Viernes 22 de Junio
Desahogo todo en el baile, una y otra vez mientras giro y giro sobre el escenario hasta que las manos de Alex me frenan. El intenta salvar esta actuación y disimula que esto es parte de la coreografía.
Y desde luego no lo es.
Tengo que olvidar toda la mierda que ronda a mi alrededor últimamente. Sobre todo los estúpidos papeles que Marcel me dio y no me atreví a mirar.
Que decir sobre Ivan que está mas que enfadado por no dejarlo ver. No lo culpo, pero no creo que sea adecuado hasta averiguar la verdad.
Los aplausos se escuchan y es cuando soy consciente que nuestra actuación ha terminado. ¡Mierda! Seguro lo hice fatal y me espera una reprimenda de la bruja. Porque aunque ella luzca sonriente, esa sonrisa no nos corresponde a todos.
Es uno de los tantos bailes que ofrecemos a amigos y familiares en demostración de nuestro duro trabajo y claro, hacerles ver que no gastan el dinero para nada. Mas de una vez también representantes de grandes escuelas del ballet, que fichan bailarines que piensan "llegaran a ser estrellas".
No creo que sea mi caso, últimamente no estoy concentrada en el ballet y eso se nota.
Una vez fuera del escenario me dejo caer sobre el único sofá del camerino. Es un teatro muy pequeño, pero al menos tenemos un lugar para cambiarnos y no en el cuarto del conserje.
Miro a Alex que comienza a quitarse la ropa mieras algunas compañeras lo observan. Quiero reír y es justamente lo que hago. Parece que ellas no quieren aceptar el hecho de que el es gay e imaginan las mil y una maneras de llevárselo a la cama.
-Vuelvan a sus asuntos, no tendrán en sus camas.
-¡Alex!
Mi amigo simplemente se encoge de hombros mientras mira mal a sus compañeras de baile. Estas avergonzadas toman sus pertenencias y abandonan el lugar.
-¿No vas a cambiarte? Debemos irnos, en nada cerraran este lugar y ademas tus padres están esperando por ti.
-Si, lo se. Solo que...
Mis palabras son interrumpidas cuando la puerta del camerino se abre e Ivan aparece por esta. Varias chicas chillan por su desnudez pero el siquiera las mira. Su mirada está sobre mi, que sigo tirada sobre el sofá de una forma que una señorita recatada no se sentaría.
-Fuera. -dice pero se que no se está refiriendo a mi.
Todas salen literalmente corriendo menos Alex, que sonríe y palmea la espalda de Ivan antes de abandonar el lugar y cerrar la puerta tras el.
No sabia que había venido. ¿Porque se supone que está aquí si está enfadado? No quiero lidiar con otra pelea, solo quiero comérmelo a besos. Sin poder evitarlo muerdo mi labio inferior al verlo llevando un pantalón de deporte color negro y una camiseta blanca, sin dibujo alguno.
Vaya, esto me sorprende, el siempre me sorprenderá en su forma de vestir. Maldita sea, todo le queda bien.
Solo tengo ganas de pedirle que se gire y me de la mejor de las vistas sobre su culo.
-¿Que haces aquí? -pregunto levantándome del sofá comenzando a deshacerme del tutú.
-¿No es obvio? Quería ver a mi novia bailar en esas mallas.
-Por supuesto. ¿No querrás también quitarle estas mallas a tu novia?
-¿Sabes que tus padres están fuera esperando? -pregunta a lo que yo asiento. -¿Y sabes que faltan diez minutos para que este lugar cierre?
-¿Son suficientes diez minutos para que me folles aquí mismo?
Mi pregunta le sorprende, sobre todo el vocabulario que uso y se que a el le gusta. Ivan camina hacia mi y retrocedo con una sonrisa. Su mano atrapa mi brazo y de un rápido movimiento gira mi cuerpo haciendo que pueda verle a través del espejo.
Mierda, olvidé que este tocador se encontraba aquí. El lo tiene todo calculado.
Una de sus manos agarra las mías inmovilizándolas mientras la otra se dedica a acariciar mi trasero.
-Quiero que te mires. -dice mientras siento que desliza las mallas junto a las bragas sobre mis piernas.
Siento mis mejillas arder sin poder evitarlo. No quiero mirarme mientras tenemos relaciones, es muy incomodo. Verle a el disfrutar es una cosa, pero verme a mi no ,definitivamente...
-Ah. -gimo cuando su mano azota mi piel expuesta y lo miro a través del espejo. -Ivan.
-Dime amor. -murmura contra mi oído mientras desliza sus pantalones.
Oh dios, el lo decía en serio. Mi corazón palpita con fuerza al sentirlo presionar contra mi pero sin penetrarme aun. El de verdad quiere hacerme sufrir.
-¿Esto es un castigo?
-¿Lo es?
Ahogo un grito cuando se embiste con fuerza dentro de mi. Me sujeto con fuerza del espejo cuando suelta mis manos y sus embestidas toman rito y fuerza. Maldición, siento que no puedo seguir su rito y que mis pernas flaquean, pero Ivan lo nota al rodear mi cuerpo con su brazo sosteniéndome.
Su mano libre toma mi mentón obligándome a elevar mi rostro y vernos a ambos a través del espejo.
Mi rostro luce sonrojado y mis pupilas dilatadas dan miedo, como si estuviese colocada, colocada por Ivan porque el es mi droga.
Observo como el sonríe con cada movimiento de su cadera entrando y saliendo de mi. Joder, esto es único, me gusta demasiado ver sus expresiones faciales en pleno placer.
-Besame. -ruego demasiado desesperada para mi gusto pero lo necesito.
-No amor, esto es un castigo, recuerdalo.
Mis orbes lo miran con sorpresa. No pensaba que de verdad lo fuera, pero lo confirma cuando alcanza su orgasmo y sale de mi acomodando sus pantalones. ¿¡Que pasa con el!?
¿Y mi orgasmo que?
Gruño enfadada subiendo mis mallas y empujándolo para abandonar el camerino pero Ivan me frena. Forcejeo hasta que una vez mas acabo a su merced presionada contra la puerta. ¿Porque me excita tanto? Oh si, no dejó que yo llegara.
-Cuando dejes de ser tan perra conmigo, tendrás tu orgasmo.
Eso ya si que no.
Con todas mis fuerzas lo empujo y sin pensarlo estampo mi mano contra su mejilla. Ivan me mira con sorpresa mientras soba su rostro pero no se atreve a decir palabra.
-Eres un hijo de puta. ¿Yo soy la perra aquí? Todo lo que hago es por ti maldito imbécil así que no me vengas con tu actitud del pasado. Y sabes que, ahora por mis partes bajas insatisfechas, te prometo que no veras lo que Marcel me dio hasta que yo decida.
-Josefine...
-No, no quiero escucharte, la has jodido. Cuando se me pase hablaremos, al no ser que sigas igual de imbécil.
-Igual el que no querrá hablar seré yo.
Rio sin gracia a sus palabras y se que el Ivan dormido en su interior acaba de despertar.
-No te hagas el ofendido amor, pero si eso quieres, chantajearme, no va funcionar. -suspiro abriendo la puerta pero antes de marcharme vuelvo a mirarlo. -Te quiero Ivan, pero no a este precio. Cuando confíes en mi y dejes de comportarte así hablaremos.
Lo quiero.
Dios sabe lo mucho que estoy sintiendo por este hombre.
Pero yo quiero a mi Ivan, no a la persona que en un principio conocí.
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The Bronx © +18 | Libro #2 | Bill Skarsgård
RomanceAparentar ser quien en verdad no es siempre se le dio bien. Fingir es facil cuando llevas toda la vida haciendolo. ¿Pero cuando caerá su mascara? No todo es para siempre y el, descubrirá que ella es su debilidad. "Las apariencias engañan y tu eres...