Capítulo 20

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CAMILA POV:

Había un infinito, el cementerio parecía no tener fin y yo quería salir de ese lugar. Corrí pero no había salidas, solo lápidas una y otra sin cesar. Quería salir pero el llanto de un bebé me detuvo.

Mi hijo.

Corrí en busca del origen de aquel llanto, estaba segura que era mi hijo. Cada vez ese sonido se volvía más nítido, podía sentir a mi hijo cerca otra vez. Lo vi estaba en la lápida de mis padres, corrí hacia él con lágrimas en los ojos y lo sostuve en brazos.

Al sostenerlo lo sentí tan liviano, busqué su rostro pero solo encontré mantas y un vacío tan parecido al de mi corazón.

Desperté sudando frío con esa sensación tan familiar en el pecho, aquel vacío tan doloroso que me despertaba todas las mañanas. No iba a llorar, hoy iba a ser diferente.

-Buenos días señorita Jauregui

Al saludarla solo vi un leve movimiento de cabeza en respuesta lo cual me descoloco ya que siempre suele sonreírme.

-Primero a la universidad y luego a la empresa

Su voz se notaba muy cansada, parecía que no había dormido en toda la noche. Me preocupe por ella, yo sé que se siente no dormir.

-¿Se encuentra bien?

No solía hacer preguntas de forma personal pero su cambio de actitud me estaba preocupando.

-Solo es la universidad, descuida.

Sus ojos me decían lo contrario.

Al llegar a la universidad Lauren entro sin más, me quedé en mi sitio habitual de vigilancia hasta que sentí mi celular vibrar.

-Hola cariño

Una sonrisa involuntaria apareció en mi rostro, Katie era una chica de la universidad de Lauren que logró conseguir mi número. Sin duda era una chica muy agradable con la cual hablaba casi a diario por llamadas y mensajes de texto.

-Hola nena

Me senté en una banca cercana sin descuidar mi puesto pero más cómoda para poder hablarle, ella era la única persona, a excepción de Rain, que me hacía sonreír.

-Te estoy viendo ahora y ese atuendo te queda genial pero me gustas más sin los lentes, tu ojos marrones son lo mejor del mundo.

Alcé la vista para buscarla con la mirada pero pude ver a unas 30 chicas con el celular en la mano tecleando o viendo sus teléfonos. No podía saber quién era.

-¿Por qué no te acercas y me los sacas?

Ninguna de las 30 chicas se movió hacia mi dirección, bufé frustrada.

-Pronto nos veremos bebé, te quiero mucho, ¿lo sabes, verdad?

La sonrisa volvió a mis labios, mi corazón empezaba a latir por otra persona que no era Sara.

-Yo también te quiero mucho. Estoy deseando conocerte.

Esperé a que me contestara pero al parecer ya entraba a clases, la campana había sonado y todos cambian de aulas.

-Camila...

Me levanté al escuchar su voz, esto debe ser una jodida broma.

-¿Qué haces aquí? ¿Cómo te dejaron pasar?

Estaba molesta y harta de que Shawn me siguiera como un perro guardián. No quería volver a verlo.

-Necesito hablar contigo sobre nuestro hijo...

Me acerqué rápidamente con furia, no iba a permitir que mencionara a MI HIJO.

-No vuelvas a hablar de mi hijo, no lo menciones.

Él se acercó a mi rostro con la misma furia que yo y solo quería abofetearlo.

-También era mi hijo.

Podía notar dolor en su mirada pero no me importo. Su cuello empezaba a inflarse demostrando que estaba molesto pero me importo una mierda.

-Dejo de serlo cuando nos abandonaste.

Su mirada se cristalizo al instante y no me arrepentí de hacérselo recordar al igual que la vida me recordaba que ya no era madre.

-Te juro que iba a volver, yo... solo quería reunir el dinero para que los dejaran en paz...

Reí con amargura, el dolor estaba saliendo y mi piel quemaba de rabia por oírlo hablar.

-Lárgate Shawn, lárgate y no vuelvas.

Giré decidida a irme de aquel lugar pero su agarré me detuvo y lo siguiente que sentí fue su abrazo junto con sus lágrimas sobre mi cabeza.

-Te amo tanto, nunca dejaré de amarte, ustedes son mi vida.

LAUREN POV:

Terminé todas las clases que tenía y estaba feliz de poder salir de aquel lugar, la Universidad se volvió tan rutinario que llego a cansarme. Guardé todas mis cosas y Keana hizo lo mismo.

-¿Vendrás a mi casa hoy?

Keana se había ido a vivir con sus abuelos por un tiempo, al parecer tenía que cuidar de su abuelo por su estado avanzado de vejez y su abuela ya no podía con todo los quehaceres.

-Estoy libre así que iré para el almuerzo

Asentí y nos despedimos, iba bajando las escaleras hasta que vi la imagen frente a mí.

Camila estaba besando a un tipo alto de piel clara con cabellos rizados, el tiempo se detuvo y pude sentir como mi corazón quería estrujarse y abandonar mi cavidad torácica.

No podía reaccionar ante la escena frente a mí, me quede esperando su sonrisa y ver su cara de enamorada al terminar el beso pero me desconcertó ver que le daba una cachetada tan sonora que sentí mi mejilla arder.

-¡NO VUELVAS A BESARME EN TU VIDA!

Camila estaba furiosa, quería limpiarse los labios mientras que el chico seguía con la mano sobre la mejilla golpeada con una mirada de tristeza y melancolía. ¿Qué acaba de pasar?

-Camila, ¿Qué está pasando?

Su mirada seguía hecha una furia pero solo atino a arreglar su atuendo tratando de mantener la compostura, no lo miro ni un segundo.

-¿Estas con ella ahora?

Su voz salió como un hilo, su mirada y voz demostraban una tristeza inmensa. Camila siguió ignorando aquel chico de cabellos rizados de una manera olímpica.

-¿Podemos retirarnos?

Asentí sin saber que más decir o hacer, Camila sostuvo mi mano derecha y me llevo fuera de la universidad hasta el estacionamiento donde se encontraba la camioneta Q3 negra.

Subimos en silencio, esta vez estaba de copiloto y Camila no se había inmutado. Ella solía mandarme atrás para evitar riesgos de secuestro o accidente pero esta vez solo se fijó en el camino a la empresa.

¿Quién era él?

Pregunte suavemente pero no obtuve respuesta. Su rostro demostraba dureza como nunca antes la había visto. ¿Qué hizo aquel chico para ganarse una cachetada de tal magnitud?

Katie iba a averiguarlo.

Guardaespaldas Cabello | CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora