Regreso a Hogwarts

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Hola.

Bueno, el perfil oficial de @Fan-FictionEs tiene la dinámica de hacer retos semanales, y por el 1 de Septiembre lanzaron un reto de escribir lo que pasaría ese día si el fandom que eliges regresara a Hogwarts. Recordé una fanfic sobre Erik de hace muchos años atrás, y empecé a pensar en el reto enfocado a Convergencia.

PEEEEEEEERO como suele pasar, se me pasó la mano con la narrativa, y cuando me di cuenta ya me había pasado del límite de 500 palabras, cuando apenas había escrito la primera parte de todo lo que había pensado. No quise dejarlo así, y no me inscribí. Además no sé si sería muy abusivo haber entrado con el universo alterno del universo alterno del crossover... Así que helo aquí.

Juro que mis intenciones no son buenas...

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Era una linda mañana nublada en Londres.

Una linda e inusual mañana, en que muchos chicos despertaban emocionados, y muchos de ellos no habían dormido siquiera, al pensar en la fecha: 1 de Septiembre.

Era la linda e inusual mañana de tomar el Expreso de Hogwarts, para iniciar un nuevo año escolar. Todos ultimaban detalles, desayunaban con sus familias antes de separarse por meses, o caminaban por El Callejón Diagón buscando algo que se les había olvidado.


En uno de los establecimientos de dicho callejón, alguien.... Parecía haber olvidado la fecha de esa mañana.

Varios adultos tirados en una mesa de El Caldero Chorreante, dormidos a pierna suelta, entre ronquidos y balbuceos inconscientes, podrían parecer algo muy normal; excepto porque en el grupo se distinguía un muchacho mucho más joven, aunque igual de perdido en el reino de los sueños.


Afortunadamente no roncaba. Aunque todos temían el día que el muchacho emitiese tal sonido, ya que si su edad no fuera suficiente distintivo del grupo, había algo más, de mayor notoriedad: una nariz de dimensiones sin igual. Probablemente el acto de roncar repercutiría varias cuadras a la redonda. Pero si alguien se atreviera a decirlo, el porrazo como respuesta se escucharía a una distancia aún mayor.


Se abrió la puerta sin causar efecto en los durmientes, y otro muchacho de la misma edad, alto y moreno, se abrió paso por el local.

Frunció el seño al mirar la escena, aunque no parecía muy sorprendido, y caminó hasta la barra.


—Buenos días, joven LeBret. ¿Una última cerveza de mantequilla antes de partir a Hogwarts?

—Buenos días, Tom. Sí, una cerveza de mantequilla, si eres tan amable. Y un vaso de agua. Lo más fría posible.... o una cubeta— señaló al grupo a sus espaldas —. ¿Causó problemas?

Tom rió, negando con la cabeza —Es un buen muchacho. Lleno de energía e ideas más avanzadas que los demás chicos de su edad. Con todo respeto, claramente, sé que usted es un año mayor— Le pasó un tarro rebosante de líquido dorado, espumoso y humeante —. Pensaba que ni siquiera regresaría a Hogwarts este año.

—Sobre mi cadáver.— sentenció el joven tomando la bebida y procediendo a olfatearla con calma, mientras miraba a su amigo y compañía.


—Grandes cosas le esperan— dijo Tom sonriendo con su mueca chimuela —. A los dos. ¿Ya han pensado qué hacer al graduarse?

—Guardián.— respondió lacónicamente —Son los que obtienen todas las chicas, ¿sabe? Y todos dicen que soy muy bueno. En cuanto a él...— suspiró —No puedo asegurar nada.

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