diez

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—Te haré compañía.

La manera en la que su voz salió de sus labios, la forma en la que me sonrió cuando lo miré... Nos miramos. Sus hoyuelos mostrándose, sus labios fruncidos...

¿Por qué la vida no quería que estuviéramos juntos? Necesitaba poder estar con él y ya no en una relación de compañeros de clases. Quería una relación buena pero, ni siquiera habíamos llegado aún a ser buenos amigos, además, él tenía novia.

—Deberías ir a clases.

Respondí seco. Con plena indiferencia. Recordé a esa chica, el hecho de verlos tan juntos y sonrientes me molestaba, seguramente era feliz con ella, con una chica. Y una que era perfectamente hermosa, de lindo cuerpo, atractiva...

—No, me quedare aquí. —Se sentó, permaneciendo firme— ¿Tienes los apuntes de Química? Se me pasaron la clase anterior y... —Asentí sin dejarlo terminar.

Busque en mi mochila, saqué mi libreta. Y se la entregue. Hubo un error.

—¿Qué es ésto? —Cuando giré a ver de qué se trataba, él ya permanecía un confuso— Ésto...

Le arrebate la libreta de hojas amarillentas, cerrándola y guardando esta misma en mi mochila. Mi corazón parecía que saldría de mi pecho, fue nunca impulso de nerviosismo y adrenalina al máximo.

—Es una libreta para escribir ideas de varias cosas... —Expliqué, mirando por el rabillo del ojo como él asentía. Parecía estar aún confuso.

—Qué bien.

Comenzó a pasar esos apuntes que le hacían falta. Me lamentaba de haberme saltado la clase. Vaya mierda que me cargaba.

Era jodido estar aquí, con él. Sabiendo yo mismo cuales eran mis sentimientos.

—Gracias. —Apenas me entregó el cuaderno lo guarde en mi mochila y me puse de pie— ¿Te vas?

—Uhm... ¿Si?

—Pues, por ahí te verás salir el guardia y no te salvarás de un reporte...

—Y, ¿Qué más da? Solamente quiero irme a casa, no me siento bien.

Se puso de pie, tomó su mochila y me hizo seguirlo, esquivando los salones en los que había clases. Ni siquiera sabía porqué lo estaba siguiendo.

—Harry...

—Cállate, Noah. Podrían descubrirnos. —Tiro de mi camiseta mientras comenzó a correr, llevándome con él detrás de sí.

Saltamos aquella pared, con algo de dificultad, por parte de mi, antes nunca había saltado ninguna...

Una de mis primeras veces en una de tantas cosas ha sido con él...

—¿Adónde vamos?

—Yo voy a mi casa... —Murmuré— Gracias por esto pero, no era necesario.

—Bueno... —Sonrió, sin saber qué era lo que venía después, se acercó a mi— Podrías agradecerme con invitarme a tu casa.

—Pero... —Me quedé callado por un tiempo— Debes regresar. Tu novia te estará esperando.

Ni siquiera lo negó. Adiós esperanzas.

—Le mandaré un mensaje.

Negué rápidamente, aparte su mano de su bolsillo de donde estaba por sacar su teléfono celular. Hice una pequeña mueca.

¿Cómo decirle que no quería que fuera a mi casa? Quería estar solo. Eso quería. Desde que entregue esa nota...

¡La nota!

—¿Qué demonios...?

Cuando miré, él ya tenia su teléfono celular en sus manos, tecleando algo en él.

—¿Pasa algo?

Él rió ligeramente, derritiendo mi corazón un poco. Cuando lo miré negar con una sonrisa suave, me percate de algo, no creía ser capaz de rechazarlo.

Es decir, después de todo, he sido yo quien ha estado mandando esas notas, dejándolas para él.

—Han dejado otra nota.

Eso fue siguiente para que mi corazón comenzará a latir rápidamente, ¿Le habían enviado una fotografía de la nota o solamente se lo habían hecho saber?

—¿Tus amigos saben que recibes notas? —Pregunté con cierta tranquilidad, aunque moría de nervios.

—Sí... Bueno, al Jackson. —Se encogió de hombros— Es quien se la pasa más junto a mi.

Mentiroso...

—Tengo que irme. Adiós. —Me giré para comenzar a caminar hasta mi casa.

—Ya sospecho de quien se trata... —Aquello me hizo detenerme, controle mis temblores y giré— ¿Quieres saber de quién sospecho?
—Una sonrisa cómplice apareció en su rostro, no sabía porque me estaba haciendo esto.

—No... —Negué desde mi lugar, varios pasos lejos de él— No quiero saber, después de todo es problema tuyo. Eres tú quien recibe esas notas. —Me encogí de hombros, dispuesto a volver a retomar mi camino a casa

—Tienes razón... —Susurró, algo andaba mal con él, su voz se sintió apagada de un momento a otro— Nos vemos mañana. Iré a recoger esa maldita nota.

Esas palabras sonaron duras y frías. Se había molestado. Pero, no había nada que hacer, ya todo estaba hecho, él tenía pareja, él jamás se fijaría en la persona detrás de las notas porque claramente, estaba en la creencia de que se trataba de una chica y no de un chico.

Y maldita sea, soy un jodido chico enamorado de otro y que no puede ser capaz de decírselo de frente.

Apenas y mantenemos unas cuantas palabras entre los dos —ahora fue la excepción—, sé que no lo hará. No tendrá ojos para nadie más, menos para un chico como yo, sabiendo que él tiene a una hermosa chica a su lado.

—Estúpido Harry... Deja de ser ridículo y fíjate en mi.



N O T E SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora