Capítulo treinta

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- Sofía, ¿Te encuentras bien? - Noto la penetrante mirada de Carla sobre mí, y asiento.

- Como te decía, tranquila, todo saldrá de maravilla, estoy segura - Carla siempre ha sido muy positiva, cosa que me encanta (la mayoría de las veces) - si quieres puedo preguntarle a mi padre, quizá te deje trabajar aquí.

- Oh, no te preocupes, iré a ver si me.devuelven el trabajo en la panadería.

Carla y yo seguimos hablando durante un rato más, hasta que llega la hora en la que me tengo que ir, y me despido de ella.

- Adiós, nos vemos luego - le doy un abrazo y me encamino hacia la puerta.

- Adiós - escucho que dice.

Salgo y empiezo a caminar hacia mi casa.

Ya empiezo a notar el frío del otoño, que se hace creciente conforme pasan los días. Tendré que empezar a ponerme abrigos.

En este momento añoro el presente, me gustaría estar ahí con mis amigos y hacer lo que estábamo... Ahora que lo pienso, no me acuerdo muy bien de lo que estábamos haciendo.

Bueno, ya lo descubriré luego.

Mis pensamientos se desvían cuando paso por la panadería. Sigo caminando, pero de repente me detengo y entro.

- ¡Sofía, qué alegría verte! - Exclama mi amiga - ¿Qué tal en el palacio?

- Es una larga historia - comento - el caso es que me han echado.

Veo muchas caras de asombro, las cuales no me sorprenden lo más mínimo, por lo que continúo.

- Y, venía a preguntaros y no sería mucha molesta devolverme el trabajo.

- ¡Claro que no! - Contesta Cristina - ¡Será un placer tenerte de vuelta!

- Vale, entonces, ¿Os parece bien que empiece mañana?

- Sin duda.

Y después de esta conversación vuelvo a dirigirme hacia mi casa.

Y ahora mismo me encuentro parada en el umbral de esta vivienda, que antes era donde vivía, y que en este momento vuelve a serlo.

                           ***

Abro la puerta con sumo cuidado.

No escucho ningún ruido, pero al adentrarme más distingo a mis padres y a mi hermano almorzando en la mesa del comedor.

Esbozo mi mejor sonrisa y me siento a comer con ellos.

Al acabar recogemos todo, como solíamos hacer antes, y subo a mi habitación.

Está tal y como la dejé: La cama deshecha, la estantería desnuda, el ventanuco abierto...

Empiezo a desempaquetar todas las cosas.

Coloco los pesados libros en su sitio, las sábanas - que he cogido del palacio - de franela en la cama; pongo todos los vestidos que he conseguido llevarme de allí en el armario, y, finalmente cierro la ventana para que el frío glacial no atraviese mi habitación.

Una vez tengo todo como antes, me tumbo en mi cama y hago un repaso mental de los sucesos ocurridos.

Y pienso, todo esto no hubierappasado si no me hubiera desmayado, si no hubiera corrido escaleras arriba, si no tuviera que mantener en secreto la razón de mis mareos, si mi madre se hubiera quedado en el presente...

- Todo esto ha sido tu culpa - digo en un susurro.

Aunque sé que no es verdad. Sé, que por mucho que quiera culparla de todo lo malo que me ha sucedido ella no es la culpable, sé, que, aunque sea mi madre y aunque no la quiera como es debido, tenía que elegir una época, al igual que yo tendré que hacerlo dentro de poco.

Tendré que hacerlo dentro de poco.

Tendré que elegir.

¿Pasado o Presente?

Creo que elegrié el p...

Me desmayo.

Holaaa!!!

Bueno ayer no pude subir los otros dos capítulos que me faltaban, pero aquí está uno de ellos y esta tarde subiré el otro, seguramente.

Así que espero que disfrutéis con este capítulo!!

Nos vemos luego!!

XxbeaxX

Las dos vidas de esa chicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora