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Tomó su brazo para alzarlo, era justamente el atardecer y debían llegar pronto a la cima del templo donde Blard amaba estar para observar el bello paisaje que le ofrecía la altura. Al llegar, Geno suspiró, maravillado del efecto del ocaso sobre los templos, no muy lejos se encontraba el núcleo. Gracias al sol artificial, el lugar no parecía ser el subsuelo, era un mundo totalmente aislado pero hermoso.

Blard le abrazó por la espalda, besando su mejilla para ver el paisaje.

— ¿Sabes? A veces me dan deseos de dejar de trabajar al menos un día para estar contigo. 

— Pero el trabajo no se hace solo ¿No?

— Tú lo has dicho. —Rió, ampliando su sonrisa cuando Geno tomó sus manos— Ese es solo parte de mi mayor deseo, el tener un futuro contigo, no dejarte nunca, como te lo prometí hace años.

Sentía mucha sinceridad en esas palabras, una gran melancolía cruzaba por su mente, tenía bellos recuerdos de las primeras veces que se habían conocido, se dio vuelta para quedar frente a él, sonriéndole con todo su amor.

— Te amo, Blard.

— También te amo, Geno... —Iban a darse un pequeño beso, empero un bostezo por parte del mayor les detuvo, Geno rió, sonriendo enternecido— Perdona.

— Descuida, sé que estás cansado, amor. —Besó su mejilla— Volvamos, tienes que descansar.

Tiempo | BlenoWhere stories live. Discover now