● Capítulo 15 ●

1.1K 60 6
                                    


Ava



Abro los ojos al escuchar un ruido en la habitación. Aún es de noche, deberán ser aproximadamente las tres de la mañana. No he dormido en casa, me dejaron internada para analizar las tomografías y por si tenía alguna complicación. Solo para asegurarse.

Vuelvo a escuchar otro ruido.

Mi visión se empieza a acostumbrar a la oscuridad, pero la única luz que hay es la que se refleja por la ventana de la puerta que da al pasillo del hospital. Miro a los costados y solo veo sombras., Ethan sigue en el mismo sofá donde decidió quedarse y sonrió al verlo. Se me ha prácticamente declarado hace algunas horas y joder...

Me tiene loca.

Estaba muy molesta con Ethan, demasiado. Me sentía dolida, lastimada pero algo se sentía conocido, sus labios, el roce de nuestros cuerpos, los susurros, los escalofríos que me causaba. Se sentía extrañamente familiar.

Y ahora sé el porqué.

Miro hacia mi otro costado y lo que sucede a continuación no me lo espero para nada. Una mano fina pero fuerte me tapa la boca con bastante fuerza, siento que mis ojos arden, no sé quién rayos es porque no la oscuridad y la fuerza que están haciendo sobre mí no me deja mover mi cabeza. James no puede ser, su mano no es así y no creo que quiera... asfixiarme.

— Solo mantente callada. Y si haces un ruido te vuelo la tapa de los sesos. – susurran en mi oído.

Esa voz, la conozco. Joder, yo la conozco.

Y siento algo frío apoyándose en mi sien justo cuando retira su mano de mi boca.

Una lágrima baja por mi mejilla.

Tiene una pistola apoyada en mi cabeza.

— Lara... No tienes por qué hacer esto. – susurro pero ella parece molestarse y le quita el seguro a la pistola.

— ¡Te dije que no hables! – murmura contra mi oreja.

Mis manos tiemblan.

Mis piernas tiemblan.

Mi cuerpo tiembla.

Mi vista se nubla por las lágrimas.

— ¿Quieres que te diga que es lo que quiero, he? ¿Quieres? – aprieta la pistola contra mi sien y asiento lentamente intentando mantener la calma. – Quiero que estés atenta, atenta y te des cuenta que Ethan no es para ti.

— ¿Tu... tu... quieres que me aleje...de...él?

Ríe bajo. Su risa es perversa.

— Solo quiero que te des cuenta lo hijo de puta que es. El solo te usa para el sexo, y luego puf... te saca una restricción para que no te acerques. Créeme Ava.

Frunzo el ceño, ella debe estar loca. Ethan no es así. No puede ser así.

— Yo que tú me alejaría. Es por tu bien, luciérnaga...— acaricia mi mejilla con su gélido dedo.

Me ha llamado como...

No, es solo una estúpida y cruel coincidencia.

— A menos que quieras que te destruya... lenta y dolorosamente. Él es mierda. Él es destrucción.

Y separa la pistola de mi cabeza con una sonrisa estúpida en su rostro.

Se inclina sobre mí y su sonrisa se ensombrece más.

Nuestro pequeño secreto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora