¿Qué pasa cuando tu pasado vive contigo cada día?
Camila Cabello, una joven de 24 años con un pasado oscuro que dañó su corazón hasta convertirlo en un lugar imposible de acceder.
Lauren Jauregui, 22 años donde creció con una familia, amor y dinero...
-Necesito a tus mejores 2 guardaespaldas –dijo el hombre a través del celular-
-¿Cuándo te he fallado? –respondió con gracia-
-Nunca pero sabes que siempre quiero a los mejores –una sonrisa apareció entre la barba del hombre-
-Mañana mismo llegan a tu casa –respondió para después finalizar la llamada-
El hombre se sirvió un trago de ese líquido trasparente junto a dos cubos de hielo para después realizar otra llamada telefónica.
París, Francia.
Mientras su cliente paseaba por las calles de París con su guardaespaldas junto a ella, dos hombres armados se acercaban para secuestrar a la chica de test clara, cabello pelirrojo y labios rojos.
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Antes de poder acercarse más, la guardaespaldas ya había resguardado a Emma tras de ella para detener a los atacantes, mientras que uno trataba de reducir a la seguridad otro trataba de llegar a Emma pero no corrieron con suerte.
Ambos quedaron reducidos en el suelo por los golpes en el estómago y entrepierna, mientras ellos se retorcían de dolor Emma ya estaba segura en su camioneta Jeep Grand Cherokee color negro.
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-¿Se encuentra bien?
-Sí, lo estoy, gracias.
Camila asintió para luego informar sobre el incidente y pedir que la seguridad de la casa se elevara. Mientras se dirigían a la mansión Watson, Camila recibió una llamada de su superior.
-Jefe, ¿en qué puedo ayudarlo? –respondió en tono profesional-
-Tienes una nueva misión Cabello –dijo el hombre sosteniendo su bebida-
-¿Cuál es? –preguntó con curiosidad-
-Cuidarás a la hija del juez Jauregui en Miami –el hombre tomó un trago de su bebida- quiero que vuelvas a Estados Unidos mañana a primera hora.
-Si jefe, cuente conmigo –finalizó la llamada-
Miami, Estados Unidos.
-¿Un guardaespaldas? –pregunto irritada-
-Tu seguridad es primero hija –respondió el hombre de barba-
-Papá –respiro hondo- no quiero a un hombre siguiéndome como un perro –soltó enojada-
-¿Quién dijo que sería un hombre? –ladeó una sonrisa-
-¿Es una mujer? –pregunto más calmada-
-Creo que estarás más a gusto con una fémina a tu lado –dijo con una risa-
-Si es una chica entonces puedo soportarlo –respondió con un bufido-
