Capitulo 39

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Viernes 27 de Julio

-¿Entonces te iras?

-¿Tu que crees? Es una oportunidad única, obvio acepté. Pero también entiendo que tu no lo hayas hecho. 

-A esa perra solo le faltó pedirme con palabras que abortara Alex. -digo sosteniendo el teléfono contra mi oído mientras preparo la comida.

No es que sea muy buena cocinera pero lo estoy intentando. Algunas veces ayudé a mamá, bueno, mas bien cortaba la verdura para ella. Pero algo recuerdo así que tengo la esperanza de que salga bien. Si no, siempre puedo pedir una pizza. 

-No puedo creer que estés embarazada. Joder, eso es algo que no me esperaba de ti. 

-¿Y eso porque? 

-Porque fue un descuido Josy, tu lo sabes mas que yo. Ese papi te nubla tanto la mente que ni te diste cuenta que te la metía sin protección.

-¿Puedes no ser tan ordinario?

-¿Que? Es lo que pasó.  No te vengas de mosquita muerta por que mira que hacerlo en el camerino del teatro, que desvergonzada amiga.

-¡Yo no te he contado eso!

-Ni falta que hace, se os escuchaba, al menos yo lo hice.

¡Ay dios que vergüenza! Gruño y escucho la risa de Alex a través del teléfono. Estoy segura que se quedó a escuchar tras la puerta como chismoso. 

-No voy a entrar en eso, "amigo". -digo mientras su risa no cesa. -Solo te voy a desear lo mejor y que llegues a ser un gran bailarín en Francia Alex, te lo mereces.

-Te extrañaré, siento no poder despedirme de ti en persona. Esto ha sido tan rápido que solo he podido hacer mi maleta, despedirme de mis padres y aquí estoy esperando el vuelo. Pero volveré el próximo verano y espero conocer a esa preciosidad que llevas dentro.

-¿Y si es feito o feita?

-Tonta. -dice riendo. -Estaré encantado de conocerlo de igual manera pero seguro será una preciosidad.

-Lo dices por el padre. ¿no? -ruego mis ojos bufando.

-Obvio, no va ser por ti. Te quiero amiga, cuídate.

-Tu también Alex.

Estos últimos días no he visto a Alex y me duele no poder despedirme de el como es debido, pero está persiguiendo su sueño y debo conformarme con una despedida telefónica.

Sueño que hace poco fue el mio también.

El siempre será junto a Megan mi mejor amigo, mi loco amigo que extrañaré con todo el corazón. Pero aun me queda su copia, Megan, que no se queda atrás ni mucho menos. Se que ella llorará a mares la partida de Alex pero con el tiempo nos acostumbraremos a su ausencia.

Vuelvo a centrar mi atención en el tazón de sopa con fideos que he preparado y lo deposito sobre una bandeja junto a una cuchara. ¿Un bebé? No, al parecer ahora tengo dos, uno muy grandecito e idiota.

Tomo la bandeja y camino hacia la habitación. La puerta se encuentra abierta de par en par así que no tengo problemas para adentrarme al lugar. 

Ivan abre sus ojos y algo inquieto se remueve mirando el hueco vacío en la cama a su lado para después dirigir sus orbes a mi y relaja su cuerpo volviendo a tumbarse. 

-¿Te desperté?

-No del todo. -dice acomodándose en la cama e incorporándose con dificultad. -¿Que es eso?

-No se me da muy bien cocinar pero espero que haya salido comestible. Supuse que te vendría bien comer algo ligero. -digo dejando la bandeja sobre sus piernas. -Cuando acabes te untaré crema que trajo Mich para las quemaduras de tu pecho.

The Bronx © +18 | Libro #2 | Bill SkarsgårdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora