N O T E S

veintiséis

Caminaba a pasos decididos, deteniéndome cada diez pasos para pensar un momento las cosas antes de volver a  decidirme por hacerlo y caminar nuevamente a mi destino. De un momento a otro, siento un gran peso sobre mi cuello, seguido de un ruido casi sordo. Me sorprendo-asusto, hasta que escucho la risa de Mark.

—¿Listo para tu cita? 

—No es una cita. —Respondo por décima vez de lo que va del día.

—Sí, sí. Y yo me chupo el dedo. 

—Ah, ahí eso sí que no sé. —Me aparté de su brusco agarre, caminando normal nuevamente— Eres muy molesto a veces, Mark.

—Cállate. Eso es lo que hacen los mejores amigos. Ser molestos para poder siempre estar cerca de sus amigos y que los quieran. —Rió.

Alcanzamos a caminar un par de metros más, cuando unos pasos insistentes en el pasillo aparecen, me sorprende de sobre manera, hasta que giro, encontrándome casi cara a cara con el rizado que parecía demasiado agitado. Sus mejillas ligeramente rojas y su respiración agitada.

—Noah... —Frunzo mi entrecejo, retrocediendo un paso en cuanto puedo. Lo miro fijamente.

Mark parece mirarlo de manera matadora. El día de hoy apenas y nos lo habíamos encontrado en el colegio, era claro que teníamos un par de clases juntos pero, nunca nos miró en todo ese tiempo. Éramos invisibles para él. Hasta ahora.

—¿Ya estás libre? —Asentí sin mencionar ni una sola palabra— Ya... ¿Nos vamos? 

Una rápida mirada a Mark y me dedicó un pequeño movimiento de cabeza, lentamente se fue apartando. Él tenía una clase más.

Un minuto más, tarde, cuando Harry y yo comenzamos un pequeño andar, mi celular suena, indicándome la llegada un nuevo mensaje. Lo tomo entre mis manos, tratando de que el rizado a un lado mío —medio metro podría decirse— no logre leerlo.

Markie

Recuerda pensar bien las cosas antes de aceptar algo. Aunque si te hace o dice algo realmente estúpido, no dudes en regalarle otro golpe en la mejilla.

12:45 pm

—¿Todo bien? —Asentí de inmediato, guardando mi celular. Su mejilla ya ni siquiera se veía roja o hinchada. Mentira, un poco hinchada sí se encontraba.

—Sí. 

Fue lo único que dije, saliendo del colegio. Solamente lo seguía, sin saber con claridad hacia dónde nos dirigíamos. Aunque por mi cabeza pasaban un sinfín de cosas, entre ellas, buenas y malas;  buenas sabiendo que me aceptaría y tendríamos un muy bonita relación juntos y malas, que terminaría llevándome a un lugar alejado donde apenas transitarán personas para poder golpearme y desquitarse por el golpe en la mejilla y la vergüenza que le hice pasar.

No sería algo nuevo que pasara en mi vida, es decir, estaba más acostumbrado a las decepciones, que a las buenas noticias. 

—¿Quieres un café? —Negué en seguida.

—Comencemos con esto ya, Harry. No quiero que le des demasiadas vueltas al asunto...

De un momento a otro me había comenzado a irritar. Todo ese montón de pensamientos, las palabras que anteriormente me había dicho Mark, su mensaje... Todo andaba por mi cabeza y, aunque mi mejor amigo había dicho que no me hiciera tantas ilusiones, claramente ya era tarde, porque para ese momento, por mi cabeza ya había pasado un par de imágenes hermosas con Harry como mi pareja. Momentos bellos con él, tomados de las manos y... Eran demasiadas ilusiones.