33. Ruby

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Todo había desaparecido por unos segundos solo existía el dolor y el miedo, el dolor de cabeza me obligaba a cerrar los ojos para apaciguarlo y mi cuerpo se negaba a relajarse, dejándome hecha un ovillo sobre la cama, sentí un par de manos sobre de mi tratando de hacerme reaccionar pero era inútil. <<Liam>> rayos, me había olvidado de Liam en medio de mi ataque, me obligue a abrir los ojos con el único objetivo de encontrarlo y asegurarme de que estaba bien, tenía que por lo menos hacer eso después de la tortura que lo hice pasar.

Pero lo único que encontré fueron un par de observándome detenidamente llenos de preocupación y de impotencia, la cara de la señora provocó una pequeña llama de calidez dentro de mí, pero desapareció en cuanto me di cuenta que me estaba tomando la mano <<¡No! No puedo permitirme ocasionar más estragos>> me aleje rápidamente de su mano, dejándome de nuevo en la frialdad de la soledad, pero eso no importaba, si con eso podía mantenerla a salvo de mí. Su cara se descompuso ante mí reacción, la tristeza empañó sus ojos en un instante, dejándonos en una posición difícil.

-tranquila estas bien- sus palabras sonaban torpes pero ella ponía todo el esfuerzo de  tranquilizarme- por favor cálmate, terminarás lastimándote si sigues así- suplico en un pequeño susurro.

Al escuchar su voz una parte de mí se rompió o se desbordó, no podría explicarlo, pero en ese instante supe que había esperado mucho tiempo para poder escuchar nuevamente esa voz melodiosa y mi cuerpo se tensó aún más como respuesta, olvidé todo a mi alrededor y levante la mano en dirección a su rostro, pero en el instante en que sentí la calidez de su piel sin siquiera tocarla regrese a la realidad, la realidad en donde sabía que nos pasaría si la tocara. Se había quedado helada viendo mi mano y esperando el roce de nuestras pieles pero cuando aparté el brazo, dirigió su mirada a mi rostro con una lágrima en el rostro y sorprendentemente también de mis ojos se desbordaba un llanto silencioso.

-L-liam...-logré pronunciar mientras luchaba contra un nudo en mi garganta, mis ojos no podían alejarse del rostro de la señor, no quería desperdiciar un segundo viendo entra dirección que no fuera esa cara tan cálida y familiar.

Pero de repente un vuelco en la boca del estómago me dejó sin aire, un sentimiento sin precedentes nuevamente me dejó desolada, literalmente me dejó la sensación de soledad en cada rincón de mi cuerpo, el rostro de la señora emanaba una calidez intensa pero al mismo tiempo me provocaba un dolor intenso que me desbordaba. Mis extremidades perdieron fuerza mientras que mi rostro se quedaba sin sangre, el mundo se movía lentamente y me provocaba desagradables nauseas.

La señora ante mi estaba a punto de contestar pero al ver el intenso cambio se detuvo; mi cuerpo me obligaba a alejarme de ella y de ese sentimiento desastroso que oprimía mi pecho, tenía que apartarme de este sentimiento.

Ella quiso acercarse unos centímetros pero no lo podía permitir, mi llanto se volvió una serie de gemidos dolorosos y desesperados mientras yo me alejaba de la señora hasta el punto de casi caer de la cama, podía sentir que alguna parte mi odiaba el hecho de que yo estaba provocando el dolor en el rostro de la señora un pero me era imposible hacerle caso a ese odio cuanto todos mis sentidos estaban empañados por el dolor.

-¡Tranquila mi Joyita! ¡Tranquila Joyita!- Cole llegó corriendo por el corredor y entró a la habitación lo más rápido posible hasta mi cama en todo momento mirándome preocupado, intento acercarse a mí pero mi cuerpo de nuevo reaccionó ante la amenaza de una catástrofe y me pegue a la cabecera de cama intentando alejarme de las dos personas ante mí, el gesto sorprendió a Cole pero lo aceptó rápidamente –está bien mi Joyita no te tocaremos, pero  por favor tranquilízate, vas a abrir tu heridas y te lastimaras- me miraba como si quisiera tranquilizar a un animal peligroso <<eso soy>> , un par de lágrimas más resbalaron al percatarme de esa realidad y por el hecho de que fuera Cole me viera de esa manera.

La señora que hasta en ese momento había estado a un lado de mi cama retrocedió un par de pasos dejando a la vista la silueta de Liam en el suelo estaba inconsciente manchas de sangre se esparcían por su playera y su rostro, <<yo he hecho eso, le he hecho daño>>

-salgan- susurre, es lo menos que podía hacer en este punto, haciéndoles saber que no le haría daño mientras se fueran, que les dejaría tranquilos mientras se iban, aparte la mirada de ellos pues no quería ver sus caras de miedo ante mí, así que no pude ver el rostro confundido de Cole.

-¿Quieres que nos vayamos?- intentó esconder la tristeza en su voz pero fracasó.

-no quiero que se vean obligados de estar aquí cuando me tienen miedo, así que salgan- mi voz apenas era audible por tener que traspasar el nudo en mi garganta.

-¿Piensas que te tenemos miedo? – Cole sonaba incrédulo ante mis palabras, finalmente volví a mirarlo con furia, <<¿por qué no acepta que me tiene miedo?>>

-Sus ojos lo dicen todo- en lugar de la voz fuerte que había planeado sostener, salió un gemido a punto de llorar <<rayos>>

-Nuestros ojos dicen que tenemos miedo a que te lastimes- el rostro de Cole se suavizo poco a poco, pero aún tenía un poco de incredulidad- ¿Por qué no nos crees cuando decimos que estamos aquí por ti y que te queremos? – me quede callada unos segundos, lo suficiente como para que de nuevo el miedo y el dolor del recuerdo me inundara.

-¿entonces por qué no fueron por mí? – ya me había sentado de manera cómoda nuevamente en la cama, pero aún seguía tensa ante el recuerdo de la tortura que se repetía una y otra vez en mi mente haciéndome recordar nuevamente el dolor de manera tan realista que lo podía sentir en mi cuerpo-¿por qué se sigue repitiendo?-

-¿a qué te refieres?- comenzó a preguntar Cole pero su hermano lo interrumpió.

-Habla de Thurmound, su última noche.

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Lamento la tardanza.
Como una ofrenda de disculpa les dejo el siguiente capítulo. (*3*)
Gracias por leer.

PD. Este capítulo lo sentí un poco flojo, pero creí necesario involucrar a la familia de Ruby un poco más. ¿Qué opinan ustedes?

Mentes poderosas 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora