The Bronx © +18 | Libro #2 | Bill Skarsgård

Epilogo

Domingo 21 de Abril

-¡Vamos Josy, empuja cariño!

-¡Esto duele mucho mamá! -Lloriqueo mientras aprieto su mano con fuerza queriendo morir.

¿Alguna vez escucharon eso de que traer vida al mundo es de lo mas doloroso que puede haber? Seguro que si, pues doy fe. ¡Que alguien me saque esto ya!

-Eso pasa por dejar que te la metan sin preservativo amiga.

-¡Oh dios cállate! -grito hacia Megan que permanece al otro lado de la camilla mientras el medico ríe.

¿¡Porque se ríe y no saca a ese bebé de una buena vez¡? ¿Y porque demonios las dejó pasar a ambas? 

-Tu amiga tiene razón cariño.

-¡Mama! ¡Las odio a ambas! -chillo de dolor volviendo a pujar cuando el doctor me lo pide.

-Vamos Josefine, un poquito mas. 

Y aquí estoy, después de nueve meses dando a luz, a un pequeño monstruito que se resiste a salir sin su padre cerca. A todo esto, ¿¡Donde demonios se supone que está¡? Como se atreva a faltar en el parto de su hijo dormirá el resto de su vida en el sofá, o mucho mejor, lo echo de casa.

Los gritos de varias enfermeras se escuchan haciendo que todos miremos hacia la puerta del quirófano, consiguiendo que por un momento olvide el dolor. 

Y siento alivio, alivio al verlo adentrarse al lugar corriendo y buscándome con desesperación. Maldita sea, como amo a este hombre.

-Ya estoy aquí, ya llegué. -dice agitado apartando a Megan de mi lado que se queja y me hace reír.

Siempre tan payasos. 

Ivan toma mi mano y besa el dorso de esa para después dedicarme una sonrisa tierna, sonrisa que se borra de su rostro en cuanto clavo mis uñas contra sus carnes.

-¿Donde que supone que estabas? -gruño sintiendo otra contracción.

-Josefine, no te distraigas, en la próxima contracción debes pujar. -me regaña el doctor.

Asiento dedicándole una mala mirad a Ivan que traga en seco. Me teme, el realmente me tiene miedo y bien hace.

¡Mierda, contracción!

Gimo de dolor empujando con todas mis fuerzas mientras mamá e Ivan sujetan mis manos brindándome apoyo. 

-Mi amor...

No puedo escuchar su voz, solo el ensordecedor llanto de nuestro bebé. Siento mi corazón bombear con fuerza cuando veo a la pequeña criatura entre las manos del doctor que rápidamente lo acerca a mi y lo coloca sobre mi pecho.

Mi bebé, ya está aquí con nosotros, entre mis brazos. Siento inmensas ganas de llorar y es justo lo que hago mientras beso su pequeña cabecita.

-Miralo Ivan, es perfecto.

-Es como tu nena.

Sonrío sin poder evitarlo, ¿como algo tan perfecto he podido traer yo al mundo? Estoy embelesada por el y me niego a que me lo quiten en el momento que quieren tomarlo para realizarle las pruebas necesarias.

-No, no, es mio.

-Josefine cariño, solo van a limpiarlo. -dice mamá riendo.

-Voy a vigilarlos, no te preocupes. -Ivan mira con seriedad al medico que levanta sus manos en forma de defensa y suelta una carcajada. 

-¿Oye y como se va a llamar? ¿Dion?

Tanto mamá, Ivan y yo miramos a Megan con reproche, ella nunca sabe cerrar su boca y este fue el peor chiste que hizo en la vida. ¿A quien se le ocurre? Ese desgraciado está donde debe, bajo tierra y jamas regresará a hacernos daño. Fue suficiente lo que hizo.

Tengo a las personas que necesito a mi lado, a mi familia y el nunca hizo parte de ella. 

-Se llamará Isak. -digo mirando a Ivan. -Solo si tu estás de acuerdo.

-¿Isak? Así quiso llamarme ella.

-Lo se, esto es por ella, Sarah hubiese amado a nuestro bebé.

-Yo lo amaré por ella, por los dos, y te amaré a ti para toda la vida. -dice Ivan besando mis labios para después dejar un pequeño beso sobre la cabecita de nuestro hijo.

-Bienvenido al mundo Isak.