Capítulo quince

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-         ¿Te encuentras bien? – Pregunta Lucas y me mira con una cara preocupada. Me doy cuenta de que le estoy agarrando fuertemente del brazo, le suelto el agarre y digo:

-         Sí, sí, no es nada

-         ¿Enserio que no te pasa nada? – insiste.

-         No, tranquilo – le sonrío y caminamos hacia la barbacoa, donde sus padres están cocinando unas hamburguesas.

Parece que se llevan muy bien. Se ve que son una familia feliz. Bueno, eso era lo que yo pensaba de mi familia y la verdad es que iban a divorciarse así que no estoy muy segura de lo que pensar…

-         Mamá, papá, está es Sofía. Mi… amiga.

-         Encantada de conocerles – digo yo, saludándoles cordialmente.

-         Oh, querida, nos alegra mucho de que estés aquí, ¿Quieres una hamburguesa? – Pregunta su madre. La verdad es que es muy simpática. Me agrada.

-         Sí, por favor.

Lucas y yo cogemos las hamburguesas que nos sirven sus padres amablemente y nos sentamos en el columpio que está debajo del árbol.  Se está bastante bien, pues estamos a la sombra y, bueno, está Lucas.

Estamos tranquilamente comiendo cuando de repente se acerca un poquito más a mí, pero solo un poco, nadie lo hubiera notado, nadie excepto yo, porque estoy mirándole disimuladamente de reojo.

Me acerco yo también un poquito a él, sin que nadie lo note. Seguimos comiendo, no pasa nada más, desgraciadamente.

-         Oye Lucas, dijiste que estudiabas en Walworth Academy, pero la verdad es que nunca te he visto por ahí, y, bueno, llevo estudiando bastante tiempo en este sitio – era una cosa que me moría por saber, ta que nunca le había visto y no es muy difícil no ver a un chico como Lucas.

-         Sí, es que soy nuevo en la ciudad, mis padres me han apuntado ahí, por lo visto es uno de los mejores colegios.

-         Ah, qué bien – no sé que responder. Lo siguiente que hago es quedarme como una completa idiota mirándole y sonriendo.

Y, así sin más, se acerca un poco más a mí, me coge de la cintura con una mano y me acerca aún más a él, cierra los ojos, cierro los ojos, y nuestros labios se funden en un largo beso, demasiado largo, la verdad, para ser la primera vez que beso a Lucas, pero no me retiro, porque besa genial.

Mierda. ¿Por qué a mí?

 

“Sofía, lo que haces está mal” Susurra la parte más prudente de mi cerebro.

 

“En teoría, no es que esté mal, pues no estás saliendo con ninguno de los dos, y además, no viven ni en la misma época, Tobias podría ser su tátara abuelo. No es para tanto”

 

“ ¡Sí que lo es! ¡Les estoy engañando!”

 

Y me enfrasco en una conversación con mi retorcida mente mientras sigo besando a Lucas.

-         ¿Pasa algo? – Pregunta, un poco confundido porque haya parado el beso.

-         No, es sólo que…

-         ¿Tienes novio no? – Lo dice con un tono que parece más una acusación que una pregunta, pero decido no darle mucha importancia.

-         No, es sólo que ha sido… inesperado, nada más – miento.

-         Vale – dice está vez con una sonrisa, al saber que no tengo novio.

-         ¡Sofía! ¡Sofía! ¿Te bañas conmigo en la piscina? – Pregunta la hermana de Lucas. Me da pena decirle que no, viene corriendo y con una sonrisa en la cara, pero la verdad es que no tengo muchas ganas. Además, tampoco tengo bañador.

-         Lo siento Bianca, es que no me he traído ningún bañador, otro día nos bañamos juntas, ¿vale?

-         ¡Vale!

-         ¿Eso significa que volverás? – pregunta medio riéndose Lucas.

-         Supongo.

Después de eso llamo a mi abuela para decirle que me iré a casa dentro de poco, pues ya se está haciendo un poco tarde y no tengo muchas ganas de perder el autobús y tener que volver andando.

Vuelvo donde Lucas está sentado, al parecer hablando también por teléfono con alguien. Cuando me ve, le dice a la otra persona que hablarán más tarde y cuelga.

-         Lucas, tengo que irme, lo siento, es que se está haciendo un poco tarde y no quiero perder el autobús.

-         Si quieres te llevo yo.

-         No, no hace falta – ya había tenido bastante con ir en moto una vez, no tenía ganas de volver  a estar a punto de morir.

-         ¿Estás segura? – Insiste.

-         Sí, de verdad.

Después de esto me despido de él, de Bianca y de sus padres, que insisten  en que vuelva otro día, y acto seguido salgo por la puerta.

Decido no coger el autobús. Prefiero ir andando y refrescar un poco la mente. Sin duda tengo que pensar en unas cuantas cosas. Lucas, Tobias, y por si fuera poco, en una semana empiezo las clases.

Siempre me ha gustado caminar al aire libre por las calles de Londres, especialmente a esta hora, cuando el sol está a punto de ponerse. Pero eso está a punto de cambiar ya que ir andando por la calle no es muy seguro para una persona que de vez en cuando le entran unos mareos y puede caerse en medio de la calle y estar inconsciente quién sabe cuánto tiempo.

Así que ya no me gusta pasear al atardecer por la calle sola porque el dolor de cabeza que tendré después de ver a Tobias va a ser insoportable.

Pues aquí os dejo otro capítulo! Espero que os haya gustado! A lo mejor hoy subo otro capítulo ya que ayer no subí ninguno. Hasta luegoo!!

Las dos vidas de esa chicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora