34. Liam

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La cabeza se estaba partiendo en dos mientras me recargaba en pared, ni siquiera intenté levantarme pues sabía que era inútil. Salir de ahí tan rápidamente fue como si un camión se estrellara contra mí cerebro a toda velocidad.

Todos en la habitación voltearon a verme estupefactos ante mis palabras.

-Lo único que le hice recordar fue su última noche en Thurmound- la palabras salieron de mi boca entre dientes y llenas de frustración. <<Simplemente empeoré las cosas>>

-¿Le hiciste recordar eso?- me pregunto mi hermano incrédulo y enojado ante lo que hice-¿En serio escogiste esa noche?-

-no es como si haya tenido la oportunidad de escoger, simplemente sucedió- no me atrevía a levantar la mirada en dirección a mi hermano, pero tenía que ver a Ruby, necesitaba asegurarme que estaba bien.

La encontré sentada en la cama con la cara pálida, el cuerpo tenso hasta el punto de quiebre, sus manos temblaban mientras agarraban fuertemente la cobija tratando de aferrarse a algo y sudor frio brillaba por toda su frente. <<esto es lo que he hecho>> mi alma cayó hasta el suelo al ver a mi cariño tan maltrecha, sus ojos no se podían enfocar en nada, estaban dando vueltas por todo su regazo mientras su mente divagaba en el recuerdo que le había dado.

-no llegó nadie y me quedé ahí sola- parecía que sus palabras no se dirigían a nadie, solamente repetía la historia para poder encontrar una salida, pero pude notar que la madre de Ruby se tensaba mientras que su respiración se volvía irregular hasta el punto de obligarme a voltear a verla, no sabía de dónde sacaba fuerzas para sostenerse en su pies, su cuerpo estaba encorvado y temblaba terriblemente en grandes sacudidas, sus ojos estaban rojos de cansancio y no podían apartarse de su hija, pero mi cariño de nuevo habló, lo cual me hizo regresar mi atención a la pequeña silueta entre las cobijas- ellos seguían...seguían  golpeando aun cuando el crujido rezumbó en el cuarto, disfrutaban verme retorcerme por el ruido...el horroroso ruido- con cada palabra mi cariño iba sucumbiendo a la obscuridad, se escuchaba como una súplica llena de miedo, pero no podía detenerla, mi mente se había congelado al ver su desesperación y al parecer igual que todos en la habitación- yo quería vivir, deseaba vivir pero sacó su pistola y todo tipo de esperanza desapareció, me quedé ahí esperando a alguien que me sacara de ahí pero nunca llegó- finalmente las piernas de la madre de Ruby cedieron ante su peso cayó a un lado mío tapando su boca para acallar su llanto, cerró con fuerza sus ojos en una mueca de dolor.

No podría imaginar qué es lo que sentía la mujer en ese momento, pero su rostro me dio a entender que sentía una enorme tristeza ante todo eso, Cole y yo cruzamos miradas por un instante antes de que él se acercara a ella para poder tranquilizarla aunque fue imposible, no podía hacer otra cosa que llorar ante el dolor de su hija.

Dirigí mí mirada a Ruby mientras mi hermano estaba ocupado y solo pude ver sorpresa en los ojos de mi cariño, ella no sabía lo que estaba sucediendo ni porqué una extraña lloraba desconsoladamente ante su historia.

-es cierto que nadie llego a sacarte de ahí- susurré, sus ojos se posaron en mi sin cambiar su semblante- nadie llegó a sacarte de esa habitación porque nos tardamos demasiado y cuando llegamos tú ya habías salido- cuando dije esas palabras el llanto de la madre de Ruby paró de repente dando paso a solamente un par de sollozos, Cole volteo a verme y mi cariño seguía mirándome sorprendida pero por un instante su semblante se perturbo intentando entender lo que había dicho.

-¿Qué?-

-Estabas en esa habitación porque habías implantado un virus para poder sacar a los niños de Thurmound pero nos tardamos mucho en entrar y después no te encontrábamos por ninguna parte, te buscamos por lo que me parecieron siglos pero finalmente te encontré con tu ayuda, le disparaste a la ventana para poder salir y cuando seguí el sonido te encontré- el nudo en mi garganta hacía que mi palabras fueran apenas un susurro pero ella podía escucharme, finalmente sabría que no soy capaz de cuidarla, que fue por mi culpa la tortura- ya habías salido de ahí por tus propios medios aunque no sé qué sucedió exactamente, estabas temblando en el suelo mientras sangrabas pero no necesitaste de nadie para salir de ahí, a pesar de que yo tenía que encontrarte para sacarte de ahí no fui capaz es por eso que fue culpa mía que tuviste que pasar por todo ese infierno...lo siento- no fui capaz de seguir intercambiando miradas, no podía verla a los ojos ya que esto solo era la mitad de la historia.

-no puede ser cierto, no podría salir de ahí yo sola, es imposible- dijo incrédula ante mis palabras, estuve a punto de contestar pero mi hermano se adelantó.

- Oh mi Joyita, si supieras todo de lo que eres capaz de hacer y de lo que has hecho te sorprenderías, igual que todos nos sorprendimos al conocerte- yo no estaba viéndolo pero intuí que lo había dicho con media sonrisa.

-pero... ¿Cómo es posible?-su susurro me caló hasta los huesos provocando el deseo de borrar sus dudas, su voz se estaba recuperando pero aún seguía sin poder creer.

-Cariño eres mucho más fuerte de lo que crees y eso nunca lo dudes, puedes entrar a mis recuerdos para que lo puedas presenciar por ti misma- la miré de reojo pero su reacción hizo que me volteara de nuevo hacia ella, palideció extremadamente y sus ojos se abrieron rápidamente asustada ante la propuesta.

-No- << ¿Qué? ¿Por qué?>>

-¿Qué? ¿Por qué?- no pude evitar mí sorpresa ante tal respuesta, no se podía quedar así, no podía dejarla con solamente ese recuerdo.

-¿no te puedes ver? ¡Mira lo que te he hecho!- no entendí lo que estaba diciendo pues hasta ese momento no me había dado cuenta que había sangrado por la nariz.

-Sólo es un sangrado de nariz ¡es por el cansancio así que no tiene nada que ver contigo!- mi frustración salió en cada palabra sorprendiendo a todos incluyéndome << ¡cálmate! Así no ayudaras en nada>> respiré hondo tratando de calmarme, los ojos de Ruby no se desviaban de mi rostro incrédula a lo que decía, no quería creerme para no hacer más daño, solté un suspiro cansado intentando darle a entender que estaba siendo sincero- realmente sólo estoy cansado, no he podido dormir ni comer bien en los últimos días, si te parece bien podemos intentarlo mañana cuando haya descansado- mis ojos le suplicaban con toda sinceridad que aceptara, ella después de pensar durante unos segundos soltó un suspiro pesado y su mirada se suavizó.

-Está bien, mañana podemos hablar si lo intentamos o no, pero por ahora creo que es mejor que todos descansemos esta noche- su mirada se volvió hacia su mamá y Cole intentando dar a entender que también las palabras estaban dirigidas a ellos, sus ojos se nublaron por un instante cuando pasaron por su madre y no pude identificar si fue por tristeza, melancolía o las dos al mismo tiempo, pero aun así no pudo reprimir que su comisura del labio subiera como en una sonrisa minúscula, apenada y triste- mañana hablamos más tranquilos-

Después de eso todo fue borroso, me levanté con la ayuda de Cole quien insistía en que regresaría en un momento para no dejar sola a Ruby, pero esta insistía que era innecesario "solo dormiré, no tiene caso que tu duermas en un sillón incómodo" no permitió que nadie se quedara.

Había sido muy sutil pero el recuerdo había hecho que mi Cariño recuperara un poco de su fuerza.

Es lo que pensaba mientras caminaba a la salida sin dejar de verla hasta que nuestras mirada se cruzaron ninguno de los dos hizo o dijo nada simplemente nos veíamos por unos instantes, pero esos segundos fueron suficientes.

"Estoy bien"

"Yo igual"

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Gracias por leer, espero que les haya gustado.
Por cierto: ¡¡gracias por las cuatro mil lecturas!!

Mentes poderosas 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora