49. Ruby

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El rostro tan familiar y al mismo tiempo tan ajeno me miraba lleno de angustia y alegría. Había dejado que su cabello negro se aclarara, pero aún tenía esa mirada pícara tan propia de ella.
-oh corazón- la voz era la misma a la que había soñado por todo el infierno de Thurmond -el enfermero me dijo que habías despertado y querías estar sola, pero necesitaba ver qué estabas bien-
Nos devorámos con los ojos mutuamente mientras ella malinterpretaba mi silencio por confusión dejándola en un conflicto interno, se mantuvo callada mientras decidía qué hacer o decir hasta que finalmente decidió sus palabras.
- puede que no me reconozcas- dijo con una mueca preocupada- pero estoy aquí para ayudarte, si quieres regresaré en otro momento- hizo el ademán de darme la espalda y no logré contenerme.
-¡no!- se detuvo en seco ante mi palabra.
-¿Sabes quién soy?- preguntó con esperanza y yo tardé en encontrar mi voz.
-abue- dije en un susurro, mis lágrimas comenzaban a asomarse en mis ojos amenazando con explotar todos mis sentimientos reprimidos. Suspiré mientras temblaba para controlarme pero mi abuela solo me miró sorprendida.
-¡oh mi niña!- gimió mientras se acercaba a mi lado y me agarraba la mano llevándosela al rostro desesperada pero yo simplemente me quedé helada por el contacto.
-¿Sabes lo que soy? - le pregunté dándole una oportunidad de separarse de mi, pero mi abuela solamente frunció el ceño cómo si hubiera hecho la pregunta más tonta del mundo.
-Eres mi gran muchachita preciosa que extrañé demasiado todo este tiempo, que al parecer puede hacer algo peculiar con la mente y que ha tenido momentos difíciles últimamente- dijo con la voz más dulce que conocía, mis lágrimas comenzaron a salir pero rápidamente recobré la compostura.
-esta bien corazón- susurró mi abuela.
<<Yo sabía a qué se refería, trataba decirme que estaba bien llorar, estaba bien caerse un poco, pero no podría, no hasta saber que todo ha acabado, que todos estaban a salvo>> sorbí mi nariz y voltee a verla.
-estoy bien, solamente quiero saber qué sucedió- mi alma se partió en dos por el cansancio, yo realmente quería abrazarla, descansar con la idea de que finalmente había encontrado a mi abuela después de toda la pesadilla de Thurmond, dejar que la pequeña Ruby que había soñado durante seis años con abrazar a su abuela se alegrara porque se cumplió su mayor deseo.
Pero esa Ruby ya no existía...o por lo menos ya había pasado por Lady Jane, East River, Clancy, la Liga,  Rob, el derrumbe de la Liga,  el derrumbe de El Rancho, Cole y el regreso a Thurmond, me parecía infinita esa maldita lista.
-todo está bien, ya acabó, estás a salvo- la última vez que había pensado en esas palabras estaba en una ambulancia llena de cadáveres. Me quedé unos instantes pensando un millón de cosas viendo el rostro frente a mi.
- ¿Cómo puedo decir si todo esto es una mentira o no? ¿Qué haré si no eres real?-  mi voz intentaba sonar fuerte pero se quebró por el miedo. Su rostro se descompuso terriblemente, mi corazón se partió al mismo tiempo, yo simplemente quería que acabará.
-soy real pequeña, soy tu abuela, la misma que movió  a Miles de personas  para poder encontrarlos entre la nieve cuando ibas a nacer, soy la misma que no dejó de buscarte durante cada día de todos estos años, soy la misma que lamenta haberse perdido el momento en que te convertiste en esta hermosa muchacha, la misma que te ama demasiado y que no te va a dejar sola- mi abuela tomó con más fuerza mi mano.
<<Se siente real, demasiado real como para ser mentira. En la liga pude diferenciar la verdad  y la mentira, pero con el chico naranja del presidente necesitaron control calmante y electricidad para meter visiones en mi cabeza...se siente real, quiero que sea real, deseo desesperadamente que sea real>>
-no sé cómo los agradables chicos de afuera lograron hacer que confiáras en ellos, pero no tenemos prisa corazón, finalmente estás aquí...-las lágrimas de mi abu comenzaron a rodar por su mejilla y mi corazón se estrujó...
