Capítulo 3

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CAMILA POV:

Estacione la camioneta en el frontis de la casa y abrí la puerta derecha para que las señoritas bajaran, traté de no mirar en dirección a Jauregui pues ella estaba comportándose raro desde que llegué.

-Debe ser alucinaciones tuyas Cabello –me reprendí mentalmente-

Una vez dentro de la casa y verificar que era seguro los alrededores fui en busca del señor Jauregui, necesitaba hablar con él.

Al llegar a la sala de la casa lo encontré revisando el periódico, me acerqué he hice acto de presencia.

-Señor Jauregui, buenas tardes.

-Deja las formalidades Camila –sonrió-

-Bien –respiré hondo- Hola Mike –dije nerviosa-

-Mucho mejor –se rió para luego dejar su periódico a un lado- ¿Qué te trae a verme?

-Me gustaría agradecerle por todo lo que ha hecho por mí y mi madre.

-No agradezcas hija –dijo en tono suave- ¿Cómo esta ella?

-Ella falleció hace unos años –dije incomoda, su recuerdo aún seguía conmigo-

-Lo siento –dijo apenado-

-No se preocupe –traté de sonar fuerte- usted no lo sabía y eso está bien.

Pude ver en sus ojos esa comprensión y cariño hacia mí, era algo tan mágico y hermoso que me hubiera gustado sentir con mi padre. Pero él estaba muerto y no lo sentiría jamás.

-Gracias a usted estoy viva aquí y ahora –respondí recordando la historia de mi madre- es irónico, usted me salvo la vida y ahora yo cuido la vida de su hija –solté una pequeña risa-

-La vida siempre nos recompensa por hacer bien las cosas –dijo él con una sonrisa- Yo sé que cuidaras a Lauren como una hermana.

Asentí y me retiré del lugar recordando a mi madre meses atrás. La extrañaba sin duda que lo hacía pero debía seguir. No podía dejar que su recuerdo me tuviera atada al pasado, necesitaba liberarla y avanzar sin olvidar que ella siempre está conmigo cuidándome.

Me dirigí hasta mi habitación donde me encontré a Alessandro echado en una de las camas que había en la habitación.

-¿Ahora compartiremos cuarto? –dije divertida-

-Podemos compartir la cama también –dijo con una sonrisa-

No negaré que Dellisola era muy guapo, sí que lo era pero conocía mi pasado y él era como un hermano para mí. Así que es imposible que pasara algo.

-Mantendré mi cama para mi sola –respondí con tono coqueto-

-Tú te lo pierdes cariño –dijo tirando un beso al aire-

Ignoré sus coqueteos y me metí al baño para darme una relajante ducha tibia e irme a dormir. Luego de unos 12 minutos de relajación salí vestida con un pantalón fresco holgado y un polo básico color blanco, sequé mi cabello y me acosté susurrando un buenas noches a mi compañero de cuarto.

Al día siguiente, exactamente a las 6:00 AM terminaba de cambiarme con mi habitual uniforme para desayunar y llevar a las señoritas a la universidad. Desayune junto a Dellisola entre bromas algo subidas de tono y deseándonos buena suerte. Sabíamos que este trabajo era muy peligroso y volver con vida cada día era un reto para ambos.

-Buenos días Camila –saludo la señorita Jauregui sonriente-

-Buenos días señorita Jauregui –saludé abriendo la puerta del lado derecho-

Guardaespaldas Cabello | CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora