Capítulo 45

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CAMILA POV:

Volver a empezar. El marcador estaba en cero.

Aquella mañana me parecía mucho más fría, estaba tan sumergida en mis pensamientos que ignoré todo tipo de ruido a mi alrededor.

-¡Mamá!

Despabile y me di cuenta que Joe estaba con una bandeja entre sus manos, en ella divisé tres sándwiches de jamón y  tres bebidas, dos eran jugo de naranja y uno café

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Despabile y me di cuenta que Joe estaba con una bandeja entre sus manos, en ella divisé tres sándwiches de jamón y tres bebidas, dos eran jugo de naranja y uno café.

-Cariño –susurré con amor- muchas gracias cielo...

Dejé la bandeja con cuidado y abracé a mi niño, me respondió el abrazo con la misma intensidad y rompí a sollozar.

-Llora todo lo que quieras mamá, desahógate.

Y lo hice. En brazos de mi hijo de 12 años me desahogue, lloré por todo lo que me estaba pasando, por mi vida destruida, por la nueva que empezaría y por tenerlos a salvo.

-Eres mi mayor tesoro Joe, te amo, nunca lo olvides.

Sus ojitos empezaron a brillar, aquellos ojos chocolate como los míos me miraban con admiración y yo lo veía como mi mejor creación.

-El café es para ti –susurró limpiándose sus ojitos-

-Cariño, ¿con qué dinero lo compraste? –inquirí tomando el café-

-Tenía un dinerillo ahorrado y papá me dio 200 dólares de emergencia –respondió con una pequeña sonrisa-

Sonreí ante su forma de ser, quizás haya sufrido maltratos pero no dejó de ser una buena persona empática con los demás. Amaba a mi hijo.

-¿Despierto a Alejandro?

-Déjalo que duerma un poco más.

Mientras que mi hijo menor descansaba, Joe y yo nos dispusimos a desayunar. Le conté lo que había sucedido, el porqué del viaje y lo que pasó con Lauren.

-¿Ese tío es muy peligroso? –pregunto llevándose un bocado de sándwich a la boca-

-Para hacer eso, quizás sí. Pero descuida, hoy conocerás a alguien muy poderoso también.

Joe sonrió y asintió para luego terminar su sándwich de un bocado.

Unas horas después ya estábamos al frente de mi antiguo trabajo, ingresé con mis hijos en cada lado y pedí hablar con Downey. Al principio no me quisieron dejar pasar pues la mayoría eran nuevos así que pedí que me comunique con él.

-Buenos días señor Downey, aquí hay una persona que pide una conferencia con usted... no tiene cita previa... Dice que es Cabello... Está bien señor.

La recepcionista me indicó el piso y oficina a lo cual agradecí, estando en el ascensor sentí como Alejandro se abrazaba a mis piernas.

-¿Qué pasa cariño? –pregunte acariciando su espalda-

-Siento raro el estómago –susurro-

-Es normal cariño, la presión hace eso. Es como en el avión ¿verdad?

Alejandro asintió y se separó de mí, ahora solo sostenía mi mano mientras veía como subíamos de piso. Joe por su parte también era primerizo pero no dijo nada hasta llegar.

Al llegar al piso indicado, Robert salió de su oficina con una gran sonrisa. Vino hacia mí y me dio un abrazo.

-Yo te conocí soltera y ahora te veo con dos niños, me siento viejo.

Sonreí y presente a mis dos hijos. Robert tenía un gran sentido del humor y carisma así que logró robarles sonrisas y risas a mis hijos.

-Quédense aquí ¿sí? Hablaré con Robert.

-Cualquier cosa que necesitan mi secretaria los puede ayudar –agrego Downey-

Luego de dejarlos tranquilos ya que Alejandro no quería quedarse ahí, entre a la oficina tan familiar de Robert. Me sentía como hace 7 años.

-Bueno Cabello, ¿en qué puedo ayudarte?

-Creo que en todo...

Le conté todo lo que había pasado en México, desde mi separación con Lauren hasta los atentados y amenazas. Buscamos soluciones pero no eran favorables, estuvimos hablando por una 1 hora y descubrí cosas que no quería enterarme. Cosas que eran mejor que estuvieran enterradas.

SIN POV:

El cielo mexicano estaba más oscuro de lo normal. Lauren quería pensar que su color se debía al sufrimiento que estaba experimentando pero era una estupidez. Ella sabía que no podía ser cierto.

Suspiro una vez más y pensó en cómo debería actuar. No quería complicar las cosas, su mente pedía razón pero su corazón venganza. Necesitaba una respuesta para ceder pero el cielo estaba callado y las estrellas solo tintineaban.

Reviso su celular una vez más, esperaba una llamada que le preguntara donde estaba y si volvería casa. Más lágrimas aparecieron, nunca más experimentaría esa sensación. Su mano apretaba el celular con fuerza, la suficiente para quebrarlo, sus lágrimas quemaban sus mejillas y su corazón bloqueada la razón. Al sentir algo quebrarse en su mano sintió paz, toda la descarga de ira había roto la pantalla de su iphone y malogrado los circuitos internos. Lauren suspiro y dejo el celular a un lado, no podía dejar a Tyrone impune, necesitaba hacer algo.

Algo estúpido.

Guardaespaldas Cabello | CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora