lo que estoy haciendo.
En la secundaria, me destacaba con ser el mejor de la clase. Siempre era el primer puesto en índice escolar en la escuela. Aunque fui a una de las mejores privadas, y nadie ahí se las tome tan en serio como deberían. Era bueno en deportes. Y también era algo así como popular. Nunca fui de los más atractivos y tampoco de los más problemáticos. Siempre estuve ahí, y siempre me mantuve en mi línea. Era amigo de todos en el salón.
En cuanto al amor, solo había tenido dos novias en toda mi vida. La primera habíamos terminado debido a que ella decidió empezar su vida como una estrella del entretenimiento. Habíamos terminado porque sabíamos lo complicado que sería —para ambos— salir. Y habíamos quedado como amigos, y claro, en rara ocasiones hablábamos de nuestra vida.
Y ahora, tengo a Hyunjee. La había conocido en la orientación de la universidad. A pesar de que, estudiábamos en diferentes áreas; en una de las fiestas de bienvenidas, me la volví a encontrar, y fue dónde empezamos a hablar.
Hyunjee era una chica muy inteligente, y demasiado amable con los demás. Y realmente, era demasiado afortunado de tenerla a mi lado.
—¿Te gusta? —Pregunté, al ver a Hyunjee ver una de las carteras que estaban detrás de una vitrina en una tienda. Ella volteó a verme y se encogió de hombros.
—Se ve bien. —Respondió mientras me daba una leve sonrisa—. Vamos, ya va a empezar la película.
Me animó, entonces empezó a caminar hacia el elevador de la plaza, pero la detuve sosteniéndola del brazo. Ella me miró frunciendo el ceño, le sonreí mientras caminaba con ella en dirección a la tienda.