Ella se me quedo viendo con una gran sonrisa.
¿Qué? - le pregunte también sonriendo.
Pensé que nos odiábamos - dijo ella - Pero no te puedes preocupar por alguien que odias.
_______, esa es la cosa - le dije - De hecho, yo no te odio. Todo lo contrario.
Era el momento de decírselo, era ahora o nunca.
Santa mierda.
¿Y cómo es eso? - me dijo al parecer confundida.
Escucha, durante toda esa semana que estuvimos sin siquiera mirarnos - comencé a decir - Me sentía, ya sabes extraño, pero no sabía el motivo. Luego de eso, el día de la fiesta tú no estabas en casa obviamente, así que invite a Trevor temprano y estuvimos charlando un rato.
No entiendo que tiene que ver esto conmigo - dijo ella con una sonrisa.
A eso voy - le dije - Trevor también había notado mi cambio de actitud, con la diferencia de que el si sabia la razón de mi estado... ________ yo...
¿Tu...? - dijo ella para que continuara.
Solté un suspiro.
Lo que quiero decir - le dije - Es que esa noche te llame no solo para saber dónde estabas, sino para saber cuándo volverías porque tenía que decirte algo muy importante. Que es...
¡Christopher termina de decirlo! - dijo ella ya frustrada.
No salían las palabras de mi boca.
¡Vamos Chris! ¡Sé un hombre!
Aquí voy, no hay vuelta atrás.
Deje salir el aire que tenia contenido y por fin se lo diría.
Para decirte que estaba, o más bien, estoy perdidamente enamorado de ti - dije viéndola a los ojos.
Oh rayos.
¡Chris sigue hablando!
Explícate.
Haz algo.
Déjame explicarte - dije ya que ella solo me veía sorprendida - Toda esa semana sin hablarnos me hizo darme cuenta de que te necesito, pero no solo por el sexo, sino que de verdad necesito de ti, todo, tus regaños, tu risa, tu amargado genio, tu sarcasmo, todo.
Ella seguía viéndome sin decir palabra alguna.
Y cuando me entere de lo de la fiesta - le dije - Sentí una gran presión en el corazón, como si me lo estuvieran aplastando. Eso fue porque tenía miedo de perderte. Y Cuando te vi salir de esa casa, todo volvió a estar bien, hasta que te desplomaste en mis brazos y comenzó de nuevo todo ese extraño dolor. ¡Y peor aun! Cuando aquel doctor me dijo que estabas bien, pero que era gracias a unas maquinas, todo se volvió gris, porque me di cuenta de que realmente podría perderte y sin haberte dicho todo.
Ella seguía ahí, estática.
Además - continúe diciendo - ¡No soy el único que se dio cuenta de todo esto! E-e-el profesor de mi clase, la tal Vanessa aquella, Trevor, ¡¡hasta tu madre!!
Y ella seguía maldita sea viéndome.
______ ¿estás bien? - le dije - Al menos por educación deberías decir algo.
Chris yo... - iba a decir pero fue interrumpida por un maldito doctor.
Disculpe joven, pero debe irse, debemos hacerle unos exámenes a la señorita Cox - dijo el doctor haciendo un ademan para que me fuera.
¿¡Esto es en serio!? - le dije con una mirada fulminante.
Si - dijo seco - Ahora por favor, retírese.
Vi a ______ quien estaba mirando al suelo como si estuviera analizando todo. Me levante de la silla y me fui de la habitación, no sin antes darle una mirada asesina a ese doctor inoportuno.
¡¡Estuve tan cerca!!
Mientras iba caminando por el pasillo hacia la sala de espera iba analizando todo lo que acababa de pasar. Y caí en cuenta que le acababa de decir a ______ todo lo que sentía y gracias al imbécil del doctor, no pude saber si ella sentía lo mismo.
¿Y si no lo hacía?
¿Si mas bien sentía todo lo contrario?
¿Y si en realidad no sentía nada?
Comienzo a darme cuenta de que fue una mala idea eso de decir tus sentimientos.
Decidí dejar de lado todas esas preguntas que atormentaban mi cabeza, y me senté en una silla. A los minutos llegaron Sean y sus padres. Todos se sentaron en la misma fila de sillas en donde estaba yo. Converse durante un rato con Sean y luego una enfermera se acerco a nosotros.
¿Familiares de _______ Cox? - pregunto amablemente.
Si - respondió su padre.
Acaban de salir los resultados de sus exámenes, - comenzó a decir la enfermera - Todo salió excelente. Mañana mismo le darán de alta y se podrá ir con ustedes.
Muchísimas gracias - le dijo el Sr. Cox con una sonrisa.
A sus órdenes, con permiso - dijo la enfermera para seguidamente marcharse.
Me senté de nuevo en la silla con Sean pero vi como sus padres se susurraban cosas, luego su madre me vio y le volvió a decir algo a su esposo. Así pasaron unos cinco minutos, luego se giraron hacia nosotros.
Tengo miedo.
¿Todo en orden? - le pregunte a la Sra. Cox.
Si, querido - me dijo ella sentándose a mi lado - Solo que queríamos hablar contigo.
Seguro, ¿qué sucede? - le pregunte.
Bueno, como ya sabes - empezó a decir ella, su esposo estaba parado en frente de mi viéndome - _______ y tu viven juntos, es decir en el mismo apartamento, pero como debe estar de reposo al menos un mes queríamos saber si tu ibas a poder estar pendiente de ella. Es muy terca y seguro ya mañana está haciendo algo que no debe para su salud. Por supuesto que ella se podría quedar en casa con nosotros, pero ni su padre ni yo podemos dejar el trabajo para estar pendiente de ella y además llegamos muy tarde a casa.
Señora Cox - le dije interrumpiéndola, ya sabía a dónde iba esto - Esta bien, yo puedo encargarme del cuidado de su hija, es más, seria todo un placer.
¿Lo dices en serio? - dijo ella, yo asentí con una sonrisa - Oh, muchas gracias Christopher, no sabes cuánto te lo agradezco. ¿Lo ves? - dijo viendo a su esposo - Te dije que era un buen muchacho.
No hay problema - dije y sentí como me abrazaba, aunque tarde un poco le respondí de la misma manera.
Ya debes saber lo terca y mente cerrada que es - empezó a decir con una sonrisa - Así que si se niega a hacer algo que le digas, me llamas y yo misma la obligo.
No pude evitar reír, eso iba a ser una buena carta.
Seguro - le dije aun riendo un poco.
Gracias hijo - me dijo el Sr. Cox y me dio un apretón de manos amistoso - Me la cuidas.
No hay problema - le dije - Seguro que sí.
Así que iba a tener que cuidar a ______ durante un mes, y si se negaba a hacer algo de lo que le decía su madre la obligaría. Esto sería divertido, a menos que...
Maldición.
No lo había pensado, acabo de decirle todo a ______. Si ella no siente lo mismo, todo se volvería incomodo y no sería tan agradable como me estoy imaginando. No debí aceptar esto, no hasta que supiera su respuesta.
Pero ya es tarde para arrepentirme, ya les había dado mi palabra a sus padres. Ahora solo me quedaba esperar...
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Habitación 101.
Teen FictionMi nombre es ______ Cox. Tengo 17 años y vivo en Los Ángeles, California. Vivo con mi madre, mi padre y mi pequeño hermano de 4 años. Ya termine la escuela así que ahora debo ir a la universidad, pero mis padres se les ocurrió la magnífica idea de q...