● Capítulo 33●

545 42 16
                                    



Ethan



— ¿Por qué hacías todas esas señas locas hacia mí?

La ayudó a sacar los pequeños vasos de vidrio para servir helado de los estantes de arriba. La veo sacar el helado del refrigerador y lo coloca frente a nosotros empezando a meterlo en los vasos.

— Pásame la bandeja para poner los vasitos – alzó las cejas cuando esquiva mi pregunta y me da empujones para que vaya por la bandeja de plata, la tomó de otro estante y la dejó a su lado en la encimera –. Solo quería hablar de que te noto enamorado.

Mis ojos se abren más de lo normal mientras ella se ríe en voz baja, pronto me reincorporo y enderezo mi espalda viéndola con fijeza la forma en la que con tranquilidad sirve los helados.

— No estoy enamorado, abuela.

Me observa por un momento con ambas cejas levantadas, se voltea no dejándome ver que hace, pero a los pocos segundos vuelve a voltear hacia mí y me da un fuerte golpe con una de las cucharas de madera. Gimo del dolor y sorpresa.

— Mierda abuela ¡Eso dolió!

Me vuelve a golpear aunque esta vez no tan fuerte. Me froto el brazo viéndola con recelo.

— Tu madre no crió a un mentiroso. Además ten respeto por tu abuela y no digas palabrotas en frente de mí.

Bufo mientras me cruzo de brazos ¿Cómo rayos sabe?

— Solo es que... Bueno, si estoy enamorado. Pero prefiero no hablar de eso.

— ¿La niña de ojos bonitos te corresponde, no? Porque estuve muy atenta a las miradas que se daban... Y bueno, no son muy disimulados que digamos.

Trago saliva antes sus palabras. Fuimos cuidadosos, no puede haberlo notado tan fácilmente. No, me niego.

— Si estás hablando de Kate ella y yo somos mejores amigos...

— No hablo de esa linda niña. Yo me refiero a la otra, tu hermanastra.

Me atraganto con saliva comenzando a toser, me inclino hacia delante intentando cesar la tos mientras mi abuela palmea mi espalda. Cuando me recupero me enderezo buscando aire y la abuela Sofía parece muy divertida ante la situación.

— No es así... ¿Cómo es que...? – comienzo a divagar mientras ella niega con la cabeza riendo aún más.

— Las abuelas sabemos identificar cuando sus nietos tienen ese tipo de brillo en los ojos. Y créeme que tú llevas ese brillo maravilloso en tus bonitos ojos cuando la observas, también tienes esa sonrisa que te hace lucir un poco bobo.

— ¡Abuela! Pero no te... parece extraño que de la persona que esté enamorado sea... ¿Mi hermanastra?

— Calla y escucha.

— Calló y escuchó – río cuando ella también lo hace. Me sienta en una de las banquetas para que estemos más cara a cara, aunque sigo quedando algo alto para ella.

— Ethan, eres una de las personas más increíbles y fuertes que he conocido, cariño. Tú y tu mamá han pasado por mucho y ambos merecen la felicidad. Tu madre parece que la ha encontrado con el muchacho este...

— Andrew.

— Si, Andrew. Y tú no te deberías limitar a guardar tus sentimientos solo para ti. Si, la gente puede pensar que es extraño que tengas una relación con tu hermanastra pero ¿Y qué? Para ser feliz no debes basarte en las opiniones de la gente del exterior, solo tú y ella. Porque claramente esa chica te ama con locura, puedo notarlo - Se detiene un momento dándome una sonrisa dulce, tragó saliva porque sus palabras realmente calan hondo en mí -. Y no estaría orgullosa de ti si no intentaras ser feliz. Porque si no pruebas el tener una relación con ella es porque eres un niño estúpido que se pierde la oportunidad de llevar una vida que quiera. Y me niego a que mi nieto no sea feliz.

Nuestro pequeño secreto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora