ocho

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Es realmente molesto darse cuenta de que te interesa otra persona. Creí que... Olvídalo. No sabes quién soy. El que llegues a sonreír algunas veces al leer mis notas no hará que te enamores de mi. 

Jamás dejaré de ser tan absurdo.

—N.





Su ceño se frunció, mi pecho dolió un poco pero, era mejor terminar por restarle importancia a todo esto.

—¿Por qué esa cara de decaído? —Palmeó mi hombro, me sentí realmente mal.

Un nudo en mi garganta al ver como esa chica se acercaba a él y dejaba un tierno beso en su mejilla, me hizo que mi pecho se oprimiera cada vez más. Pasó su brazos por los hombros de esa hermosa castaña, acercándola a él, dejando un beso en su coronilla.

—N-Nada...

—¿Por qué no has comido de tu delicioso postre de chocolate?

—No tengo hambre. —Acerqué la bandeja a él— Puedes comerlo yo... Tengo que ir a la biblioteca, necesito unas copias para música.

Me puse de pie, sin mirar a mi mejor amigo a los ojos. Suspire cansado. Como si tuviera tanto tiempo sin dormir, largos días de insomnio.

—Quizá debería...

Me dije a mi mismo, andando por los pasillos hasta la biblioteca.

Debería de hacerlo. Dejar de escribirle, dejar que todo se detenga ahí, no debería de seguir enamorándome de él. Era algo prohibido.

—Mierda... —Jadee. Olvidé las copias.





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