N O T E S

treinta - final

Nuestra noche fue estupenda, agradezco que me hayas hecho el honor de entregarte a mi. Jamás lo esperé pero, realmente fue algo diferente, necesitamos hablar de esto y ponerle algo a lo que sea que tengamos. Tuve que irme temprano para poder cambiarme y ducharme en mi casa. Te veo en la cafetería, tendré entrenamiento después de el almuerzo, puedes venir sí quieres.

—Harry.

De alguna u otra manera me sentía bien al saber que había tomado el tiempo de dejarme una nota. En una de esas hojas amarillentas de mi libreta, sonreí inconscientemente. Me acomodé de nuevo en la cama con un ligero dolor punzante en el trasero, a esto me refería la noche anterior. 

Me levanté lento para caminar aún desnudo hacia la ducha. Me tomaría un poco de tiempo en lograr lo que quería. 

Tomé una ducha a temperatura ambiente, hice todo hasta estar perfectamente arreglado cuando mi celular comienza a sonar.

 —Mark... ¿Qué ocurre? 

Se escuchó un suspiro del otro lado de la línea.

—Noah... —Lo sentí alegre— Acabo de despertar, solamente quería saber si podía pasar por ti, mamá me ha prestado el auto por el día de hoy.

—¡Por supuesto, harías que no sea una tortura para mi ir caminando!

—¿Por qué? ¿Te sientes mal?

—No, no... —Me di cuenta que la cagué— Sólo un poco adolorido de las piernas, anoche intenté hacer sentadillas y, ahora me duelen. —Traté de sonar convincente.

—Bueno, paso por ti en media hora. Tengo que ducharme, ¡Quiero que me guardes un paquete de galletitas de las que comes.

—Habrá galletitas para ti.

—Noah... 

—¿Si?

—¿Por qué caminas así?

—Ya te dije que me duelen las piernas, deja de preguntarme... —Gruñí, no molesto, sino con demasiada pena.

—¿De verdad que te duelen las piernas? Parece como si te hubieran dado...

—¡Hola, buenos días!

Apareció de la nada. Posándose frente a nosotros, sonriéndonos. Más bien, sonriéndome a mi.

—¿Qué quieres tú aquí?

Mark el protector salió a flote. Estuvo por ponerme detrás de él cuando Harry me abrazó por los hombros, besando rápidamente mi mejilla.

—¿Qué mierda? ¿No estaban peleados? —Demasiada confusión para él, me sentía avergonzado— Quiero que me expliquen. ¿Te volviste loco, Noah? No me digas que estás saliendo con este idiota? No lo creo...

Aparté el brazo de Harry de mis hombros, me alejé de él mirándolo de manera lamentable. 

—Nos vemos... Después. —Dije casi en un susurro— Vamos, Mark. Necesito decirte un par de cosas.