85

94 22 0
                                    

Blard apenas reaccionó, le dolía horrores la cabeza y solo volvió a la realidad cuando vio a su novio irse con sus hijos fuera de la tienda. Sus piernas no respondieron minutos después, maldiciéndose a sí mismo por dejar salir aquella cólera  contenida.

Se sintió mal, en su mente apareció mil probabilidades negativas, cada una más exagerada que la otra; lo primero era buscarlos, se estaba oscureciendo y le daba mala espina que el adverso se fuera tan lejos, todo su universo era peligroso en la noche, no solo en el bosque de sandtown.

— ¡Geno! —Llamó al bosque, corriendo esperando no llegar tarde, su amado seguía en reposo y que se esforzara demás sería muy grave para su salud.

Se teletransportó por varios lugares, cubriendo más territorio, preguntando si lo habían visto, misteriosamente, ni siquiera lo habían visto salir

— Dónde estarás... —Preguntó al aire, agotado por sobre esforzarse.

Tras pensar un rato, se le ocurrió en el lugar que muy pocos conocían, donde le pidió matrimonio al de bufanda.

Rápidamente fue, escuchando bajos sonidos de llanto; lo había encontrado.

Allí estaba Geno, tomando a ambos bebés en sus brazos quienes tenían una carita triste, mientras que el de bufanda apretaba los labios, con un par de lágrimas deslizándose por sus mejillas; el mayor odiaba verle así, más con el dolor que le provocaba lagrimear en su cuenca dañada, siempre salía sangre.

— Geno... 

Su voz sobresaltó al adverso, quien giró su rostro para verlo, frunció el ceño, pero su semblante estaba destrozado y cansado, se notaba que había hecho un gran esfuerzo por llegar allí. Blard sabía que no podía acercarse tanto.

— Vete, no quiero verte.

— No puedes estar acá en la noche... —Dijo bajo, totalmente arrepentido— Perdóname por alzarte la voz... Exploté, no pude aguantar...

— ¿Ese es tu verdadero ser, Blard? —Preguntó— ¿Explosivo y destructivo...? Quizás todos esos gritos no eran para mí y eran para Alphys... Pero realmente sentí ese odio llegar a mí...

— Yo... Yo jamás te mentiría, Geno. —Bajó la cabeza, seguía estando en el umbral de aquel sector secreto, aunque miró a su hija Moka, quien al verla hizo balbuceos, queriendo estar en los brazos de su papá— Digamos que solo... exploto al llegar al límite, y detesto mucho llegar a ese punto, nunca en mi vida permitiría ser yo quien los hiera... Pero creo que sucedió, de verdad no quería, solo pasó... Alphys y el núcleo son temas demasiado sensibles para mí...

— Eso no justifica que le hayas deseado la muerte.

— No, nada justifica mis actos, es mi culpa y realmente te pido perdón por dañarte. Solo... tengo miedo de perder todo, Geno, no quiero perderte a ti, a mi familia y a los demás... —Confesó, apretando los labios intentando acercarse— ¿Puedo...?

Geno se encogió de hombros, no estaba seguro, pero no podía negarle el deseo de su hija, pues parecía que se iba a poner a llorar si no estaba con el mayor, asintió, desviando la mirada. Blard tomó a su hija, y sonrió adolorido por lo que provocó, acarició la carita de su hijita. 

Sintió de pronto, ardor en sus cuencas y dolor en la garganta.

— No te perdonaré ahora... —Dijo Geno, algo bajo— Acabamos de pelear, desconfío todavía que vuelvas a explotar y los bebés sean víctimas.

— Comprendo. —Asintió— Aún así, pese no me perdones, debemos regresar a la carpa, es de noche y es malo para la salud de ustedes tres.

— Sí... Supongo.  

Geno se levantó con pesadez de la banca, Rai estaba apegado por el frío al cuerpo de su madre, y Blard, evitando que siguieran en la humedad, los teletransportó a todos hasta la tienda, donde dejó a Moka en la cuna aprovechando que dormía, para alejarse hasta el umbral.

— Buenas noches, Geno.

— Sí.

El mayor asintió, y salió, lo mejor sería despejarse trabajando un poco como guardia nocturno. Mientras tanto, Geno se quedó en la cama, sintiéndola fría, hace tiempo no sentía la soledad venirse encima, tan similar a cuando estaba solo en la pantalla de guardado.

Iba a llamar a Ink, pero si lo hacía, podía meter en problemas a Blard y a todo el universo por lo destructivo que podía ser Error.

Tiempo | BlenoWhere stories live. Discover now