●Capítulo 55●

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Ethan



10 de mayo.




Diezdías de la desaparición de Jaxon Fritz y la policía no ha hecho ningún avance. Diezdías de que un padre, un novio, un amigo, un hermano para nosotros ha desaparecido sin dejar ningún rastro.

Observo al techo sin poder conciliar el sueño, como los demás días. Por lo que marca la hora del teléfono son las cuatro de la mañana y mi celular suena. No hago movimientos bruscos para que Ava no despierte y me siento en el borde de la cama observando la pantalla desbloqueada, y el mensaje de un número desconocido.

Uno de tantos mensajes que me han llegado esta semana, eran tan extraños y no logro comprender su sentido. Pero este es bastante claro y tenebroso.


Número desconocido: Te estoy observando.


Un escalofrío recorre mi espalda y me levanto de un salto de la cama camino con rapidez a la ventana y abro las cortinas, la oscuridad de la noche es densa, pero los faroles esparcidos en el patio me permiten ver algo.

A alguien.

Una persona, cubierta con un gran tapado negro, que la hace camuflarse con la noche, y un sombrero que le cubre el rostro, se encuentra apoyada contra uno de los faroles del patio del edificio mirando directamente hacia aquí, en dirección a esta ventana. Saca una de sus manos de sus bolsillos y mueve sus dedos delgados en forma de saludo, apretó el marco de la ventana con fuerza observando a la persona allí, que nos vigila. Pero también lo observo.

Tomo el primer abrigo que encuentro y salgo rápidamente del apartamento, pero me vuelvo hasta la cocina y tomo lo único que puede servir como cuchillo. Vuelvo a bajar y para no esperar el ascensor me voy corriendo las escaleras de incendios, por suerte vivimos en el tercer piso y bajo bastante rápido por mi condición física.

Empujo la puerta de servicio y el viento golpea en mi cuerpo, empiezo a adaptarme a la oscuridad y mantengo el cuchillo en la mano.

— ¿DÓNDE ESTÁS?

Silencio.

Sé que es estúpido, pero tengo la sensación que esa persona sabe algo respecto a Jax, que no es la primera vez que nos vigila y que ha estado detrás de muchas de las mierdas que nos han pasado. Empiezo a caminar mirando hacia los costados y se escucha una risa, una risa aguda que me revuelve el estómago.

— Aléjate de mi familia – gruño y la risa la escucho detrás de mí, me volteo con rapidez para dar una puñalada aunque no hay nadie.

— Es que han desobedecido mucho, y eso tiene sus consecuencias.

Algo toca mi hombro y muevo mi cuchillo más rápido esta vez rozando algo y manchándolo con sangre, se escucha un grito más agudo que la risa de la mujer y sonrió. Intento darle otra vez, pero no doy con nada, camino por unos segundos por la oscuridad total intentando encontrar a quien nos estaba observando aunque no hay nadie. Ya se ha ido.




Cuando entro al cuarto creo que se me ha saltado un latido del susto, la observo con detenimiento y aprieta entre sus manos fuertemente su celular.

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