shared house ー exo

004

Luego de tomar horas y horas de apuntes de introducción, ya estaba libre. Mi horario de los lunes era súper corto, lo bueno. Y ahora es el tiempo de almuerzo —o las ventanas que tenía mi horario— en el cuál debería ver la cafetería o algún lugar cerca para comer.

Aunque, me habían dicho que la cafetería era una jungla, y que mejor me alejara de allá lo más pronto posible. Mientras lo hacía, pensaba una y otra, y otra, oh si, y otra vez más en todo lo qué pasó. Desde la oficina, la clase, y aquel molesto chico que se había robado mi bolígrafo favorito.

Guiándome de un mapa que tenía mi teléfono, quería ir a comer a algún sitio, pero mi siguiente clase era en media hora y quizás me tomaba tiempo ir y volver. ¿Y si intento llegar a la cafetería? No es como si fueran los juegos del hambre. O bueno, Minseok me había dicho que así eran.

Todos en la universidad conocían a alguien, o tenían un grupo, o simplemente estaban bien con las toneladas de tarea. Y luego estaba yo, que no sabía si comer o no por miedo a faltar a la próxima clase, ni tener donde sentarme o simplemente que ocurriera algo que me hiciera lamentar mi nacimiento. Lamentándome de la mayoría de cosas, estaba parada como una estúpida mirando todo el lugar.

Que incluso, sentarme en el piso era una opción. Pero para mi suerte había encontrado una línea de máquinas expendedora, donde había comprado snacks y dos latas de soda. Conformándome con eso, caminaba hacia el próximo edificio para entrar en mi otra clase.

—¡Eun! ¡Eun! —Gritaban, pero no había captado que ese era mi nombre hasta que identifique la voz de Jongdae. Me volteé mirando como venia con una chica, y no supe si quedarme ahí, decirle algo o simplemente huir—, ¿Qué es eso? ¿Tu almuerzo? —Señaló los paquetes de botanas y fruncía el ceño.

—No. —Negué rápidamente—. Ya almorcé, compre algunas cosas porque mi horario después es algo pesado y seguro me da hambre. —Puse como excusa.

—Bueno, bueno. —Chen asintió, hasta que miró a su grupo—. Cariño, ella es Eunseo.

La miré, era alta, demasiado guapa, y era de esas chicas que sabes que es un ángel a simple vista. Sin duda, dudaría de mi sexualidad en este punto. Su estilo de ropa era genial, faldas cortas, zapatillas altas, justo cómo yo quería vestirme si no fuera tan tímida. Y un buen maquillaje que parecía natural y que su rostro nunca había tenido un grano. Ella era bastante femenina y yo, mientras tanto, solo llevaba ropa puesta.

—Hola. —Saludó sonriente—. Soy Hyunjee.

—Eunseo. —Respondí, sonando un poco nerviosa.

—Eunseo se mudó con nosotros. Su papá es uno de los fundadores de la fraternidad. —Le contó. Ella miró a Jongdae después, luciendo sorprendida.

—¿En serio? Y, ¿Qué estudias?

—Psicología. —Respondí—. Jongdae me dijo que tú también, quizás nos topemos en algunas clases.

Hyunjee asintió mientras pasaba una mano por su cabello.

—¿Adónde irás ahora?

—Clase. —Respondí—. Seguro ustedes tienen que ir a almorzar, así que... vayan.

Hyunjee asintió, mientras tomaba de la muñeca de Jongdae para jalar de ella.

—Te veré en la casa. —Dijo como despedida, asentí mientras volvía a quedarme sola. Otra vez yo y mi almuerzo.

Con algo de dificultad, llegué a mi aula, como no se encontraba nadie allí aún, aproveche a tomar asiento y a comerme mis cosas. Tenía muchas llamadas perdidas de mi madre, pero la llamaría una vez termine mi horario.