25. Ruby

334 18 1
                                    

Por unos preciosos segundos olvidé la realidad, mis ojos se adaptaban a la luz que se colaba por la ventana sin saber qué veían o en donde se encontraba, me incorporé un poco para poder orientarme.
Una chica de melena azulada y corta estaba sentada en un sillón en la esquina de la habitación mirando un aparato en sus manos sin que se diera cuenta del mundo exterior.
Mi cabeza había recuperado el bloqueo mental de hielo que me mantenía segura pero habían brotado de la profundidad algunos recuerdos amenazando mi estabilidad así que me obligué a no pensar en ellos. Solté un suspiro pesado al enterrar las imágenes lo cual hizo levantar la cara a la chica, me daba un aire de familiaridad su rostro pero no me hizo estremecer ni me partió el corazón cuando se acercó.
-te conozco ¿verdad?- me acoste nuevamente sobre la cama cuando comencé a sentir punzadas en mi torso, y para mi sorpresa estaba jadeando de cansancio. La mirada de la chica dudo por un segundo como si le dolieran mis palabras.
-Rayos, me advirtieron que te habían hecho cosas en la cabeza pero aún así me dolió tu pregunta- trataba de evitar mi cara mientras subía el respaldo de la cama para poder estar más cómoda.
Me imaginé que estaba confundida o que trataba de procesar la situación
-lo siento- dije alejando la mirada de ella apenada por sus palabras <<mierda, todos están sufriendo>>
-no tienes que disculparte, no es tu culpa, no has hecho nada malo- su voz sonaba sorprendentemente relajada, volteé a verla y nuestras miradas se encontraron- soy Vida, entrenamos juntas- <<¿entrenar? ¿En qué?>> miles de preguntas surgieron, pero un solo sentimiento le empañó a todas.
-eso es mentira, es mi culpa, les hice daño- todo mi cuerpo se ensombreció, la realidad me aplastó aún con los recuerdos enterrados, el sentimiento de culpabilidad aturdía todos mis sentidos, llevándome a la oscuridad.
-¿De qué hablas?- la confusión de su voz se incrementó considerablemente haciéndome regresar a la realidad.
-maté a los dos chicos, Liam y...-mi mente vagó por la superficie intentando encontrar el nombre del otro chico de la misma manera que está buscando mi nombre, y de nuevo no encontré nada, mi corazón se estrujó ante el vacío que sentía, el rostro del chico solamente eran facciones vacías, para mi no eran nada y eso me dio náuseas. <<debe de ser importante, creo que debo recordarlo>> pero el hielo crujió, obligándome a desistir con una frustración palpable en cada nervio de mi cuerpo- a Liam, al otro chico moreno y también al otro...dejé caer el...-mi voz se quebró, no era capaz de pronunciar las palabras.
-entonces tampoco recuerdas a Chubs-<<¿no me había escuchado? Maté a dos chicos y torture a otro>> la miraba incrédula- ahora entiendo por qué me mandaron a mi- la chica parecía haber desaparecido en sus propios pensamientos durante unos instantes, hasta que me volteó a ver-si realmente mataste a Liam, a Chubs y a Cole ¿quienes eran las personas a las que viste?- <<¿Cole?>>
-¿eso fue real? -internamente había llegado a la conclusión que estaba teniendo alucinaciones por la culpabilidad.
-pues...si, están afuera, me han mandado a mi de niñera porque tienen miedo que colapses de nuevo- Ella sonaba agresiva pero no encajaba con su rostro lleno de cansancio y preocupación. No sabía qué pensar, la cabeza me comenzaba a palpitar impidiéndome pensar concretamente.
<<¿Liam y los otros chicos estaban bien? ¿Habían sobrevivido al disparo y al fuego? Eso era imposible, había visto sus cuerpos sin vida a sus pies>> todo su mundo comenzó a temblar y el hielo a quebrarse.
-oye, oye, oye- Me dijo ansiosa mientras intentaba llamar mi atención, chasqueo los dedos frente a mi cara despertándome bruscamente- tranquila, todo está bien, no te preocupes, si tienes un colapso conmigo te quedarás sin candidatos para cuidarte-<<Zu>>
-¿cómo está Zu? ¿Está bien?- por alguna extraña razón no me contuve a preguntarle, estaba sinceramente preocupada.
-bien, no se ha despegado de Lee pero está bien- sabía que quería preguntarme algo y no se aguantó en preguntar- ¿Qué es lo que recuerdas? No es necesario que me contestes, pero creo que te podría ayudar- hizo una pausa esperando mi respuesta pero se le ocurrió algo más que decirme- y no es necesario que te esfuerces demasiado, ya sabemos cómo terminas- una sonrisa involuntaria se formo en mis labios.
Pensé un momento para tomar la decisión de arriesgarme a caminar por el hielo tomándome el riesgo nuevamente de caer en el dolor. Pero si no lo hacía me quedaría por siempre en este estado de incertidumbre y sorprendentemente eso me daba aún más miedo.
-Viví en Thurmond desde los diez años, después de haber asustado una pareja de casados en su casa...no sé cómo llegué ahí- una pequeña presión en mi cabeza comenzó a ser palpable hasta ser un poco incómoda, pero proseguí- a los dieciséis años me sacaron de ahí los soldados para que hiciera el trabajo sucio por ellos, fue así como...-las palabras se negaban a salir atorándose en mi garganta, la punzada en mi cráneo se volvió dolorosa tomando estrechamente mi cerebro, tenía que seguir, no se había quebrado el hielo- fue así como le hice eso a Cole, después me regresaron a Thurmond pero de nuevo me ordenaron a hacer el trabajo sucio, me vistieron de soldado y me colocaron al frente del fuego- no podría decirlo, mi culpabilidad me decía que debía sufrir por lo que he hecho, pero mi auto conservación me impedía acercarme a ese tipo de pensamientos.
Los recuerdos que habían surgido de la profundidad pero que yacían enterrados salieron de nuevo, enseñándome imágenes como relámpagos partiéndome la cabeza. Comenzaba a alejarme lentamente de la realidad pero un punto azul en los recuerdos me despertaron.
-tú estabas ahí- susurré mientras veía a Vida quien me devolvía el gesto con un ceño fruncido- estabas sobre los chicos mientras gemían de dolor y se desangraban en tus brazos- me detuve por un instante ante la respuesta de la chica, palideció considerablemente y sus piernas se doblaron débilmente, pero reaccionó a tiempo para no caer- gritabas desesperadamente por ayuda  mientras presionabas las heridas que yo había causado, pero lentamente la vida se desvanecía de sus cuerpos hasta quedar completamente fríos sobre el lodo- y después de un instante, me encontraba bajo la lluvia, en medio del bosque y respirando dificultosa mente el olor a pólvora, a tierra mojada y a sangre, a mis pies los cuerpos inertes de los dos chicos, solo pude concentrarme en el rostro eternamente pasmado en un gesto de dolor de Liam, en sus dos ojos azules fríos como el hielo congelados en el tiempo, en el cuerpo delgado hecho un ovillo del chico llamado Chubs, se había vuelto una masa tiesa de carne y huesos.
Mi gemido de dolor me regreso a la realidad, no había caído en las obscuridad pero si en el aturdimiento de mis recuerdos, mi respiración entrecortada me hacía arder la garganta mientras mi cabeza palpitaba fuertemente quebrándome el cráneo en cada palpitación.
Vida me zarandeaba lentamente por los hombros para que reaccionara, podía ver un par de lagrimas en sus mejillas pero no pude moverme hasta que se dirigió al botón de ayuda, la detuve un instante antes de que lo apretara.
-estoy bien, solo debo parar un rato- gemí con la voz ronca, ella me miró dudosa pero no le di tiempo de contestar, pues le jale la mano para que regresara a su lugar.
-duerme un poco debes de estar cansada -se sentó en una silla cerca de la cama y nos quedamos así por demasiado tiempo hasta que me quede dormida.

Mentes poderosas 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora