55.

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Era el cuarto mes cuando la pareja dormía abrazada, Blard había llegado algo tarde y por el tiempo ausente había directamente llegado para acostarse con su pareja, pues tampoco había descansado mucho por la preocupación. 

Era algo tarde cuando Blard pudo abrir sus cuencas, sin preocuparse mucho de sus trabajos matutinos, ver el rostro durmiente del de bufanda provocaba tranquilidad, con su brazo que estaba encima del otro en un abrazo, se deslizó por sus huesos para mimar, hasta llegar a la pancita que crecía saludablemente.

Geno se estaba despertando por las caricias, bostezando y soltando un ruido de somnolencia, abrió su cuenca lentamente, esbozando una suave sonrisa que enamoraba más a Blard.

— Buenos días, Geno.

— Hola... —Se removió un poco— ¿Qué hora es...?

— No hace mucho frio... Creo que son más de las diez.

— ¿Te iras?

Aquella pregunta fue casi un ruego, le dolía siempre dejar a su pareja cuando estaba en medio del embarazo, no obstante sólo sonrió, besando su boca con cariño, acariciando su mejilla.

— Voy a estar todo el rato que pidas.

— Aw... No creo que podamos estar para siempre aquí.

Con tal tranquilidad, se dieron unos cuantos besos más, conversando bajo, como si fuera un secreto su cariñosa charla, eran unos momentos adorables y llenos de amor.

No hasta que de la nada Geno se quedó callado, soltando un resuello con una gran sonrisa.

— Oh por Asgore.

— ¿Qué pasa?

— Los bebés... Sentí una patadita.

— ¿... Qué?

Ambos padres estaban sorprendidos, el de bufanda esbozó una amplían sonrisa, conmovido, sus hijos ya podían sentirles y provocar estímulos que lo llamaban como pataditas, tomó la mano de su amado para posarla sobre su abdomen, no se sintió nada por segundos.

— Oh... Seguramente volverán a hacerlo después... —Dijo Geno animando a Blard, no se podía ver fácilmente su desilusión, pero podía entenderlo.

— Descuida, creo que es normal que lo sientas tú más que otro. —Respondió calmo, apretando ligeramente los labios.

Iba a quitar su mano, pero prefirió darle unas pequeñas caricias, mas no alcanzo a dar ni dos antes de que sintiera ligeramente un abultamiento, soltó un resuello, Geno rió enternecido, Blard a veces parecía un niño cuando se sorprendía.

— No querían decepcionar a papá ~.

— Nunca lo harían... Espero que estén creciendo bien, los quiero mucho, tanto como a su mamá.

— ¡B-Blard, eso me hace cosquillas!

Blard había comenzado a darle besos en el cuello mientras con sus manos tocaba los puntos que provocaban las risas en su amado, era una agradable mañana.

Tiempo | BlenoWhere stories live. Discover now