Suspiro.
Tobias.
Lucas.
Tobias.
Lucas.
Tobias.
- ¿Estás bien? – Pregunta una voz.
- Eh… Sí, sí, ya voy a trabajar – tengo miedo de que me riñan porque no esté trabajando. Miro hacia arriba y me doy cuenta de quién me ha hablado – ah, eres tú.
- Venga, vamos – me dedica una de sus perfectas sonrisas y me levanta.
Vamos juntos hasta la entrada, luego él se va para un lado y yo para otro.
Mientras cocino, me quedo pensando.
¿Por qué le caigo mal a la reina? ¿Por qué no puede ser simpática conmigo?
Ojala yo también fuera de la realeza y pudiera ir con vestidos perfectos y preciosos. Con zapatos de tacón, con el pelo perfecto, y, con Tobias.
Cuando acabamos de cocinar, como siempre, servimos la comida.
Estoy dejando la bandeja en la mesa, y, de repente, noto una mano en mi cintura. Pego un pequeño salto, y Tobias ríe.
Hago como si no hubiera pasado nada, ya que la reina me fulmina con la mirada, y vuelvo a entrar en la cocina.
Como Carla no puede venir hoy, salgo a dar un paseo por la ciudad. Añoro mi antigua casa, obviamente, el palacio es mucho mejor, pero le tenía un cierto aprecio. Paso por delante de ella. Todavía no se ha vendido.
No es nada del otro mundo, la verdad. De hecho, si hubiera un huracán sería, con seguridad, la primera casa que se derrumbaría, aún así, tiene cierta belleza.
También paso por la panadería. Otra cosa que echo de menos. En parte me gustaría volver a mi antigua vida, con mis antiguos amigos, mi antiguo trabajo…
Me siento en la acera, contemplo las calles. Mi barrio no era el más bonito ni mucho menos, pero, recuerdo una vez, que pasé por unas casas hermosas.
Bloques y bloques de edificios de un color rojizo. Tienen un nombre, sé que en el futuro tienen un nombre, pero no lo recuerdo en este instante.
Ah, sí, casas victorianas, eso.
Son preciosas.
Hace demasiado calor. He salido con el uniforme de cocinera, que, en gran parte es negro, y provoca que tenga muchísimo calor.
Para mi sorpresa, empieza a llover.
Qué suerte, ya no tengo calor – nótese la ironía – ahora me estoy empapando. Vuelvo corriendo a la panadería y me refugio allí.
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Las dos vidas de esa chica
RomanceSofía solía llevar una vida normal y corriente, como todo el mundo.Tras la muerte de su madre, se convertirá en una persona un tanto peculiar, y descubrirá el secreto que oculta su familia, y que ha provocado la muerte de su madre. Londres en dos é...