35. Ruby

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Al despertar fue como si hubiera dormido durante días completos, estaba entumecida y si me estiraba sentía los calambres que se formaban sin concluir pero aun así fue la primera vez que me sentí realmente descansada.
Las cortinas estaban cerradas para no dejar pasar la luz del día pero aun así se colaba en pequeñas franjas dificultándome abrir los ojos, bostecé un par de veces y cerré los ojos fuertemente un par de veces más para poder despejarme y poder ver a mi alrededor.
No estaban Liam ni Cole, como tampoco la señora ‪de la noche‬ anterior, en su lugar estaba la pequeña Zu con el chico llamado Chubs en el piso centrados en un cuaderno con sumas, restas y gatos; nadie me veía por lo que los seguí observando durante bastante tiempo mientras ellos seguían enroscados en lo suyo.
Mi corazón revoloteó golpeando mi pecho por unos instantes, sabía que eso significaba que los conocía y los quería, pero al no poder recordar el porqué de ese sencillo cariño mi estómago daba un salto doloroso provocándome horribles náuseas, mis oídos eran sesgados por un leve pitido que permanecía mientras me mareaba. La sonrisa cariñosa del chico al ver a la niña mientras peleaba con una división de dos dígitos me era familiar, sabía que en algún momento la había visto y me hacía sentir en casa, por lo que suspire lentamente tratando de alejar las náuseas y el mareo, centrándome solamente en esas sonrisas.
Suspire por última vez pero sorprendentemente llamó la atención de Zu haciéndola voltear a verme tomándome desprevenida y más aún por la inmensa sonrisa que me dedicó, Chubs siguió su mirada esperanzado. La pequeña se levantó urgentemente y se acercó a mí rápidamente colocándose a mi lado, entre la cama y las cortinas cerradas mientras que el chico la seguía un poco más lento y se colocaba al otro lado de la cama junto a las maquinas.
-¡Despertaste! ¿Cómo te sientes?- la voz dulce de Zu de nuevo me provocó sorpresa al escucharla.
-Ya mejor, ¿Cómo estás tú? Lamento lo de la última vez no te quería asustar- le sonreí cariñosamente tratando de disculparme con la mirada mientras levantaba el respaldo de la cama.
-No estaba asustada, estaba preocupada pero ahora que estas mejor todo está bien- el entusiasmo y la tranquilidad que sentía se desbordaba por sus ojos provocándome una sonrisa tímida sin sabes qué decir pero Chubs me ahorro el trabajo de encontrar un tema.
-¿qué hiciste para que todos se fueran a dormir? ¿Los amenazaste o algo así?- Chubs se escuchaba sinceramente sorprendido pero al parecer siempre hacía comentarios de este tipo para aligerar el ambiente-finalmente Liam ha dormido más de cinco horas seguidas desde hace mucho tiempo, de hecho ya me está preocupando un poco eso, lleva doce horas tirado como un tronco-
-¿eso es algo malo?- pregunte curiosa sin poder comprender lo que provoco que Chubs se sonrojara.
-No, claro que no es malo, solo estaba diciendo estupideces- un silencio incomodo se prologó lentamente sin saber a dónde ir, pero Chubs nuevamente se le ocurrió algo qué decir- por cierto Ruby, mi papá se está haciendo cargo de tu hospitalización, se tardó un poco en llegar, pero pudo conocerte por lo menos dormida, creo que le caíste bien- en su boca se formó media sonrisa de satisfacción de poder hablar nuevamente conmigo libremente- y tu padre se está haciendo cargo de la seguridad del hospital -<<¿Qué?>>- al parecer se encuentra muy empeñado en que nadie entre sin su permiso, tiene sumo cuidado para que nadie te pueda hacer daño y más ahora que hay muchas revueltas por ta...tantos cam..bios -<<¿mí qué...?>> al parecer Chubs se dio cuenta de mi rostro de estupefacción pues su voz se fue apagando gradualmente-rayos- Zu volteó a verlo exasperada y preocupada.
-Está bien- traté de tranquilizarlos, dos pares de ojos se dirigieron a mi sin saber qué hacer- no se preocupen estoy bien...creo- mis pensamientos eran un desastre en ese momento, pero tendría que tranquilizarlos para que pudieran platicar conmigo libremente- no tengo mi mente clara y tengo demasiados sentimientos y pensamientos como para poder ordenarlos pero si sigo escondiéndome no podré llegar a ningún lado, podrías explicarme despacio y yo podré avisarte cuando ya no pueda- la propuesta hizo que sus ojos se abrieran asustados ante las posibles consecuencias, pero de igual manera se veía que estaba tentado a aceptar, Zu me miraba triste mientras esperaba ante la respuesta de Chubs.
- Está bien, eres parte del Equipo Realidad así que podrás lidiar con esto-
-¿Sabes por qué me sorprendí tanto cuando mencionaste a mi padre? Digo, es mi padre debería de tener uno y no me debería de sorprender...-
-Es...es porque no lo has visto en seis años, tampoco a tu madre-
-¡¿Seis años?! ¡¿Por qué?!-
-Estuviste en Thurmound-
-¿pero no fueron a buscarme o algo por el estilo?-
-...no podían-
-¿por qué?-
-...no...no creo que sea buena idea decirte toda la verdad en este momento...- <<¿¡Qué!?>>
-¡pero dijiste que me explicarías!-
-¡y lo haré! Pero debes entender que decirte toda la verdad tan rápido puede ser algo riesgoso, la vida no fue del todo feliz-
-¡¿Que no fue del todo feliz?! Ayer recordé la última maldita noche en Thutmound por lo que quiere decir que pasé seis años encerrada en una prisión de tortura, entonces ¡¿qué fue lo feliz de mi vida?!-
-Con nosotros fuiste feliz, aun cuando peleamos la mitad del tiempo eras feliz con nosotros- en ese punto de la plática los tres teníamos lágrimas asomándose en los ojos- incluso cuando estábamos en incertidumbre y en constante peligro cuando estábamos juntos sabíamos que no estábamos solos y todos nuestros problemas eran un poco más livianos, es por eso que separarnos era mi mayor temor- hizo una pausa para suspirar y despejarse tanto la garganta como los pensamientos- sé que estas demasiado confundida y con mucha incertidumbre pero puedes confiar que sí fuiste feliz en algún punto de tu vida y que estamos a tu lado para ayudarte-
Quería saber más de esos momentos junto a ellos, quería preguntar por qué sus risas al hacer un par de divisiones y sumas me hacían sentir en casa, pero unos gritos provenientes de la ventana me detuvieron.
Los tres dirigimos la mirada hacia las cortinas cerradas que se movían lentamente por la brisa que se colaba, al principio los gritos solo eran unos pocos y solitarios que se apagaban en poco tiempo, pero gradualmente se convirtieron en una ola que permanecía sin parar, intimidante y violenta.
Ninguno de los tres hizo algo pero el grito aterrado de una mujer me despertó y no me di cuenta de que mi cuerpo se movía hasta que sentí el dolor de mis músculos.
Empujé a Chubs para que cayera a un lado de la cama sin ningún peligro mientras que con la otra mano agarré a Zu por su camisa rosa, ella estaba más cerca de la ventana por lo que no tenía tiempo para alejarla lo suficiente, así que la jalé con todas mis fuerzas aun cuando cada musculo de mi cuerpo reclamó, ella estuvo en mi regazo en un segundo y me abalancé sobre de ella protegiéndola con todo mi torso en el mismo instante en que una enorme explosión golpeaba un lado del edificio. El golpe de la explosión llegó y fue como si una avalancha nos arrollara a toda velocidad, todo mi cuerpo fue sacudido hasta el punto de calar cada hueso queriéndolos quebrar y dejándome totalmente conmocionada, mis oídos explotaron dejando solamente un zumbido casi tan doloroso como el ruido blanco. La habitación se llenó de luz, la presión de la bomba hizo estallar las ventanas en miles de pedazos de vidrio que volaron por toda la habitación, las cortinas se levantaron por la fuerza dejando entrar la ráfaga de aire y haciendo que los rayos del sol se reflejaran en los vidrios que volaban por los aires.
Todo desapareció por un instante, intenté concentrarme solamente en el pequeño cuerpo que temblaba en mi regazo, <<está bien, está viva, está bien, está viva>> repetí una y otra vez hasta perder la consciencia.

Mentes poderosas 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora