Capítulo 8

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CAMILA POV:

Mientras estaba en mi posición al lado de la camioneta negra tracé un plan A y uno B, no podía fallar, no otra vez.

Dispararles ahora sería muy arriesgado, intervenir también así que opté por causar un pequeño accidente para detenerlos y llegar hasta el Audi Q5 por mi cuenta sin llamar la atención. El plan ya estaba hecho y estaba segura que tratarían de secuestrar a Lauren para poder usarla contra Mike en chantajes por libertad.

Aceleré un poco más hasta que llegué delante de la camioneta negra bajando la velocidad, estaba retrasando su plan y eso quería lograr, intentó sobrepasarme pero los detuve. Vi como el Audi Q5 aceleraba más y se perdía en el horizonte hasta que se dificultaba la visión pero no era suficiente. Aceleré y aquella camioneta negra también, seguí deteniendo el paso hasta que vi mi oportunidad perfecta, bajé la velocidad hasta que salí del carril.

Lo ultimó que escuché fue un choque entre dos autos y mi motocicleta subir su velocidad, al voltear pude ver como la camioneta estaba incrustada en otro auto. Plan A perfecto.

Busqué la camioneta de Jauregui hasta encontrarla yendo a velocidad, estábamos cerca de la mansión.

Al llegar a la mansión pude ver que la seguridad subió, había hombres en las puertas y alrededor de la mansión. Supuse que habrían avisado al llamar a Issartel e informarle. Llegué, estacioné la motocicleta y quité el casco que ya empezaba a molestarme debido a la presión de las correas.

-¡Camila! –llamarón- ¿Estas bien?

Fije mi vista en la voz y pude ver a Dellisola con cara de preocupación corriendo en mi dirección con el arma en su mano derecha.

-Estoy bien, tranquilo –sonreí- no tengo ninguna bala incrustada –bromeé-

-Menos mal –dijo riendo- no quiero verte en un cajón –me guiño-

Apreté la mandíbula al escuchar esa frase, tan conocida para mí pero ignoré todo vestigio de dolor, no era momento de ponerse débil. Deje el casco y empecé a caminar con dirección a la mansión donde estaban Lauren y Keana bajo resguardo de la seguridad. Mike estaba caminando de un lado a otro hasta que me vio entrar por la gran puerta de metal.

-¿Quiénes eran? –pregunto al verme cerca-

-No pude ver quiénes eran pero si la marca del auto junto a la identificación –respondí-

Jauregui asintió y empezó a hacer llamadas para buscar la identificación de la camioneta.

-Quiero que cuides a Lauren todo el día y si es posible no te separes de ella

Asentí para luego ir a mi habitación junto a Dellisola que sonreía en mi dirección.

LAUREN POV:

-Deberías disculparte –susurró Keana viendo su celular-

Bufé ante el comentario de Keana, tenía razón pero no sabía cómo sin ponerme nerviosa ante la presencia de Camila. Joder era tan linda y sus ojos, no podría verla de nuevo sin quedarme absorta en ellos.

-Lo haré ahora antes de que me acobarde –dije para luego salir de la habitación-

Me encaminé hasta el cuarto de los guardaespaldas pensando en cómo me disculparía sin parecer una niña frente a ella. Revise mi atuendo y me maldecí por no cambiarme de pijama, estaba con un buzo algo holgado y una camiseta súper ancha con la frase "SHIT" en grande.

Borré todos los pensamientos sobre mi pijama y me acerqué a la puerta dispuesta a tocar pero me detuve al escuchar el interior.

¡Oh joder Alessandro!

No hagas tanta bulla, lo haré despacio.

¿Qué demonios estaba escuchando? Mi mente imaginaba cosas que mi corazón no querían aceptar.

Hazlo despacio por favor que duele...

Lo haré suave, como siempre.

Mi cara se puso roja al escuchar eso y pensé el peor escenario posible, quería irme pero mi mente no reaccionaba y mi corazón pedía interrumpir el momento. No sé en qué momento empecé a tocar de una manera no tan sutil para ser escuchada.

Al abrirse pude ver como Dellisola se mostraba en short de pijama, polo blanco básico de tirantes y la frente sudorosa, detrás de él en la cama estaba Camila apoyada en sus codos con cara de dolor y en prendas cortas.

-Vengo a hablar con Cabello –dije tratando de sonar firme-

-Cabello es la señorita Jauregui –dijo él volviendo a la habitación-

Pasé saliva cuando se fue pero luego volví a parar en seco con la imagen de Camila en short, polo negro y descalza en la puerta con mirada interrogante.

-Buenas noches señorita, ¿sucede algo? –pregunto en tono formal-

Me quede absorta en sus ojos hasta que me centré en su voz.

-Eh, sí –estaba nerviosa, joder- vengo a... -sentía mi cara arder- espero no haber molestado –terminé con un nudo en la garganta-

-No interrumpió nada señorita –dijo ella con confusión- ¿necesitaba que la acompañé a algún lado? –pregunto por segunda vez-

-No, no, no –negué nerviosa- solo quería disculparme –me rasqué la nuca-

-Está bien señorita –acepto ella-

-Buenas noches –me despedí y salí de ahí-

ALESSANDRO POV:

-Alguien está espiando detrás de la puerta –susurré con una sonrisa-

Vi como Camila cerraba la puerta y se sentaba en su cama con una leve cojera.

-No es nuestra culpa que piense cosas que no son –respondió alzando los hombros-

Subió su extremidad inferior en la cama masajeando de arriba abajo.

-No lo haría si fueras silenciosa –contesté levantándome de la cama-

-Tú eres pésimo en los masajes –acusó-

Me puse delante de ella apretando su pierna adolorida pasando los pulgares en forma circular para luego alzar su pierna y que la sangre circulara.

-Los calambres siempre duelen –respondí riendo-

Al día siguiente todo fue más agitado pero puse más atención en Lauren, había algo que me llamaba la atención y era que cada vez que Camila reía conmigo ella nos miraba detenidamente sin despegar sus ojos de ella. Mi teoría podría ser algo descabellada pero si no conociera el pasado de Camila diría que Lauren está colada por ella.

Ignoré las miradas para centrarme en mi amiga, en un mes sería una fecha no tan bonita para ella.

-30 días –susurré a su lado-

-Lo sé, me cuesta creer que ya pasó 5 años desde ese día –contesto ella con un pequeño suspiro-

-Al menos ya no te veo llorar en tu cama y eso es bueno –respondí con una sonrisa-

-Lo es –sonrió-

Vi como ella se alejaba en dirección a la camioneta donde transportaría a la pareja de amigas, sonreí al recordar como conocí a Camila. Algunas personas no tienen la culpa de lo que pudo pasarles en un pasado y Camila era una de ellas.


Guardaespaldas Cabello | CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora