A T E N C I Ó N | +capítulo narrado en tercera persona. +diversos saltos de personaje +capítulo largo
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minseok
Minseok miraba la puerta del consultorio con ese mal presentimiento de siempre. Nunca le había gustado. Jamás le gustaría. Desde el primer momento en que ponía un pie en el lugar, este le traía bastante malos ratos como también malas noticias. Ni siquiera debería ser él, quién tuviera que llevarse eso en su espalda.
Miraba la hora en el reloj que había en una de las paredes, el sonido del péndulo lo ponía ansioso. Y el doctor no terminaba de revisar los papeles para decirle las cosas como eran siempre a Minseok.
—Bien. —El doctor Choi dijo, mientras dejaba los papeles sobre la mesa y miraba a Minseok—. En cada estudio que le hacemos, no encontramos mejoría. Mucho menos algo que esté mayormente despierto.
—¿No existe algo que pueda despertarlo?
—Existen muchos tratamientos. —El doctor quito sus gafas—. Pero no tengo ninguna esperanza en que alguno sirva en él, y son tratamientos bastante caros en el extranjero. Y considerando su condición, viajar no es lo más seguro.
Minseok suspiró, asintiendo después.
—Me llamaron porque estaba teniendo un fallo respiratorio. ¿No?
—Así es. —El doctor miró a Minseok con aspecto profesional pero tanto comprensivo—. Sus pulmones no estaban respondiendo bien al oxígeno, pero por suerte pudimos controlarlo. Ahora se encuentra mejor.
—Con un tubo en su garganta. —Minseok respondió mientras daba media sonrisa sarcástica—. ¿Si ocurre otra cosa así con él que nos queda?
—¿A que te refieres hijo? —Preguntó sin comprender. Minseok no le contestó y negó con la cabeza—. Sabemos que es una decisión bastante grande, pero tienes que pensar en eso mejor. Y mientras tanto, esperaremos.
Aquella idea dejaba a Minseok algunas noches sin dormir. Dejándole aquel peso sobre él, no queriendo ser el que decida aquel juicio por si mismo. No quería tener el control sobre nada, y mucho menos sobre eso.
—¿Eso es todo? —Preguntó Minseok, el doctor asintió y casi al mismo tiempo se pusieron de pie. Dándose un apretón de manos, Minseok salió de aquel consultorio pasando las manos por su cabeza.
No sabía si dar otra ronda en aquella habitación o simplemente irse. En primer lugar, solamente había visto por la ventanilla de la puerta. No había tenido un acceso propio como era debido. Y no sabía si irse sin saludar, o al menos verlo. Pero era difícil al menos para Minseok, no sentirse culpable al respecto.
—¿Qué haces aquí? —Preguntaron detrás de él, Minseok se giró sobre sus talones, mirando a quién lo había llamado. Su "molestosa" compañera de trabajo, quién traía con ella un ramo de flores y un bulto de comida a un costado.
