Capitulo 2

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¿Muerta de miedo? Es poco decir pero prefiero estar junto a este tipo llamado Michael que al lado de aquellos tres idiotas.

El me quiso ayudar, supongo que sus intenciones no son tan perversas. Aunque no se a dónde nos dirigimos, solo que accedí a montarme junto a él en su coche. Y que decir sobre este auto, luce más costoso que el de mi padre.

Se supone que en esta parte la gente es pobre, ¿no es así? Al no ser que ¿el es mafioso?

Por dios Josy que pregunta más estúpida, solo míralo, la manera en la que aquellos tres tipos le temieron.

Y lo que tanto intenté evitar está ocurriendo, este chico me adentra al Bronx más profundo.

Observo como la gente baila en las calles, se divierten y rien sin importar lo muy ilegal que es este sitio. Quizás ellos ya no tienen miedo, son parte de esta comunidad. ¿Pero qué hago yo aquí?

Ese idiota me hizo la pregunta adecuada. ¿Qué se le perdió a un culito blanco en este lugar?

El móvil vibra dentro de mi mochila haciéndome apretar esta contra mi cuerpo. No quiero que él me lo quite, de seguro es mamá. Ella debe estar muy preocupada por no haber llegado aún a casa.

-No voy a quitártelo, simplemente no atiendas la llamada. -dice el chico desviando su mirada de la carretera para mirarme con una pequeña sonrisa.

¿Intenta que no esté tan nerviosa quizás? No lo ha conseguido.

Asiento encogiéndome en el asiento apartando la mirada de él. Por alguna razón siento que me está llevando a la boca del lobo y es un sentimiento que no puedo evitar sentir.

El auto poco a poco va frenando hasta detenerse frente a un edificio de ladrillo compuesto por tres pisos. Y como ignorar la cantidad de personas paradas frente a el festejando. ¿Festejando el que? ¿Por qué todo está tan animado por aquí?

Michael hace una seña con su mano y abro la puerta del vehículo abandonando este. Una vez fuera abrazo mi cuerpo ya que desgraciadamente ha refrescado. Qué bien me vendría ahora mismo la chaqueta de Alex.

Todas las miradas de aquellos desconocidos quedan sobre mi mientras sin disimulo alguno comienzan a cuchichear y silbar.

-Te van los blanquitos eh Michael. -se burla uno de los hombres sentado sobre los escalones de aquel edificio.

-Cierra el pico si no quieres enfrentarte a Dion, o peor.

-Es una broma amigo, ya sabe, no te lo tomes tan a pecho.

-Lo que sea. -dice Michael cansado. -Hablado de Dion, ¿está dentro? O quizás Ivan.

-No lo sé bro, pero sí que está Mónica.

Michael asiente antes de tomar mi brazo con suavidad y tirar de el hacia la entrada del edificio.

Sigo sus pasos mirando aun a las personas que me observaban por alguna razón en burla. Al adentrarnos al lugar el absoluto silencio me asombra. Siquiera se filtra la música a todo volumen de las calles.

Observo la planta baja completamente desierta omitiendo la escalera que dan al primer piso. Camino hacia esta seguida por Michael, no tengo que ser un genio para saber a dónde debo ir.

Mis ojos se amplian al ver que el final de esta escalera da a un hermoso living, más que lujoso a decir verdad.

Vaya, estoy impresionada, el edificio no luce tan lujoso como el interior de este.

-Oh vaya, pero que tenemos aquí.

Una voz femenina hace que ambos girásemos hacia una de las puertas por donde una mujer aparece ante nuestros ojos. Mierda, ella es preciosa.

Debe ser latina, su piel color caramelo y belleza la delatan. Una sonrisa se extiende por su rostro al acercarse a mí y depositar un beso sobre mi mejilla. Hermosa y amable, quiero quedarme con esta mujer, me hace sentir segura.

-¿Quién es está bella señorita Mich? Por fin decides presentarnos una novia.

-No, no Mónica.- dice este riendo negando con su cabeza. -La encontré deambulando, bueno se estaba metiendo en problemas y la ayudé. Sabes que los que no son de aquí deben rendir cuentas ante Dion.

-Eso es para pandillas Mich, no por una niña que se ha perdido en el Bronx.

Una voz masculina a nuestras espaldas hace que giremos para poder ver a aquel hombre afroamericano del que no se su hombre. Mierda, me siento tan incomoda con tanta gente desconocida rodeándome.

-¡Mi amor! -exclama Mónica acercándose y abalanzándose sobre el cuerpo del hombro.

Este la recibie con gusto depositando un pequeño beso sobre sus labios para después dirigir su mirada a mí.

-Llévala a su casa Mich.

-Pero Dion, a Ivan no le va parecer bien sin que el...

-Que yo sepa aun soy el maldito jefe de este lugar, no mi hijo consentido.

-¿Hijo consentido? Bonita forma de referirte a mi, padre.

Y por alguna razón esa voz consigue que todo mi cuerpo se estremezca. Por la puerta por donde Mónica ha aparecido esta vez lo hace un chico. Un chico tremendamente alto.

Me siento pequeña ante su altura, sus ojos verdes, nariz respingona, labios carnoso, tremenda perfección. Pero espera, el es un culito blanco, como yo, pero sobre todo ¿le dijo padre? No, no puede ser.

-Si nena, el es blanco y yo negro. -dice Dion riendo ante mi rostro de sorpresa.

-¿A ella que mierda le va importar nuestra vida? -se queja el muchacho guapo.

Si, seria ciega si no notara su maldita belleza, pero algo me dice que esa actitud suya solo me traerá problemas.

-Ivan. -advierte Mónica mirando a su hijo, supongo.

-No, no se va ir tan fácil. Quiero tener unas palabras con ella.

Mierda, lo sabía, lo sabía.

-Maldita sea hijo, mírala como va vestida no es una espía ni policía o algo parecido.

-Eso lo decidiré yo, ¿bien padre?

Joder, este chico parece tener comiendo a todos de sus manos. Si su padre es "el jefe" de no sé que aun, ¿por qué le permite a su hijo llevar las riendas de todo lo que los rodea? ¿Tanto amor le tienen?

-Oigan yo acabé aquí por error, solo me quedé dormida y...

-¿A caso te concedí permiso para hablar?

Mi boca se abre en indignación al escuchar aquellas palabras salir entre sus labios. Menudo capullo integral, aunque no sé que me sorprende. Se le ve venir de lejos.

-Ivan. -protesta Dion ante las palabras de su hijo. -Trátala bien, es una niña.

¿Una niña? No soy una niña, ya cumplí mis dieciocho. ¿A caso tan infantil parezco? Bueno, comparándome con ellos claramente sí.

-No te preocupes padre, la trataré muy pero que muy bien.

Para mi eso no suena nada bien.

The Bronx © +18 | Libro #2 | Bill SkarsgårdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora