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jongin
—Espero que me pagues. —Le dije, mientras continuaba conduciendo, parándome en un semáforo en rojo, mirando a Eunseo, quién estaba en el asiento trasero mirando a la ventana y utilizando una bufanda alrededor de su cuello y casi cubriendo su boca—. ¿Ahora me ignoras? Se supone el que debe de estar así soy yo.
—¿Tú por qué? —Me respondió, mirándome, arrepintiéndose y volviendo a mirar a la ventana.
—Porque una persona tan guapa como yo no te puede dejar de gustar. —Dije, mientras volvía a arrancar el auto en la avenida. Soltando una sonrisa, al ver que Eunseo no dijo nada—. Aunque sabes, yo pensé que te gustaba Minseok.
—¿Por qué? —Eunseo fue quién preguntó.
—No lo sé, es ese personaje de anime que las chicas adoran. —Respondí haciendo una leve mueca—. O al menos es eso que dice Yein, yo sigo siendo el más guapo dentro de la casa, ¿No?
Otra vez más silencio, me estacioné frente a una heladería, apagando el auto mire a Eunseo quién miraba a todos lados menos a mí.
—No te avergüences de eso. —Contesté, ella me miró—. Me haces sentir feo... Y, también, en lo poco que escuché de la conversación hablaban en tiempo pasado, ¿No es así? —Ella asintió—, Entonces no te gustó más. Fue al comienzo, ¿No?
—Igualmente, es vergonzoso. —Murmuró.
—Lo sé, lo sé. —Dando un suspiro—. Te contaré uno de mis secretos para que no te sientas tan mal...
Eunseo me miró con atención, entonces solté un suspiro antes de hablar.
—Antes me gustaba una chica, y nunca supe como decírselo. —Conté—. Entonces, cuando al fin decidí confesarme. Me dijo que tenía una pareja.
—¿Cuál es el secreto? —Preguntó Eunseo no viendo la lógica a lo que decía.
—Es Yein. —Al decirlo, quedó algo boquiabierta.
—¿Por qué no se lo dijiste? Ella se ve que te quiere mucho. —Contestó mientras quitaba su bufanda del cuello—. ¿Por qué no se lo dijiste?
—¿No escuchaste la parte en la que dije que tenía novio?
—¿Y qué? —Preguntó, pestañeando varas veces—, Te puede gustar con o sin novio.
—¿Qué pasó con la chica que no decía nada? La necesito otra vez. —Contesté mientras daba la vuelta, quitando el cinturón y saliendo del auto. Eunseo salió justo detrás de mi.
—Debiste decirle.
—¿Me ibas a decir que te gustaba?
—Bueno... ahora lo sabes.
—Oh wow, no me digas. —Quería continuar caminando pero me volteé a Eunseo, quién dio dos pasos atrás porque iba a chocar conmigo—. El punto es que, no nos conviene.
