11. Cole

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<<¿Pero que tiene esa niña en la cabeza?>> no dejaba de preguntarme mientras veía los videos. Tendría que haber dicho los nombres desde el principio procurando sobrevivir a toda costa, pero decidió pasar por toda esa tortura. Yo aún tenía pesadillas en donde escuchaba el crujir de mis dedos cuando me interrogaban los de la FEP, no me dieron descanso por lo que pensé que habían sido días, me mantenían despierto entre golpes por el cuerpo o mojándome con agua helada cada vez que cabeceaba. Podía recordar mi miedo al pensar que todo estaba perdido cuando intentaron que subiese a la camioneta para moverme del búnker pero un segundo después alguien me quitaba la bolsa de la cabeza, era apenas una adolescente, pero más que nada me fijé en sus facciones las cuales lo único que emanaban era sorpresa. Sabía que intentaba procesar algo en su cabeza, pero su cara boquiabierta y magullada no podía quedarse sin un comentario <<¿estoy tan guapo como creo?>>
Así la conocí, mientras me salvaba la vida arriesgando la suya, saliendo del embrollo en el que se había metido con algunos golpes pero siempre luchando. Luchando contra sus monstruos, contra el enemigo, contra sus miedos, contra sus sentimientos y siempre saliendo caminando.
<<debí de estar ahí cuando salió de su pesadilla, más bien no debí meterla ahí bajo ninguna circunstancia>> sabía lo que le esperaba al otro lado de la reja, había visto las fotos, la había obligado a ver las fotos hasta hacerla vomitar.
<<¿Qué sucede conmigo? ¡Eres un idiota!>> me repetía una y otra vez durante el camino a la fábrica en donde supuestamente se encontraba. El ardor de las ansias que normalmente sentía todos los días, se descontrolo desde que Liam me había contado todo lo que pasó desde que entré al infierno, se avivó aún más cuando me contó durante el trayecto la manera en que habían metido a mi Joyita al campamento.
Pero no pude soportar las palabras del maldito bastardo que atrapamos, imaginarme las escenas que describía con su sonrisa grotesca me hizo explotar. Pero no tuve que imaginar por mucho tiempo, los videos mostraban perfectamente el sufrimiento de mi compañera de entrenamiento, la idea de que utilizaran en contra suya su cualidad de poder preocuparse y amar a los otros, hasta el punto de hacerla perder su cordura me hizo desear matar a todos los involucrados. Pude conocerla muy bien en el poco tiempo que duró nuestro campamento en el rancho y podía ver porqué mi tonto hermano estaba loco por ella. No esperaba el visto bueno de las personas, si le parecía bien una acción que ayudara a los otros, la llevaba a cabo hasta los últimos extremos. <<ahí entra mi estupidez y mi incapacidad de mantenerla a salvo>> podría haber entrado yo fácilmente al campamento y quitar la seguridad desde adentro evitando poner en peligro a Ruby, pero mi deseo de una victoria me segó por completo.
Ahora solo veía una pequeña pantalla con su figura atada a la silla, trataba de encontrar algún movimiento, escuchar un gemido, buscaba una señal que siguiera viva, cualquiera hubiera sido como un oasis en medio del desierto de la desesperación pero mis esfuerzos no se vieron recompensados, pude ver como la desataban de la silla para que su propio peso la llevara al piso con un sonido seco.
-¡mierda Joyita, levántate! ¡Tienes que salir caminando!- grité a la pantalla perdiendo la paciencia. Liam se había quedado quieto con un millón de pensamientos pasando por sus ojos, hasta que aventó el teléfono al parabrisas-¡cálmate idiota! ¡Puede que sea nuestra única esperanza para hallarla!- grité enojado, pero al ver sus ojos desolados no pude decir nada más. Podía comprender de cierta manera su pena, pero yo no había estado ahí viéndola marchar con unos desconocidos y sinceramente no pude distinguir cuál de las dos era la peor, pero necesitábamos tranquilizarnos-la vamos a encontrar, tenemos que encontrarla- mis palabras salieron con voz más segura de lo que creí que iban a salir. Tenía que encontrarla y mirar de nuevo a mi joyita, tenia que tener la esperanza de que seguía viva para poder entrenar por las mañanas de nuevo. Ella me conoció mientras me salvaba la vida, pero no fue solamente eso, ella había sido mi salvación que me arrebataba de mis propias sombras y monstruos que me carcomían en el alma, pues ella también los conocía, había tratado con ellos dentro de su alma buscando igual que yo alguien que comprendiera su dolor, pero ahora es mi momento de salvarla mientras ella lucha contra sus monstruos nuevamente.

Mentes poderosas 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora