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Contaba entonces de dos meses casi tres cuando de su abdomen tuvo un ligero bulto, poco se notaba con sus prendas anchas, pero todavía su magia se acostumbraba, Alphys había mencionado que era normal, su alma era pequeña y debía mantener constante la tasa de hormonas y magia para poder preparar por completo su cuerpo.

Se había despertado temprano, eran las seis veinte de la mañana, y decidió por hacerle una sorpresa a su pareja. Preparó su desayuno y fue hasta él, encontrandolo barriendo aquel camino de piedras.

- Blard, buenos días.

El aludido al saber de quien se trataba, alzó de inmediato la mirada, dejando la escoba apoyada en un árbol para acercarse y darle un beso de saludo.

- Geno, ¿Qué haces tan temprano acá?

- Vine a verte, y darte de comer.

- Awn, ¿De verdad? De todos modos es temprano. ¿Durmieron bien?

Se quedaron hablando de camino a una zona que no existían muchos árboles, perfecto para comer con tranquilidad, en el día no existían peligros de los amalgamas, así que podían estar sentados y charlar.

- ¿No quieres té? -Preguntó el mayor.

- No... No tengo ganas de comer.

- ¿Sigues con náuseas? -Geno asintió- No has dormido bien y tampoco comido.

No fue un gesto de enojo, solo su preocupación que Geno percibió, suspiró.

- Mh, ¿Qué te parece si al llegar a casa tomamos una siesta juntos? Después comemos y ahí voy a trabajar.

- ¿No puede ser sin trabajar?

- Heh, lo siento, tomatito, eso no puedo hacerlo, aun.

- ¿Aún?

El menor le miró confundido, aunque ya se estaba haciendo la idea de lo que quería decir su pareja. Éste se dio un momento para terminar su comida antes de continuar.

- Sí, como en algunos meses tendremos a nuestros niños, al final tomé tu consejo, voy a regular mejor mi trabajo, para tener el tiempo para cuidarte a ti y a nuestros hijos.

Había abierto su cuenca con sorpresa, Blard desde antes había dejado de tener esos tiempos tan pesados donde pasaba días trabajando, desde que empezaron a juntarse en el oscuro vacío, pero seguían habiendo días que apenas podían hablar debido a los horarios imprudentes según su perspectiva. Poco a poco podrían estar todos juntos sin muchas interrupciones, eso le animó bastante, y por las hormonas de todo su cuerpo, la sensibilidad le hizo sonreír emocionado.

- Oh, Blard, eso es... Me hace feliz saber eso. -Se dieron un abrazo, pero su felicidad se vio interrumpida por una pequeña queja por parte de Blard, Geno se apartó viendo que había tocado una herida-... Habrán menos accidentes contigo.

- Ups.

Geno decidió por llevarlo pronto a la tienda para tratar su pequeña herida y así dormir juntos.

Tiempo | BlenoWhere stories live. Discover now