-yo...yo...- me odié por no poder hacer nada, no lograba reaccionar y el pánico junto con la ansiedad comenzaban a devorarme, me sentía como si intentará hacer malabares sobre la punta de una aguja, mi mundo había sido reducido a escombros mientras yo intentaba contenerme, no desmoronarme junto con él. <<tengo que hacer algo, lo que sea>> -yo quería encontrarte, realmente era lo único que quería, pero no sabía si tú...si tú lo hubieras querido, lo de mis padres...fue mi culpa, yo los hice olvidar...- mis palabras salían sin poder detenerse hasta que mi abuela me detuvo.
- oh amor, cuando entendí por teléfono lo que estaban haciendo ese día, corrí desesperada a su casa pero cuando llegué ya era muy tarde, ya no estabas, te habían entregado, lo peor es que ellos no entendían lo que habían hecho pero aún así, de alguna manera lo lamentában, estaban devastados e histéricos,  tenían el sentimiento de que les faltaba un parte demasiado importante de su vida pero no podían saber qué era y ni saber el motivo de esto, habían visto tu cuarto, las fotos, loz preparativos de tu fiesta cancelada y les partía el corazón cada vez que lo veían-
-yo...solamente no quería que se preocuparan por mi...- intenté seguir pero mis palabras no lograban salir.
- ohh no dulzura, te estoy diciendo esto porque ellos nunca te dejaron de amar, ni un solo instante, puede que no te reconocieran cada vez que te veían en una foto...pero nunca desapareció ese inmenso amor que solamente los padres son capaces de sentir por sus hijos, es verdad que fue difícil, pero ese amor nos ayudó a seguir con esperanza todo este tiempo mientras te buscábamos - mi corazón se paró de sorpresa ante sus palabras.
-¿Ellos me buscaban?- solté sin poder creérlo en un susurro apenas audible.
- casi desde el mismo instante en que te llevaron, tu padre llamo inmediatamente a la estación de policía para investigar si podía saber a dónde te llevarían, para poder ir, por supuesto que fue inútil, desde que te llevaron nunca paramos de buscarte, intentamos por todos los medios posibles, tu padre tuvo que mantener las apariencias para poder seguir teniendo acceso a la información de la policía pero el gobierno nunca nos dió respuesta sobre tu paradero y hasta nos impedían buscarte, cuando comenzamos a encontrar información sobre los campos...-se detuvo un instante al mismo tiempo que se ensombreció su mirada- había tanta información y tantas opiniones tan diferentes sobre los campos, no sabíamos qué creer... decían tantas cosas horribles sobre la FEP que odiábamos simplemente escuchar sobre ellos, pero eso no fue lo peor, cada vez que preguntábamos sobre los niños cómo tú...los chicos naranja...- en todo este tiempo había mantenido su mirada baja y su mano sosteniendo la mía gentilmente, pero inconscientemente su presión fue subiendo hasta el punto de casi llegar al dolor, no podía ver completamente su rostro pero sabía que se había sumergido en la oscuridad total.
Yo sabía a qué se refería, la información que se tenía sobre los naranja era que los habían matado a todos nosotros después de haberlos tratado como basura un par de años en los campos.
-durante mucho tiempo temiamos que te hubieran asesinado...seguímos con la esperanza que habías huido o algo parecido, pero esa simple posibilidad nos atormentaba todo el tiempo, si...si tan solo hubiera estado ahí, o si simplemente hubiera llegado más rápido todo esto no habría pasado...no hubieras sufrido todo eso- sus sollosos eran desgarradores a tal punto de sorprenderme y desear que se detenga.
-ahora estoy bien- levanto el rostro con lágrimas sin poder creerme- en serio estoy bien, tuve muchas personas que me ayudaron y ahora tengo a personas que me rodean y me quieren aún cuando saben qué soy...no los cambiaría por nada, pasaría de nuevo todo eso para poder tenerlos en mi vida, así que al final creo que valió la pena- sonreí intentando de mostrarle que lo decía con todo mi corazón pero algo me distrajo.
Sin que me diera cuenta alguien había entrado, hasta que lo percibí por el rabillo del ojo al frente de mi cama, voltee bruscamente esperando lo peor pero su rostro borró todo pensamiento de mi cabeza, mi corazón cayó al suelo y mis lágrimas salieron junto con todos mis sentimientos reprimidos, toda la ansiedad y la incertidumbre se esfumaron, todo el dolor y el miedo no importaba si salían, ya no importaba si parecía débil, no frente a él.
-Liam-

Mentes poderosas 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora