Capítulo dos

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Un ligero portazo retumba en mis oídos seguido de una grave voz la cual indica que me despierte. Un olor embriagador invade mi habitación. Desayuno rápidamente y bajo al salón. Siempre me arrepiento de tener que descender por esos bastos escalones de piedra con mis desgastados zapatos de piel de zorro, que además de ser extremadamente incómodos mi familia apenas se los puede permitir.

Cuando ya he acabado, veo como mi padre le da un beso a mi madre y se marcha a trabajar a las minas. Ella se marchará en unos instantes a trabajar a los campos de trigo, donde pasará todo el día.

En cuanto se marcha limpio nuestra pequeña casa con ayuda de mi hermano, que es tres años menor.

Como he acabado, me dirijo de nuevo a mi cuarto donde pasaré allí la mayor parte del día. Agarro un ejemplar de la repisa de mi habitación y me dispongo a leerlo. De repente una sensación de mareo invade todo mi organismo. Es la primera vez que me sucede algo parecido.

Las dos vidas de esa chicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora