● Capítulo 26 ●

681 50 9
                                    



Ava



Un gran peso que sentía que estaba cargando se esfuma de mis hombros una vez que salgo de la habitación. Joder, se notaba demasiado la tensión que había entre nosotros y si, también hablo de la sexual.

Kate me dijo que él había cambiado físicamente, pero definitivamente no me imagine todo lo que vi hoy. Debo admitir que me deleité con él por unos segundos, creo que incluso hasta se me pudo caer la baba. Pero me mantuve firme.

Los músculos de sus brazos están más tonificados y grandes, también pude ver como la camisa que llevaba era un poco más pegada al cuerpo y resaltan sus bíceps. También pude notar en uno de sus brazos algo que nunca le había visto, tinta. La tinta de un tatuaje que no logré definir del todo, pero era imponente.

A paso veloz voy hacia el estacionamiento y veo un auto que bastante rápido se va acercando, y cuando me ve empieza a tocar el claxon como un loco.

— Esta demente... – murmuró.

Veo la forma en la que estaciona su coche y me sorprende que no pise a nadie. Una hermosa mujer baja del auto, algo bronceada y con una gran y deslumbrante sonrisa. Ella acapara la atención de las pocas personas que se encuentran en el estacionamiento.

— ¡Ava! – chilla y camina a paso rápido hacia mí, demasiado rápido, que me sorprende cuando se tira para darme un abrazo que yo califico como de mamá oso. Vanesa es una de las mujeres más hermosas que he conocido en mi vida, eso no se puede discutir. Y tengo una leve sospecha de que cada vez que la vuelvo a ver, su hermosura se hace mayor –. Te he extrañado.

— Yo también te he extrañado Vanesa – murmuró en voz baja y rió al escuchar un sollozo. A veces puede ser un poco sensible. Unos brazos nos rodean, son algo grandes y el aroma a menta que emana de su cuerpo me deja entender que es mi padre dándonos un apretón. También puedo sentir unos brazos no tan grandes como los de mi papá, pero que son promedio, abrazándonos –. David, arruinas el momento familiar.

— ¡Yo soy parte de la familia también! Me siento ofendido.

— Eres un dramático.

— Mira quién habla – murmura papá una vez que nos separamos de ese extraño abrazo. Le doy una mala mirada y él ríe acercándose y dejando un pequeño, pero tierno beso en mi frente –, te hemos extrañado mucho.

— Solo fueron dos meses, tampoco fue tanto.

Vanesa rueda los ojos y los guió hasta la habitación donde estaba Kate. David antes de entrar enreda su brazo con el mío, quizás lo hace para marcar territorio.

Papá golpea tres veces no muy fuertes la puerta y a los pocos segundos se abre. Los ojos de Vanesa brillan maravillados al ver a su pequeño no tan pequeño, creo que más que maravillada esta mujer se encuentra muerta de amor por su hijo. Ella se abalanza sobre él y le da un abrazo de oso logrando que Ethan ría. Esa risa que...

— Deja de babear prima – susurra David en mi oído. Le doy un leve codazo y paso hacia la habitación soltándome de su agarre. Sonrió al ver a Kate que se encuentra descansando, acurrucada como una bolita en la camilla y a Jax, que supongo que le hacía caricias en el cabello, muy dormido a su lado –. Pero que cosita bella, es realmente preciosa.

David se encuentra inclinado sobre la cunita de la bebé observándola con curiosidad. Sus padres tuvieron más hijos después de él, así que no creo que no haya visto a un bebé antes.

Nuestro pequeño secreto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora