-¡todo es una mentira!- grité tratando de convencerme a mi misma de eso-¡no es verdad! Ellos están a salvo ¡por eso es que estoy aquí! - le gritaba al Presidente Gray, mi cabeza no se había reparado del todo del sonido blanco y mi cuerpo se estremecía de dolor en cada movimiento que daba. Habían sacado al chico unos minutos después de que acabara el recuerdo, me colocaron de nuevo la bolsa, pero parecía que se habían olvidado de quitármela.
Mi mente estaba dando vueltas, trataba de ponerla en orden pero algo no me lo permitía, no sé si el miedo a que si lo hacía podría darme cuenta que el "recuerdo" que me había mostrado el chico era verdadero, o una fuerza exterior que mantenía las piezas del cerebro dispersas como si fueran piezas de imanes que se repelen, por más que intentes mantenerlos juntos.
Pero no me interesaba mi mente revuelta o el dolor engarrotado en mis músculos, solo podía pensar en los dos cuerpos tirados en el fango, yo intentaba buscar un fallo, una anomalía que se haya colado al crear ese recuerdo, pero no podía encontrar nada, todo encajaba, las gafas tirada de Chubs, el largo del cabello de Liam, <<¡hasta pude oler el fango y la pólvora!>>, solamente al pensar la mínima posibilidad de que fuera la realidad mi corazón se partía en dos, literalmente, sentía físicamente como golpeaba contra el pecho, mientras que la adrenalina entumecía cada centímetro de mi cuerpo, eso se repitió durante horas, torturándome mentalmente, dejándome exhausta.
Cuando regresaron a la habitación, colocaron al chico de nuevo en su lugar, y se acercaron a mi, pude escuchar dos pitidos provenientes del collar antes de que mi mente estallara de nuevo en más pedazos aún, pude notar que me quitaban la bolsa de la cabeza y me daban un puñetazo en el estómago, pero me sentía tan mareada que apenas y lo noté. El sonido blanco paró pero continué escuchándolo varios minutos después.
-Ya no, por favor- gemí sin molestarme en abrir los ojos o en levantar la cabeza-No otra vez-
-¿Qué es lo que dices?- se escucho el altavoz.
-¡Ya basta!- grité desesperada, no podía regresar a ver los cuerpos tirados.
-Solamente tienes que darme los nombres- por un momento dude en dárselos o no, pero borré de mi mente la opción de hablar, ya sea que fuera verdad o mentira el recuerdo, no podría vivir conmigo misma si dejaba que una palabra saliera de mi garganta, no podría pensar en Cole o en Liam sin que mi corazón pesara, como tampoco podría volver a ver a Vida a la cara. Ese pensamiento me tranquilizo de alguna manera, puede ser que muera en esta habitación, pero no permitiría que dañaran a otra persona.
-¡jódete!- dije tranquilamente. Mi mirada se posó en el muchacho que me miraba con una pizca de curiosidad. Sonreí satisfecha lo cual hizo que su mirada dudara por un momento, justo antes de los dos pitidos del collar para que dieran paso las explosiones en mi cerebro y en mi cuerpo. Ahora me dio tiempo de soltar un grito antes de sentir el cosquilleo en mi mente para que apareciera la imagen en mi cabeza.
Cole.
Mi mente estaba tan quebrada que no me interesó los métodos para obtener las imágenes, o si era verdad o no, estaba demasiado cansada.
Solo pude mirar sin hacer nada, sufrir con cada grito o gemido que soltaba, solo recibí el tormento que me presentaban para guardarlo en el fondo de mi corazón.
En el recuerdo, yo estoy situada detrás de la silla en donde habían sentado a Cole, le hacían preguntas pero el silencio era la única respuesta, un puñetazo, un alarido, otro puñetazo, otro alarido <<ni siquiera tenía fuerzas para gritar>> pensé horrorizada. Más preguntas, silencio, una bolsa, su cuerpo retorciéndose en busca de aire. <<lo torturaron>> gemí en la cabeza. Mi mente se salió del transcurso del tiempo, pues no supe cuantos minutos u horas siguieron con el mismo método, pero me pareció infinito. Finalmente la persona a la que pertenecía el recuerdo, se acercó con algo pesado en su mano derecha, levante los brazos y deje caer un líquido sobre la cabeza de Cole, un instante después me di cuenta del olor a gasolina. << ¡No, por favor! ¡No me hagan hacer esto! ¡Se los suplico!>>grité con todas mis fuerzas aterrorizada, intenté zafarme de la influencia del chico, pero mi mente estaba demasiado cansada. Mi mano saco un encendedor de la bolsa de sus pantalones, y lo prendió arriba de Cole, podía escuchar sus gritos desesperados buscando una salida. Pero <<yo>> dejé caer el encendedor sobre su cabeza, prendiendo todo su cuerpo, que se convulsionaba por el dolor. Sus gritos agónicos y el olor a carne quemada se grabaron en mi alma, quebrando una parte de mi. Mi cuerpo no se podía mover de la impresión, la persona que compartía conmigo el horror de nuestros monstruos, el chico que me había salvado confiándome su más grande secreto, el hermano de Liam yo lo había asesinado, y ni siquiera me había dignado a verle el rostro cuando dejé caer el encendedor, solamente escuchaba sus gritos que se apagaban más rápido de lo que podría haber imaginado. Después de unos minutos, volqué la silla, corté las sogas que lo mantenían adherido al metal y le tomé una foto.
Salí del recuerdo tan abruptamente que aún el olor a gasolina y a carne quemada estaba impregnado en mi mente, no reaccioné cuando el presidente preguntaba de nuevo por el altavoz.
Repentinamente la imagen de los cuerpos en el fango apareció ante mis ojos, cambiando rápidamente por una masa negra tirada en el piso, cambiando de nuevo al sonido de disparos en el bosque, luego por sonidos de puñetazos y alaridos en una habitación, una bala en la pierna de Chubs y otra en el hombro de Liam salpicando sangre, un encendedor cayendo sobre la cabeza de Cole lanzando chispas, gemidos lentos y dificultosos mientras la sangre salía de sus cuerpo, gritos atroces provenientes del fuego. En las dos escenas yo había causado el resultado final, eran verdad las dos escenas, yo las había causado, merecía verlo todo, merecía aún más que eso.
Mi último pedazo de cordura en mi mente se rompió en mil pedazos. Podía escucharme gemir lejanamente un débil "no, ya basta" pero no estaba consciente de eso.
Las manchas negras comenzaron a aparecer en mi visión, y agradecí cuando me tragaron por completo, dejando todo atrás.
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Mentes poderosas 4
FanfictionEsta historia es un final alternativo de los tres libros escritos por Alexandra Bracken, los personajes y la historia de la cual se basa este fanfic pertenecen a la autora. Espero que lo disfruten tanto como yo disfrute escribiéndolo.