| The bad girl next door | Jughead Jones | Riverdale

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La cabeza me iba a estallar y los ojos me ardían como si les hubiese puesto alcohol. No estaba acostumbrada a drogarme, de hecho, no lo había hecho más de 4 veces, con esta.

Ahora mismo, la incomodidad y tristeza me invadían. La incomodidad: Jughead. ¿Tristeza?: Jughead.

No puedo creer que una simple palabra haya podido dañar todo, como un maldito efecto domino. Odio esto que está pasando, aunque sé que si doy el paso y digo más cosas que las que debo, puedo dañarlo todo más de lo que ya lo está, así que mejor cierro la boca.

Ya eran las 6 de la tarde y Archie ha llamado unas 3 veces para ver que este bien. El me cae bien, aunque es algo... muy indeciso. La ultima vez que llamo, dijo que Jughead se había ofrecido a dejarme una invitación en la puerta de mi casa, de la cual no se han preocupado por conocer. y después un mensaje de una tal "Boombshell" llegó a mi teléfono. Creo que es Cheryl.

Me pare de mi cama y tome el celular:

-"Mañana en mi casa, Pijamada. No pienso pasar la noche sola"

¿Qué? ¿Qué noche? Abrí el sobre que Jughead había dejado y decía que era una invitación para el funeral de el chico muerto. ¿Por qué me habían invitado?

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El sonido de mi teléfono sonó. Eran Betty y Jughead a la vez. El mismo mensaje.

Rubia

-Hay que estar temprano en lo de Jason, te lo contamos allá.

Y así mismo lo decía en el mensaje de Jughead

Gorro

-Mañana en lo de Jason. No te demores.

Volví a mi cama con el dolor aun en mi cabeza. ¿Qué demonios están planeando estos dos? La mañana y madrugar no le hacían bien a mi cara. ¡Demasiadas ojeras!

Jackson tenía preparado el desayuno y me dejo un beso en la mejilla al salir de el tráiler. Que espeluznante. Muy lindo, pero espeluznante.

La mañana estaba más fría que de costumbre, pero una linda chaqueta me cubría de el. Y si se lo preguntan, no, no he hablado con Jughead, además de, obviamente, el mensaje de esta mañana.

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El día había acabado y las malditas pruebas con las Vixens eran en menos de 15 minutos, ya estaba con el uniforme de entreno y en frente de algunas de las chicas, contando con Verónica.

La canción sonó y empecé a moverme. Verónica me enseñó una rutina una vez, gracias a Dios no la olvidé.

La música paro y llegaron los aplausos.

-Estás dentro
-Pero Cheryl, yo..
-Dije que estás dentro, punto final. Las veo en el ensayo próximo, perras. ¡Vayan a mover las colas a otro lado!

No tuve más opción que caminar hacia otro lado. Me separe de las demás para ir un momento a las gradas, necesitaba pensar.

Al parecer, Verónica también había sido victima de la invitación de Cheryl. Dijo que la razón de ello, había sido nuestra gentileza aquella noche en la que recordó a Jason. La noche de el juego.

Las gradas estaban solas y frías como era de esperarse. No duré mucho tiempo ahí, la fantástica pijamada me esperaba.

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Era una cena callada e incomoda, como en todos los lugares y problemas con los que me he encontrado. Lo único que se escuchaba, eran los cubiertos golpeando con los platos. Comían muy refinados todos, al menos yo aprendí a comer bien. Si mi hermano estuviera aquí, habría hecho el ridículo.